Revista Comunicación

Calle Cloverfield 10 por David Rodríguez

Publicado el 14 marzo 2016 por Elaltramuz @ElAltramuz
Calle Cloverfield 10 por David Rodríguez
Michelle (Mary Elizabeth Winstead) sufre un accidente de coche. Poco después despierta encerrada en un búnker en el que hay un extraño hombre (John Goodman), éste asegura que el exterior ya no es habitable debido a la contaminación. Ella pronto empieza a sospechar que quizá no dice la verdad, y junto a Emmett (John Gallagher Jr.) trazan un plan de fuga.
Y con esta atractiva sinopsis llevaba tiempo a la espera de poder disfrutar de esta intrigante película.
J. J. Abrams es uno de esos personajes del cual ya no sé qué esperar de él. Comenzó robándome bastantes horas de mi vida con Lost, y le odié. Poco después lo intenté con Fringe, y no pasé de la primera temporada (aquí supe parar a tiempo). Pero tengo que reconocer que comencé a reconciliarme con este tipo a raíz de películas como Super 8, o Star Trek pese a no ser un fan de la saga. Quizá lo suyo sea dirigir y no producir, porque cuando adopta este rol pasan cosas como 10 Cloverfield Lane, Alcatraz o la propia Cloverfield (Monstruoso en España). Vale que salvaras la saga Misión Imposible cuando te metiste con la tercera entrega, pero después de ver la segunda, el nivel tampoco es que estuviera muy alto. De Star Wars: El despertar de la fuerza prefiero ni hablar, porque vais a pensar que soy un maníaco que su única función es odiar. Pero vamos con CC10.
No nos habían querido mostrar casi nada sobre la película, ahora entiendo por qué. Todo comienza con buen ritmo, y quieres saber más. Pero a medida que avanzan los acontecimientos, te das cuenta de que hay algo que falla. Los personajes no están bien definidos, lo cual es bastante extraño cuando quieres contar una historia con tres personas encerradas y condenadas a soportarse. Quieres saber más sobre ellos, y lo único que obtienes a cambio son un par de historias insustanciales que no interesan demasiado. No consigues empatizar con ellos, y eso hace que en ocasiones te salgas un poco de la trama entre bostezo y bostezo.
La parte visual es bastante pobre a su vez. Es una película para dar rienda suelta a la imaginación y a la libertad de mostrar la crudeza que se requiere en un film del género, pero también se quedan a medio gas, y algo que le podría haber dado más vida a este intento fallido de terror, se termina por disolver. El miedo a la calificación por edades está acabando con la creatividad, y al final lo que obtienes, es otro producto descafeinado para que los adolescentes acudan a los cines a meterse mano.
Por la parte positiva, hay que mencionar y aplaudir a John Goodman, ya que con su interpretación consigue sacar a flote como puede este despropósito. Pero sólo es nadar para morir en la orilla. Posiblemente sea el personaje más intrigante, y tampoco se sabe demasiado de él.
El humor negro también entra en la película de Dan Trachtenberg, y hay que decir que ha conseguido sacarme alguna carcajada; un pequeño oasis en el desierto. Me sorprenden bastante las críticas que han llegado estos días desde EEUU poniéndola por las nubes, a mí personalmente me ha parecido un capítulo largo de Padres Forzosos sin escenas de exteriores.
Una vez más se demuestra de que al señor Abrams le encanta no dar explicaciones en sus finales, y tienes la eterna sensación de que te ha contado una historia a medias.

Lo mejor: John Goodman y pequeños resquicios de brillantez durante el metraje.
Lo peor: Un nuevo engaño de Abrams que llenará salas.
Nota: 3/10Propiedad de ElAltramuz.com

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