Calzadas de otra época

El poder absoluto de los monarcas ilustrados les permitía decidir sobre el bienestar de sus súbditos, sobre las finanzas de la nación o la política de alianzas, incluso sobre qué música se debía escuchar, qué pieza teatral se podía representar y sobre cómo vestir. A partir del s. XVIII las cortes conscientes del poder de la indumentaria y de la imagen, comienzan a dinamizar el concepto de la moda como una poderosa herramienta protocolaria.Bajo la parafernalia de tejidos suntuosos, detalles de plumas, puntillas y lazos, el calzado se convirtió en otro recurso para transmitir esa imagen de cuidada exquisitez. Sin embargo, el calzado femenino estaba sometido no sólo a las reglas del decoro de un recatado empeine o al contenido atrevimiento de un talón, sino que prácticamente desaparecía bajo largos infinitos y excesivos. Por tanto, sería el calzado masculino el encargado de mostrarnos sofisticados bordados, incrustaciones de piedras preciosas, hebillas, tacones en color...desplegando un código estético absolutamente revolucionario para la indumentaria masculina.Esta temporada el calzado femenino recupera ese barroquismo antaño negado, a la vez que arriesga con un toque preciso de nostalgia y vanguardia: siluetas sutilmente masculinas, empeines de época eduardiana y botines de tacón bloque que se cubren de remaches, tachuelas con acabados en latón, snaps brillantes, cabujones o cristales.Si os apetece completar este paseo por la historia del calzado y la indumentaria os recomiendo dos cuentas de Instagram que me encantan: Art Garments y Shoes in art.