Revista Opinión

Cambio de ciclo para Amaya

Publicado el 03 noviembre 2013 por Miguel García Vega @in_albis68

desahucio Amaya

El ministro de Guindos dijo el otro día que a él en su excel le salía que se había producido un cambio en la “inercia” de la economía española, que estamos ante “un cambio de ciclo”. Los famosos “brotes verdes” en versión 2013. Después de perderlo todo en la ruleta financiera, con la última ficha hemos doblado, ya tenemos dos. Toma ya. Ahora sí que hemos cogido la racha buena. Gracias a los esfuerzos de este gobierno, con su reforma laboral por delante, volvemos al Siglo de Oro. Pero no a la parte de Quevedo y Velázquez, sino la de los pícaros, curas fanáticos, incultura y hambre.

De Guindos solo ha sido uno más del coro de peperos que andan lanzando mensajes positivos sobre el fin de la crisis porque, tal como ellos lo ven, en España empieza a amanecer. Montoro dice que la gente ya lo nota en la calle. Un hombre que se patea las calles cada día seguro que no se equivoca. Si a la suya, querido lector, todavía no le ha tocado el turno, no desespere, que está llegando. La cosa no ha hecho más que empezar, va por la b de Botín, a él ya le está lloviendo dinero. Usted puede ser el próximo.

De Guindos, se muestra un poco más cauto, aunque se vino arriba y  dijo que  las reformas del gobierno eran el pasmo de Occidente, y que “estamos perdiendo el miedo a perder el empleo” (sic).

Y Amaya Muñoz sin enterarse.

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Unos días antes de la perla guindiana, el 25 de octubre, en una galaxia muy muy lejana de la del ministro, a Amaya Muñoz la citaron en el departamento de Recursos Humanos (ahora ya no es ‘Personal’, es solo negocio) de una empresa de teleoperadores perteneciente al grupo Konecta. Grupo controlado a su vez por el Banco de Santander, el de Botín. La despidieron. O, si prefieren: perdió el empleo, cesó su relación laboral con la empresa o la flexibilizaron de golpe; depende del creativo neocon que te lo cuente.

Misión, visión y valores

El 11 de septiembre Amaya sufrió el desahucio de su casa. Pidió un día de asuntos propios pero no se lo concedieron, eso son privilegios de otras épocas. Le consintieron solo un cambio de turno, trabajaría de tarde. Como el desahucio era temprano, con la fresca, por la tarde ya estaría para trabajar. Amaya “era mayorcita” y conocía sus responsabilidades, dice que le advirtió, amablemente, su jefa. Creo que en Konecta lo hicieron porque así no se quedaba, la pobre chica, en la calle, que además llovía. Seguro, porque en su web, sección “misión, visión y valores”, dejan bien clara su “apuesta por el capital humano”.

Así que por la mañana, en brillante operación policial, unos 100 antidisturbios la echaron de casa. Con la ley en la mano. Pero Amaya no fue por la tarde al trabajo. El estrés era tal que acudió al médico y la doctora le dio la baja durante unos días.

el roto_amaya

Entre la baja y las visitas al médico acumuló varios días de faltas, todas justificadas. El 25 de octubre su jefa hizo algo para lo que le pagan, la llamó al despacho y la despidió. Por faltar el día del desahucio y los posteriores y, sobre todo, porque puede hacerlo. Con la ley en la mano. Concretamente la reforma laboral del PP que, para crear empleo, permite el despido aún cuando las bajas estén justificadas. Si todavía algún despistado no sabe lo que significan competitividad y confianza de los mercados, es esto.

Parece por tanto que han empezado dos ciclos distintos, el de Montoro, de Guindos & Botín por un lado y el de Amaya por otro. Los ministros repetirán una y otra vez, sin ruborizarse, que cada día va a ser mejor que el anterior. Hasta que pasen a la empresa privada con buen sueldo y contrato blindado, nada de reforma laboral. Tal vez los contrate Botín, que seguro que es un gran amigo de sus amigos. En su ciclo las inversiones vuelven y los ricos aumentan sus ingresos, Bill Gates compra barato en Bolsa y los millonarios rusos compran barato chalés de lujo en la costa. Todo son buenas noticias para la economía. Millás, como siempre, lo explica muy bien aquí.

En el ciclo de Amaya, el de los precarios, ella debe encontrar algún lugar para vivir y seguir luchando para recuperar su empleo o buscar cualquier otro temporal y mal pagado que le permita a duras penas pagar el alquiler. Deberá extremar los cuidados para no enfermar y ser productiva, cada día un poco más que el anterior. Y no meterse en jaleos, claro. Lo exigen los mercados, la ley.

Y Usted ¿en qué ciclo está?

No lo he podido evitar. Vaya cuajo.


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