Camino a Baján, Jean Meyer

Cuando alguien nos dice "novela histórica" quizá las opciones a pensar son dos: una, algún texto super aburrido del que no pensamos que nos podría entretener o, en el peor de los casos, dos, una novela de Martín Moreno. Espero con toda el alma que su caso no sea ni uno ni otro.En esta ocasión reseñaré una novela escrita por un historiador, Jean Meyer. El profesional francés ha dedicado buena parte de su trabajo a la historia de México en diferentes etapas. Su obra más importante para la historiografía es la que se compone de tres tomos y analiza la Cristiada (conflicto armado que protagonizaron grupos religiosos del bajío mexicano contra el gobierno ultra laico del Gral Calles).Sin embargo, en esta ocasión Jean Meyer decide dejar de lado la "objetividad" y realismo histórico para incursionar en el ámbito de la ficción y de la novela. El resultado, desafortunado.Cuando comencé a leerla lo hice llena de emoción, pero apenas comenzar la novela me sentí como un auto a medio funcionar que no es capaz de subir una cuesta, es decir, como que me hacía falta algo para poder sentirme cómoda en el camino de la lectura. Lamentablemente, el oficio de historiador no abonó para que Meyer pudiera crear una cuasi ficción que rellenara los espacios vacíos que nos dejan las insuficientes fuentes históricas. Hubo momentos que me llenaron de emoción, como su narración de la Batalla de Puente de Calderón, que es el principio de la debacle del movimiento de Hidalgo, y la matanza de la Alhondiga de Granaditas, quitando de encima el velo de solemnidad a lo que de verdad fue la ejecución de decenas de españoles atrapados en este deposito de granos de Guanajuato.En realidad, la novela no se deja leer. Dificulta el acceso y la compenetración del lector con la obra y con los personajes, y no, antes de que me digan esto, no es porque sea histórica. Aunque no sea historiador, Gabriel García Márquez plasmo un ejercicio de imaginación histórica en su obra "El general en su laberinto", cuando reconstruye a partir de algunas fuentes y mucha imaginación, los últimos días de Simón Bolivar.No es imposible, y no está prohibido, escribir novela histórica mezclando con ficción los hechos reales, pero se necesita de un cierto genio que, al menos en "Camino a Baján", Jean Meyer no muestra.¿Lo volvería a leer? Seguro que sí, le daré otra oportunidad con alguna otra novela. Y espero que ustedes no se desanimen y le entren a la novela histórica, de calidad, no importa que no les guste la historia, lo importante es leer.Por ultimo, les dejo unas frases que Meyer pone en boca de sus personajes y que, como reflexiones, me parecieron buenas:"En la historia, los personajes que no han tenido la cabeza cortada y los que no han cortado cabezas desaparecen sin dejar huellas. Hay que ser victima o verdugo, o sin importancia, como yo. Si Robespierre o el duque de Alba no hubieran usado la guillotina o la horca, no existiría. Todo eso es un ejemplo pésimo"."Hay en eso más pasión que táctica- pensó el Militar [Calleja]-. No peleamos, estamos insultando a balazos.""Diga a su hijo  que lo que es sencillo resulta siempre falso.'Coger gachupines' es muy cómodo, pero no lleva a ningún lado, sino al infierno."&version;