Revista Cocina

CANELONES DE PAVO CON SETAS [Mi gata bipolar]

Por Anamelm

CAL 268,9 · HC 16,5 · PR 13,7 · GR 16,5 [POR RACIÓN DE 3 CANELONES]

Canelones de pavo, sin lactosa
Canelones de pavo, sin lactosa
Canelones de pavo, sin lactosa

Mi gata es una gata normal. Normal, dentro del aburguesamiento gatuno promedio.

De raza imprecisa [madre bosque de noruega con pedigrí del caro, y padre desconocido, fruto de una noche loca] y un sentido de lo individual que sólo es razonable porque es una gatufla adorable y se le perdona hasta eso.

Para mi gata, el mundo se divide en dos categorías: cosas que me hacen feliz y cosas que me dan igual.

Y los humanos nos dividimos en humanos que están a mi servicio sin oponer resistencia y una categoría transitoria de humanos que aún no conocen mi poder de seducción y que terminarán estando a mis pies.

Y tan a gusto que vive ella, no necesita más.

Su vida gatuna transcurre entre nuestra cama [estemos o no dentro], mi silla del ordenador, y la mecedora. Relajada. Mi gata no sabe qué es el estrés. Tampoco sabe qué significa eso de portarse bien o de obedecer. Los humanos a veces hablamos raro.

Otra cosa que tampoco sabe, es qué son los volumétricos de mi sistema de alarma. Ni le importa.

Mi gata tiene una doble vida de la que sabemos poco o nada. Mejor dicho, de la que no sabíamos nada hasta que decidimos instalar un sistema de alarma en casa.

Elegimos, por supuesto, una alarma con detección de mascotas, que no sé que es, pero se supone que si tienes mascotas y te pones eso, la alarma no salta con los movimientos de tu gato.

Según salimos por la puerta el primer día, escuchamos la alarma sonar desde el portal. Y vivimos en un primero. El técnico vino, nos explicó que, sólo a veces, algunos gatos, hacen saltar los volumétricos. Gatos inquietos, que saltan mucho o juegan por toda la casa.

¿Nuestra gata? ¡Que va! Eso es imposible. ¡Si sólo duerme!

El técnico viene a casa. Volumétrico ajustado. Conectamos alarma. Salta. Vuelve el técnico. Volumétrico ajustado. Conectamos alarma. Salta. Y vuelta a empezar.

El técnico iba subiendo cada vez más la altura de medición y bajando el  umbral de detección, o algo así, hasta que no fue posible más. Y todo serio, nos dijo que era imposible subir más el aparato.

Señora, el volumétrico NO DEBERÍA apuntar al techo. Pero como usted quiera. Será mejor que averigue hasta donde puede saltar su gata.

Bien. ¿Y como averiguas hasta donde puede saltar un gato? Fácil: Haciendo que le interese saltar.

Es decir, ofreciéndole una loncha de jamón de pavo. Del bueno. Si quieres del barato saltas tú a por él.

Tres paquetes de jamoncito del bueno y un par de latitas de atún necesité para averiguar hasta qué altura salta la pequeña gata bipolar. Esa que cuando estamos en casa hace la rosca en el sofá y no mueve el culo ni para recibirnos.

Eso, después de descartar que saltara para obtener como recompensa más pienso [ese mismo que tiene gratis en tarifa plana en el comedero] o chucherías gatunas que obtiene sin problemas haciendo chantaje emocional a cualquiera de sus súbditos humanos.

Tras este trance saltarín, llegué a dos conclusiones:

Entre el jamoncito de marca y las latitas de atún natural, se puede decir que la gata es una alta aristócrata confinada a una vivienda proletaria.

Y cuando no está en plan gatamanta tumbada en el sofá, puede saltar hasta metro y medio del suelo si la recompensa lo vale. Hecho que llevó al técnico de la alarma a desinstalar el volumétrico y poner otro tipo de medidor que ya no me enteré qué era, pero que ahí está, instalado. Y sin saltar, que es lo importante.

Yo para la próxima vida, desde luego, me pido invertir los papeles y reencarnarme en gata. No tengo ninguna duda al respecto.

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Canelones de pavo, sin lactosa

INGREDIENTES [12 CANELONES / 4 RACIONES DE 3 UNIDADES]   Jamón de pavo, 200 g Setas enoki, 50 g Calabacín, 200 g Berenjena, 100 g Puerro, 50 g Salsa de tomate casera, 100 g Romero fresco, un puñado Aceite, 1 cucharada Almendra en láminas Sal   Para la bechamel Leche de arroz, 300 g* Aceite, 40 g Harina, 40 g Remolacha cruda, 50 g Sal, pimienta  *Si no eres intolerante a la lactosa, no hay ninguna razón para no usar leche de vaca  

MODUS OPERANDI

Antes de empezar, dejamos preparada la bechamel de remolacha. La he hecho en Thermomix, pero te explico como se hace de las dos maneras

Bechamel en Thermomix

Ponemos en el vaso el aceite, y lo calentamos 3 minutos, Varoma, velocidad 3.

Añadimos la harina, abriendo la tapa [si la añadimos por el bocal se queda parte encima de las cuchillas y no se cuece] y programamos 1 minuto, 100º velocidad 2.

Incorporamos la leche, la remolacha pelada y cortada en dados y los condimentos. Trituramos a máxima velocidad hasta que la remolacha esté completamente integrada.

Y programamos 7 minutos, Varoma, velocidad 4. Si vemos que la queremos un poco más espesa, programamos otros 5 minutos a la misma temperatura y velocidad. Rectificamos de sal si lo necesita.

La guardamos en un bol tapada con papel film a piel, es decir, pegando el film a la superficie de la bechamel, para que no haga costra.

Bechamel tradicional

Antes de empezar, trituramos la remolacha con la leche, y reservamos. Si nuestra batidora no tiene la potencia suficiente, podemos usar remolacha cocida.

En una olla, ponemos a calentar el aceite. Cuando haya cogido temperatura añadimos la harina y removemos rápidamente para hacer un roux. Lo dejamos cocer un minuto o un poco más.

Poco a poco y sin dejar de remover con unas varillas, añadimos la leche y vamos disolviendo cada adición antes de incorporar más. Es la única forma que conozco de que no salgan grumos.

Cocemos la bechamel hasta que espese a nuestro gusto, entre 10 y 15 minutos.

Canelones de pavo, sin lactosa

Los canelones

Empezamos preparando la farsa de los canelones. Cortamos en daditos el calabacín, la berenjena y el puerro.

En una sartén, ponemos a calentar una cucharada de aceite y cuando tenga temperatura le añadimos toda la verdura y la pochamos a fuego medio con una pizca de sal hasta que esté blandita, unos 10 minutos.

Una vez la tengamos pochada, incorporamos el tomate necesario para que le de consistencia [es decir, que amalgame las verduras pero no que éstas floten en salsa de tomate] y el romero, y dejamos que se cocine todo unos 5 minutos más.

Con la farsa preparada, preparamos una fuente de horno extendiendo dos o tres cucharadas de bechamel en la base, que evitará que el jamón se quede adherido a la fuente durante el horneado, y empezamos a hacer los canelones. 

Extendemos una loncha de jamón de pavo [yo uso  pechuga de pavo jugoso de Campofrío porque tiene una buena medida para canelones, y no tiene lactosa]. Ponemos en un lateral una cucharada de relleno, colocamos unas setas enoki por encima [me gustan estas setas en los canelones porque sobresalen y quedan muy bien en el emplatado, pero puedes usar champiñones dentro de la farsa y también queda muy apañado]. Lo enrollamos, y los vamos colocando en la fuente.

Una vez los tengamos todos hechos, los cubrimos con la bechamel de remolacha y espolvoreamos unas almendras en láminas por encima para darle el punto crunch que les daría el queso, si pudiéramos tomarlo.

Y lo horneamos todo a 200 ºC unos 10-15 minutos, hasta que estén dorados.


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