Revista Cultura y Ocio

‘Cántico de la esposa’, del Maestro Rodrigo

Por Maria Jose Pérez González @BlogTeresa

El valenciano Joaquín Rodrigo, mundialmente conocido por su Concierto de Aranjuez, es uno de los máximos exponentes de la música española del siglo XX, galardonado, entre otros, con el Premio Nacional de Música (1983) y el Premio Príncipe de Asturias de las Artes  (1996).

Joaquin Rodrigo contrajo matrimonio con Victoria Kamhi, pianista, profesora de origen turco, en 1933 y un año después, compone el Cántico de la esposa, para piano y voz, dedicado a ella. Desde entonces, la obra pasaría a ser una de las favoritas del Maestro.

El Cántico de la esposa se vale de las cuatro primeras estrofas del Cántico Espiritual de san Juan de la Cruz, en las que la protagonista busca a su amado y va preguntando por él a las criaturas. Ofrecemos el video de este la obra, interpretado por la mezzosoprano Gudrún Ólafsdóttir

Aportamos el siguiente comentario de Bernaldo Quirós en un trabajo titulado “San Juan de la Cruz en la música del siglo XX”¹:

Como buen compositor, Rodrigo no adapta a todas la misma música. En cada una de ellas busca su espíritu, su ambiente, la música específica que está pidiendo. Así, por ejemplo, en la primera –“¿Adónde te escondiste?” –, se nota el sentido suspensivo de la voz, los dibujos interrogantes del piano en el aire y el grito desesperado y frustrado de la esposa al decir: –“salí tras ti clamando y eras ido” –. En la segunda estrofa, cuando la esposa pregunta a los pastores, el piano sigue dibujando interrogaciones, ahora más apremiantes, y la voz se vuelve inquieta y anhelante. En la tercera: –“Buscando mis amores” –, la música se robustece para expresar que ni fiera ni frontera alguna serán obstáculos que la hagan retroceder. Es el momento culminante de la obra. En la cuarta –“Oh bosques y espesuras” –, la voz  se hace otra vez suplicante, y el piano termina repitiendo las mismas interrogaciones primeras.

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¹En La Recepción de los Místicos. Teresa de Jesús y Juan de la Cruz, Salamanca, Ediciones Universidad Pontificia, 1997, p. 425.


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