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Capitulo 1: Olvidar el pasado

Publicado el 21 junio 2017 por Lidia Lidia Romero Lorenzo
Hola mis poetas:
Hoy os traigo algo nuevo, voy a ir compartiendo con vosotros los capítulos de mi nuevo libro, que aun esta sin publicar.
Año 2061. Hace más de 50 años que la Tierra fue destruida por nosotros, los humanos. Estados Unidos y Rusia se enzarzaron en una guerra por el control y la guerra se extendió como la pólvora. Nadie podía confiar en nadie ni saber en que bando estaban. Rusia quería la  supremacía sobre Europa y Estados Unidos quería controlar todo el flujo del petroleo. Muy pronto el cielo empezó a ser surcado por armas nucleares, armas que convirtieron la tierra en un lugar muerto, consumido por el fuego, la radiación y un aire toxico irrespirable. En ese momento, ambos países se dieron cuenta de que habían perdido más de lo que intentaban ganar.
Aun hoy es imposible respirar sin llevar una mascara fuera de los lugares seguros. Además, la radiación afectó tanto a seres humanos como animales. En algunos solo causó enfermedades pero otros no tuvieron tanta suerte y sufrieron mutaciones genéticas terribles.
Mi nombre es Layar, nací en el año 2043 en Galerfontia, antiguamente conocida como Galicia. Los ancianos del lugar cuentan que antes esto era todo verde y que los bosques cubrían extensas zonas, pero todo eso fue consumido y ahora solo hay tierras desiertas y negras en las que nada crece. Mi familia murió hace unos años. Mis padres sucumbieron a la locura causada por la radiación y mis hermanos tiempo después fueron afectados por algo que los convirtió en Desfernat, seres completamente desfigurados que han perdido la razón y que solo consumen carne de si mismos u otros afectados. No se sabe aún a ciencia cierta como alguien se convierte en Desfernat, los pocos científicos que quedan lo han estado investigado durante mucho tiempo sin averiguar la causa. Mis hermanos simplemente se convirtieron y se devoraron entre ellos hasta morir, es todo lo que yo necesito saber. Después de eso decidí marcharme, ya no había nada que me atase aquí y era libre de ir a donde quisiera. Cogí todas las armas y munición con las que fui capaz de hacerme y todos las provisiones que encontré, no sabia a donde ir y tampoco me importaba así que me puse en marcha. Recorrí las ruinas de la vieja ciudad en la que vivía y me marche rumbo al norte. No tengo mapa, ni brújula pero no me importa, mientras vaya a un sitio seguro lo prioritario es que nadie me mate por el camino. Podría encontrarme con cualquier cosa, mutantes devoradores de hombres, hombres que secuestran a gente para torturarla y matarla solo por diversión o los Bestiales, animales mutados y terriblemente peligrosos. Cuando me detengo para descansar o dormir siempre busco un sitio lo mas oculto y cerrado que me sea posible para sentirme segura. Hay veces en las que en las paredes que quedan en pie se ven como siluetas de algo que parecen humanos, pero están como deformadas así que nunca lo tengo claro. Los que quedamos sabemos bien que pasó porque la historia se ha contado miles de veces y nunca hay variación, el mundo lo destruyeron las armas nucleares y las ansias de poder, todo ardió, las cosechas se murieron, los mares se secaron y la vida se hizo cada vez  más y más difícil. El daño era irreparable y la raza humana se vio obligada a sobrevivir a cualquier precio, la mayoría de las veces un precio demasiado alto.

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