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capitulo 41: la fe mueve montañas

Publicado el 08 marzo 2016 por Fanitt

Los dos hombres de Orzuk habían llegado al barco, debidamente escondido entre la agreste flora de la costa. Henry era pesado y tuvieron que descansar un par de veces antes de alcanzarlo.Le dejaron recostado con cuidado en una cama del camarote, parecía estar inconsciente, no querían que tuviera ni un rasguño más después de la bravata que les había dedicado el príncipe Ethan. No la entendían pero eran soldados y la acataban.
No sabían por qué su lider se mostraba tan considerado con un prisionero, en realidad no entendian nada de nada, mentes obtusas tan poco dadas a la compasión. Salieron de la habitación y se apostaron en la puerta.
Henry esperó a que estuvieran entretenidos debatiendo los pormenores de su encuentro con el principe. Se quitaban la palabra el uno al otro, asentían, estaban completamente abstraidos.
Se movió ligeramente para probar si estaban atentos, no parecieron percibir nada, saltó del camastro con sigilo y se arrastró un poco más lejos. Nada.
capitulo 41: la fe mueve montañas Fue ganando terreno con rapidez reptando hasta situarse detrás de la puerta.La entreabrió con sigilo y pudo verles al fondo del pasillo. Sus captores estaban sacando una petaca y se disponían a compartirla, le creían demasiado débil como para ser un peligro...lo estaba pero su voluntad le mantenía despierto.
Tomaron dos largos tragos y se alejaron confiados.
Henry abrió la puerta y se deslizó pegado a la pared de madera hasta alcanzar el final del pasillo y ver luz.Giró a su izquierda, podía ver una soga colgando de la baranda del barco. Se aseguró de que los centinelas dormitaran, le pareció gracioso lo poco cautelosos que eran. Le dolía el  hombro y tenía las piernas ligeramente entumecidas pero necesitaba salvar ese escaso metro que se le antojaban muchos más. Necesitaba acercarse a Angie. Su imagen le daba la fuerza necesaria a sus piernas magulladas y le cubría de un manto cálido que evitaba que el frio de la noche le calara hasta los huesos.
 capitulo 41: la fe mueve montañas
Cogió el grueso cabo y fue descendiendo por él hasta llegar al agua. Se sumergió con sigilo y comenzó a avanzar con la vista  puesta en la cercana costa.
La alcanzó fatigado pero feliz. Tocó la arena riendo mientras con esfuerzo se protegía tras unos árboles.
Se detuvo para recuperar el resuello y miro hacia el cielo para orientarse, entre las estrellas pudo ver la silueta de Angie entre sus brazos bailando, riendo con esa manera suya tan particular de hacerlo. La música le mecía y era el aliento que le faltaba.
Se alejó todo lo que pudo empujado por la fe, la fe que tenía en Angie, la fe que tenía en Jatte, la fe en sí mismo. Llegaría.
Oyó un ruido a su espalda, con la agilidad de un animal buscó refugio tras un matorral.
Lo que vió le dejó boquiabierto
-El principe Ethan!- reprimió una exclamación de sorpresa
Ethan percibió algo y echó mano de la espada, escrutó la noche pero no pudo precisar nada. Emprendió de nuevo su camino hacia el Pabellón de los Guardianes, había llegado la hora de poner boca arriba las cartas. Le quedaba un largo camino por recorrer
To be continued.....
Rosemunde Lovelace

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