Revista América Latina

Carlos

Publicado el 09 febrero 2015 por Jmartoranoster
LUIS BRITTO GARCÍA

Poetas, prosistas, provocadores En 1958, la protesta popular y un pronunciamiento militar derrocan al dictador Marcos Pérez Jiménez. Ello abre paso a la participación política largamente reprimida y a la formulación de proyectos renovadores en todos los aspectos de la vida nacional.

Poetas, prosistas, provocadores En 1958, la protesta popular y un pronunciamiento militar derrocan al dictador Marcos Pérez Jiménez. Ello abre paso a la participación política largamente reprimida y a la formulación de proyectos renovadores en todos los aspectos de la vida nacional. Por unas pocas décadas luminosas y terribles, la vida no es diferente de la estética ni esta de la utopía.   Estética de la violencia En literatura, los nuevos tiempos se traducen en nuevos grupos como Sardio, nucleado desde 1958 en torno a la revista del mismo nombre. Luego, El Techo de la Ballena irrumpe con provocaciones fabulosas que constituyen piedras de escándalo para bienpensantes y medios de comunicación conservadores. Aray, promotor cultural estrella, coordina los disímiles talentos del grupo para bromas literarias tales como el Homenaje a la cursilería, que satiriza la precariedad estética del populismo gobernante, o el Homenaje a la necrofilia, una exposición de vísceras de ganado recolectadas por Carlos Contramaestre que se vuelve terrible emblema de la mortandad causada por la represión, y es clausurada por las autoridades. Adriano González León puntualiza que “EL TECHO DE LA BALLENA reconoce en las bases de su cargamento frecuentes y agresivos animales marinos prestados a DADA y al SURREALISMO”. No hay, sin embargo, entrega incondicional a estos ismos. En el N° 9 de En Letra Roja, Carlos Noguera plantea en su ensayo Escritura automática y autoexplicación, que la poesía surrealista, reflejo psíquico automático, fracasó como mecanismo de autoanálisis y como proposición poética irracional. Insurrección editorial El techo es también editorial que, paralelamente con Ediciones Bárbara de Pedro Duno, Nueva Izquierda y San Carlos Libre termina integrándose en el Fondo Editorial Salvador de la Plaza, catálogo de la disidencia cultural. Otros insurgentes se unen en torno a publicaciones de tono más reflexivo: Tabla Redonda, En Letra Roja, Crítica Contemporánea. Edmundo Aray prolonga hasta los setenta el debate político y estético en la originalísima revista afiche Rocinante. Beligerante, directo y popular es el semanario humorístico La Pava Macha, que dirige Francisco José Delgado “Kotepa”. Un tanto alejada del debate político, la revista multigrafiada En Haa en sus ocho números difunde textos de José Balza, Lubio Cardozo Soto, Teodoro Pérez Peralta, Jorge Nunes, Argenis Daza Guevara, Víctor Salazar, Aníbal Castillo y Carlos Noguera, signados por preocupaciones estéticas personales de índole muy variada.   Carlos Carlos Noguera, nacido en 1943 en Tinaquillo, comparte rasgos con muchos de su generación. La temprana afición por los cómics, compartida con Earle Herrera y quien suscribe. La migración a la capital para los estudios y el consiguiente deslumbramiento provinciano con el tumulto de la urbe. La adolescente militancia en organizaciones ilegalizadas de la izquierda. La edición de revistas con más ambiciones que duración. La subsistencia en oficios académicos, de investigación profesional o editoriales para mantener al escritor. La prematura iniciación como poeta con Laberintos y Eros y Pallas para luego fantasear con la escritura teatral y finalmente emplear un rico arsenal de técnicas de vanguardia en Historias de la calle Lincoln, novela que narra la disyunción de los destinos de la juventud intelectual entre una bohemia y una guerrilla parejamente frustradas. Igual inventiva estilística y riqueza de texturas narrativas, idéntica maestría en el manejo de la coloquialidad ejercita en Inventando los días, Juegos bajo la luna y en La flor escrita. Coqueteó, pero nunca se comprometió con una bohemia que degeneró en bufonada tarifada por el poder. Se desposó para siempre sentimentalmente con la insurrección, cuyos episodios permean sus novelas. Su recuerdo perdurará asociado indeleblemente al de ella. Carlos

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