Carrito de la compra virtual en Estampa 2014

– octubre 14, 2014Posted in: Por Nicola Mariani, Reflexiones

Selección de obras que me han gustado especialmente en la feria de arte contemporáneo Estampa 2014. 9-12 de octubre de 2014. Nave 16, Matadero Madrid.

Entrada ESTAMPA. 9-12 octubre 2014. Matadero Madrid.

Tras dar una vuelta muy agradable por ESTAMPA el pasado día sábado 11 de octubre, he recopilado una pequeña selección de fotos de obras que he visto, que me han llamado la atención y que – pudiendo – no habría dejado de comprar.

Pateando, he podido escuchar que, a pesar del muy buen trato recibido por parte de la organización de la feria, ha habido algún fallo a nivel infraestructural; por ejemplo, la falta de conexión wi-fi para los expositores (y los visitantes, añadiría yo, ¿cómo no?): algo que hoy en día, en mi opinión, debería ser tan descontado como la iluminación. A nivel de montaje, tengo que reconocer que la sensación que he tenido en todo momento ha sido de cierta confusión en el recorrido de la feria; en ocasiones de desorientación. El espacio ha salido penalizado y no me parece que se hayan aprovechado realmente todas sus potencialidades. Hace tan sólo pocas semanas quedé entusiasmado por el montaje limpio, sencillo, airoso y funcional de otra feria, SUMMA2014, en la misma Nave 16 de Matadero Madrid. Mucho mejor.

Sí que es cierto que me he sentido en un ambiente friendly, que no sexy. Vamos, que a mi lo del adjetivo “sexy” que se ha puesto ahora de moda en el slang la verdad es que no me vuelve loco. Abro un breve paréntesis. Hace catorce años los Einstürzende Neubauten publicaron un disco que se titulaba Silence is sexy. Aquello del silencio sexy sí podía molar. Lo de SUMMA como feria de arte contemporáneo sexy, en cambio, para mi, muy poco. Me sabe a sopa de lata. En verdad, me parece un mood comunicacional bastante frito y refrito. Hace un par de meses, James Hogan, presidente y CEO de Etihad (la compañía aérea de los Emiratos Árabes) tras firmar un acuerdo con Alitalia para rescatar esta última prácticamente del abismo (iba a decir de la basura) declaró textualmente: “creo que la compañía más sexy en Europa tiene que se Alitalia, tenemos que trabajar en su Brand y su imagen” (la traducción al castellano es mía). Sé que esto de ser sexy está muy de moda hoy en día y que hay que decirlo más para ser modernos. Pero, créanme, (aunque lo intente) a mi no me sale. Lo de la feria de arte sexy, no gracias. Puff… es algo que me supera, de veras.

Entre los visitantes de ESTAMPA ha habido alguien que ha puesto en duda el nivel de la oferta, percibido como no homogéneo: con diferencias apreciables entre propuestas muy buenas y otras regulares. A este respecto he de decir que, con la excepción de algunos casos puntuales, he tenido la sensación de que el nivel general haya sido bastante bueno. Además, hay que destacar que los formatos que se tiende a privilegiar en esta feria (pintura sobre papel, dibujo, collage, obra gráfica, fotografía, libro de artista etc.) se pueden estirar hasta el infinito y pueden dar mucho de sí, como han demostrado algunas propuestas sin duda excelentes. Pienso, entre otros casos, en los stands monográficos dedicados a Juan Francisco Casas en Fernando Pradilla y a Javier Calleja en Rafael Perez Hernandez o en las magníficas piezas de Tony Oursler en Moisés Pérez de Albéniz; Linarejos Moreno en Pilar Serra; Alicia Martín en Adora Calvo; Rosell Meseguer y Chema Alvargonzález en Juan Silió; Vanessa Beecroft en Galería Maior; Wolfgang Tillmans en Juana de Aizpuru; Almalé y Bondía en Astarté; Mateo Maté y Karina Beltrán en NF Galería etc. También me ha parecido de gran interés el stand de La Gran, donde he quedado fascinado por la vitalidad, determinación y originalidad de un proyecto que trata de acercar a un comprador tendencialmente joven piezas más que asequibles de artistas como Enrique Marty, Marina Nuñez, Laura Salguero o Elisa Terroba.

No sé que tal habrán ido las ventas. Cuando estuve yo vi puntos rojos donde no me los esperaba y a veces no los he visto allí donde me hubiera gustado. Pero también he visto con mis ojos y escuchado con mis orejas personas preguntar por el precio, consultarse con su pareja y cerrar el trato. Ya sabemos que hay mucho de emoción y de intuición en estas cosas (además del gusto y de la pasta, digo). Algunos de los galeristas y artistas con los que pude hablar confiaban en que, en el momento en el que estuve yo, el fin de semana acababa de empezar. Galeristas que venían de fuera de Madrid me comentaron que sus clientes habituales todavía no habían pasado y se desplazarían (esperemos que haya sido así) con más comodidad en las horas siguientes. Quedaban entonces casi dos días enteros de feria. Hasta ahora no he vuelto a hablar con ninguno de ellos, espero que les haya ido fenomenal. Luego, claro, también había llovido y todo eso… Lo mismo de siempre, vamos.

Dicho esto, sigue siendo para mi un misterio el cómo se pueda sostener tanta densidad de ferias de arte contemporáneo en el mercado de Madrid y del resto de España. No me explico como se pueda absorber tanta oferta a lo largo de todo el año. Entiéndanme, para mi, cuantas más haya mejor, con lo cual no me molesta en absoluto que existan muchas. Toda mi admiración, siempre, para los que emprenden y no se resignan al status quo. Todo mi apoyo a los que tiene le valentía de miran hacia delante. Pero, por otra parte, sí que es cierto que tampoco podemos estar esperando el milagro o que baje del cielo el collector ex machina. En fin.

No estuve el año pasado, con lo cual no puedo decir si esta XXII edición de ESTAMPA haya sido mejor o peor de la anterior. No sé si realmente se ha marcado un punto de inflexión como se anunciaba; si ha habido efectivamente una resurrección y si la imagen de la feria, presentada a la opinión pública como “renovada y comprometida con la creación de nuevo coleccionismo”, haya funcionado o no. (Tras vivir muy de cerca dos décadas de neverending hegemonía berlusconiana basada en el “todo por mi imagen”) el tema de “renovar la imagen” me deja, francamente, indiferente. Quiero decir, que al final la imagen sí que cuenta, pero tampoco es la panacea. No sé si me explico: no le daría a este asunto más énfasis de lo que se merece, ni lo tomaría exageradamente en serio. En mi opinión, siguen contando sobre todo un buen criterio, el rigor, la gana de trabajar y la preparación.

Decía al principio de estas líneas que hice fotos – muy malas por cierto – y aquí os las dejo. Ya paso de hacer eso del Top algo. Hasta hace un par de años en el blog publicábamos post con el Top 10 o el Top 15 de ARCO. Ahora ya me he cansado. En este caso prefiero proponer un carrito de la compra virtual: una selección de obras que si estuviera forrado (o “comido y bien comido”, como dijo el otro día Javier Rodríguez, el facinoroso responsable de Sanidad de la Comunidad de Madrid) me habría comprado sin más. Aquí van. Espero que os gusten (las piezas, digo, no las fotos…).