Revista 100% Verde

Carta al supuesto canario señor Soria

Por Cooliflower

“El ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, ha asegurado que la consulta canaria por las prospecciones petrolíferas en aguas cercanas al archipiélago será suspendida por el Tribunal Constitucional porque es “ilegal”.”.

EFE

 

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Carta al supuesto canario señor Soria

(Quizá algún día) estimado señor Soria:

Le escribimos desde este humilde blog, para hacerle partícipe de nuestras no tan humildes palabras.

Quisiéramos empezar impartiendo un pequeño curso sobre gramática, y no de la parda, a la que tanto parece haberse acostumbrado -más por aquello de liarla, que por sabiduría popular-.

La modificación por el uso de prefijos lo transforma todo. Tomemos por ejemplo “lateral” (situado al lado de una cosa); si se antepone la sílaba “bi”, utilizada en una negociación, lateral será sinónimo de diálogo. Con “uni” la decisión se tornará dictatorial, rozando el brindis testicular (¡por mis c…!). Un “co”, y la acción producida en un extremo afectará al otro lado, que también existe.

Se lo explicamos, señor Soria, porque de lateral a lateral, de un ministerio al meollo del asunto, a veces las distancias son tan grandes como 2.000 kilómetros, o dos modos opuestos de entender la vida.

Desconocemos cómo habrán sido sus reuniones para imponer prospecciones. Imaginamos a unos señores desconocidos, encerrados en despachos, contando billetes y decidiendo que sí (porque sí) las Islas Canarias, en medio de su envidiable reconversión a las energías renovables, deben ceder su limpio mar para conseguir petróleo. El hecho de que la base de la economía insular sea mayoritariamente turismo, turismo enamorado de la naturaleza, es insignificante, por lo que parece, para quienes rinden pleitesía ante las multinacionales

Parece que usted, con váyase a saber quién más, ha modificado los prefijos de la negociación, antes bilateral, y la ha unilateralizado, con daños colaterales. Es más: cuando un extremo del diálogo se enroca, como es su caso, el contrario imita el gesto para proteger sus intereses; cuando uno no quiere, dos no regañan, pero tampoco se entienden.

En todo este asunto, sinceramente, lo más chocante es escuchar a un supuesto canario hablar de ilegalidad cuando sus vecinos quieren decidir (¿ex-vecinos? Ahora están muy lejos de usted. Cada vez más).

Algún día, suponemos, querrá volver al lugar que lo vio nacer. Díganos, señor Soria, ¿quiere ser recordado como el hombre que cambió los prefijos y  prohibió las opiniones por líquido negro? Le animamos a que use sabiamente la gramática, los prefijos, las sílabas, para invertir la tendencia alcista de palabras dañinas, como la de imputados por reputados. Ojalá, en el futuro, sea usted lo segundo.

Reciba una cordial, pero no por ello menos grande, colleja metafórica.


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