"Cartas en el asunto", dando caña a la telefonía

 Portada original.
Cada cierto tiempo los seguidores de Terry Pratchett tenemos una alegría, y es que llega una nueva obra de este autor y el Mundodisco sigue creciendo. Un día más con motivos para bailar.
Avisamos que encontraréis algunas cuestiones que se pueden considerar spoiler.
“Cartas en el asunto” empieza casi desde cero, es una de esas novelas en las que el escritor británico aprovecha para dar un paso más allá en su personal universo, contar nuevas historias y de paso aportar profundidad a algunos de los personajes que ya conocemos.
Aquí el protagonista es Húmedo Von Mustachen (no, a él tampoco le gusta ese nombre), un hombre que está (literalmente) a punto de perder su cabeza a manos de un verdugo, y es que el caballero es ni más ni menos que un ladrón aunque tremendamente educado y considerado, lo que le ha valido la simpatía de un número de personas, pero igualmente va a morir... aunque todo puede cambiar cuando Havelock Vetinari hace su aparición y le hará elegir entre dos ofertas, el problema es que realmente perderá su vida en cualquiera de ellas.
La circunstancia es que el patricio, un ángel que dice él mismo, le propondrá encargarse de la vieja y carcomida oficina de correos o seguir con su vida, pero no es sabio no decirle a este hombre que sí y dejarse engatusar por él. No al menos si pretendes seguir con vida, claro.
Así es como empieza la aventura. Con un ex-delincuente, o no muy ex, que debe sacar adelante un servicio público que no funciona y en el que nadie confía para nada, y menos todavía con la dura competencia de los clacs que pueden llevar un mensaje de una punta a otra del Mundodisco en apenas tiempo, pero claro... no pueden mandar un regalo o un pedazo de queso. Imagen promocional de la película televisiva.
¿Y qué se puede decir? ¿Algo más? No mucho, Terry Pratchett siempre cumple, algunas veces con menos fortuna que otras (ya lo comenté en “Regimiento monstruoso”), asegurando que tendremos una buena dosis de risas que, sin duda, nos alargarán la vida por unos años.
Pero todos sabemos que tras este mundo de fantasía heróica cómica hay una auténtica base crítica social, de reflexión sobre el mundo y lo que en él sucede. Por ejemplo en “El quinto elefante” eran las religiones y en “La verdad” le tocó el turno al periodismo, en esta ocasión es el terrible universo de la teléfonica, sus trapicheos, los abusos y las constantes quejas de los usuarios por un servicio que no cumple y por parche en lugar de soluciones verdaderas.
Hace tiempo dije, creo, que nada escapa a la vista del inglés y esta obra es un muy buen ejemplo de ello.
Si en “Regimiento monstruoso” no terminé de tener un buen sabor de boca, aquí me he quedado totalmente satisfecho.