Revista Opinión

Cataluña. Independencia y Europa. 3

Publicado el 22 diciembre 2013 por Manuhermon @manuhermon
Cataluña. Independencia y Europa. 3
12 Una de las incertidumbres asociadas a una posible independencia de Catalunya es su relación con Europa. Esta incertidumbre ha sido creada por el gobierno español que, a diferencia del gobierno británico, ha amenazado con vetar la pertenencia de Catalunya a la Unión Europea. Al Col·lectiu Wilson se nos hace difícil pensar que la actual Europa democrática se avenga a castigar a los ciudadanos de Catalunya (que, recordémoslo, llevan casi 27 años siendo ciudadanos de la Comunidad Europea) quitándoles la libertad que ahora tienen de circular, comerciar y hacer negocios en Europa. Col·lectiu Wilson
El Colectivo Wilson, son un pequeño grupo de intelectuales independentistas, que tiene enorme influencia y prestigio dentro del movimiento. Más serio y riguroso que el CCN, en el punto anterior, aceptan la incertidumbre que supondría la relación con Europa por una posible independencia de Catalunya, lo cual sería una de las claves de la aceptación popular. Se equivocan respecto a la postura que dicen mantendrá el Gobierno británico respecto a Escocia, porque no parece que estén dispuestos a votar a favor o dar facilidades a los escoceses para su separación, de hecho la campaña del gobierno Cameron es clara y tajante por el no;  y se equivocan también en que la incertidumbre sobre el proceso catalán haya sido generada por el gobierno español, puesto que quienes inician el proceso y quieren imponer sus condiciones al margen de la legalidad actual son los soberanistas. La responsabilidad de los actos es de quien los ejecuta inicialmente, no del resto que responderá. El sentido del párrafo vuelve a utilizar el esquema victimista, presentarse como agredidos por un ataque procedente del exterior, cuando son ellos quienes inician el camino.
Supuesto que Cataluña se independizara unilateralmente, que es lo que sugieren sectores independentistas, probablemente dejaría durante un tiempo, -¿años, lustros, decenios?- a ese nuevo estado fuera de las instituciones comunitarias europeas, al margen de la eurozona y con las ‘relaciones peninsulares’ emponzoñadas lo cual agravaría sus problemas económicos y políticos, dudo mucho, entonces pudieran obtener tantas supuestas ventajas competitivas como dicen los defensores de la secesión. Por descontado los mayores agraviados por el empeoramiento de sus condiciones de vida serían las clases populares, los desfavorecidos, trabajadores, los vinculados con el estado de bienestar, dependientes, parados, jubilados,… y no la burguesía catalana, precisamente máximos impulsores soberanistas.
13 La hipotética decisión del gobierno español de impedir la participación de Catalunya en las instituciones europeas no impediría a Catalunya integrarse plenamente en el orden económico internacional.
El Colectivo Wilson, acepta como posibilidad quedarse fuera de las instituciones europeas, reconocerlo al menos es un avance respecto a otros sectores que luchan por la independencia, a pesar de que dicha postura sea desconocida por decenas de miles de personas que están en el movimiento. Ahora bien, siguiendo con su independentismo, afirman a continuación que, nada impediría a Catalunya integrarse plenamente en el orden económico internacional. Esta aseveración tiene un contenido si prescindimos de plenamente, que podríamos considerar cierto, pero tiene otra interpretación política que está relacionada con la fuerza necesaria hoy para poder influir en el orden económico internacional que no podrá realizar nunca un pequeño estado. En el coctel que nos movemos de la globalización, los mercados financieros y el ascenso de los países emergentes nos encontramos que Alemania, siendo el mayor país de la eurozona queda muy lejos por tamaño y potencia de poder influir en el mundo, así que cualquiera del resto de estados europeos quedamos lejos; podemos intervenir en cuanto Europa, integrados en un conjunto que nos dota de mayor fuerza y capacidad, pero muy poquito como países independientes.
La construcción europea ha supuesto una nueva relación entre regiones europeas, marco en el que se ha desarrollado y crecido el nuevo soberanismo catalán. La integración implicaba una cadena de cesión de soberanía en la UE, comercio, política exterior, medio ambiente, energía, … la posterior ampliación al Este, el tratado de Lisboa, creación del euro y la eurozona, el BCE, y ahora se dará otro paso adelante con la panoplia de instrumentos apenas en embrión surgidos de la actual crisis que obligarán a ceder mayor soberanía, bancaria, fiscal, monetaria, presupuestaria, etc. por lo que amplias zonas de la política de cualquier estado de la eurozona se desarrollan en distintas instancias europeas. Esta nueva realidad reduce bastante el poder del Gobierno de España, muy alejado de aquella idea de centralismo que existió en el pasado y en esta dinámica Cataluña quiere la separación, entendible desde la óptica del espíritu independentista clásico, pero no presentada como solución para todos los problemas ni para tener mayor soberanía. El independentista dice: que me dejen hacer lo que quiera en paz, como si ello fuera posible, hoy nadie puede hacerlo, pero en todo caso, ¿y qué hacemos con la otra mitad que en el mismo territorio quiere otra cosa?


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