La eyaculación precoz es un trastorno de la fase del orgasmo del ciclo de respuesta sexual en el varón. No hay dificultad en conseguir erecciones firmes y el impulso sexual tiende a ser vital, pero la eyaculación es temprana. El problema va más allá del reducido tiempo y control de la eyaculación, causando baja autoestima en el hombre, reducida satisfacción sexual y problemas de pareja.
Algunos estudios sitúan la prevalencia de la eyaculación precoz entre el 16 y el 23% de los hombres, por lo que podemos considerarlo un problema muy extendido que afecta a un porcentaje importante de la población.
En general, el control de la latencia es mayor con la masturbación que con la estimulación manual, oral o coital (por ese orden) de la pareja.
Algunas causas psicológicas de esta disfunción se pueden resumir en falta de percepción adecuada de las sensaciones sexuales que puede deberse a:
- Excitación excesivamente intensa.
- Experiencias sexuales en situaciones de tensión. Es conveniente en estos casos encontrar un momento tranquilo, sin prisas por un compromiso posterior, en un lugar íntimo y dedicar el tiempo necesario a los preliminares al propio acto.
- Prestar mucha atención al propio desempeño sexual. Se recomienda disfrutar del momento y abstraerse de otros pensamientos.
- Sentimiento de presión por la necesidad de dar placer a su pareja. En este caso es muy importante el apoyo de la pareja.
- Culpabilidad con respecto a la masturbación, a las relaciones sexuales o a sus fantasías sexuales.
También puede haber causas subyacentes como transmisión en el núcleo familiar de mensajes en los que el sexo es algo pecaminoso, ambiente familiar problemático, y a veces la hiperexigencia por parte de la pareja también puede influir.
La terapia cognitivo conductual ha demostrado su eficiencia en este tipo de trastornos.