Revista Sociedad

CELAC: el camino de nuestros libertadores

Publicado el 05 diciembre 2011 por Rosabaez @LaPolillaCubana

Por Alfredo García

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El sueño bolivariano de “formar de todo el Mundo Nuevo en una sola nación, con un solo vínculo que ligue sus partes entre sí y con el todo”, comienza a hacerse realidad tras casi dos siglos de luchas independentistas.

Liderados por los países del ALBA, (Venezuela, Cuba, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Dominica y Antigua y Barbuda), y teniendo como marco el bicentenario de la independencia de varios países de América Latina, 32 presidentes y jefes de gobierno se dieron cita en Caracas para formalizar la creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, CELAC, un nuevo foro político hemisférico sin EU ni Canadá.

El más cercano referente de la CELAC surgió en la década de los 80 del pasado siglo, cuando los gobiernos de México, Panamá, Venezuela y Colombia, se reunieron para crear el Grupo de Contadora, y llamar la atención internacional sobre los conflictos armados centroamericanos, la creciente intervención militar de EU en los asuntos internos de El Salvador, Nicaragua y Guatemala y promover la paz en la región.

Dos años después, Argentina, Brasil, Perú y Uruguay, anunciaron la creación del Grupo de Apoyo a Contadora que finalmente, en 1987, contribuyó a los Acuerdos de Paz de Esquipulas. Aunque la mediación del Grupo de Contadora y Apoyo entre los gobiernos de EU, El Salvador y Guatemala y el movimiento revolucionario no fue inmune a la influencia de EU mediante engañosas maniobras, la experiencia política alcanzada marcó un inédito rumbo para el futuro de América Latina y el Caribe.

En diciembre de 1986, los presidentes y jefes de Estado de los ocho países decidieron crear un mecanismo permanente de consulta y concertación política sin la presencia de EU y Canadá, conocido como Grupo de Río, ampliando los temas de interés regional hacia áreas como la situación colonial de las islas Malvinas, la creciente deuda externa y el injusto proteccionismo comercial de los países desarrollados. Posteriormente, otros 16 países latinoamericanos se incorporaron al Grupo de Río.

Con la fundación de la CELAC, los líderes de la región envían un claro mensaje sobre la necesidad de un auténtico organismo latinoamericano y caribeño que, además de foro de diálogo y concertación política al más alto nivel, permita avanzar en el ambicioso proyecto de integración bolivariano.

Tal como ocurrió dos siglos atrás con el Congreso Anfictiónico de Panamá, el gigantesco proyecto emancipador enfrenta el sabotaje de EU y algunos países latinoamericanos que aún se benefician con el rol de “quinta columna”, restando importancia a la iniciativa con interpretaciones “académicas” sobre el futuro de la CELAC.

Tal como en su momento el ALBA sustituyó al ALCA, la CELAC será el enterrador de la OEA cuando las condiciones maduren y la nueva organización podrá incorporar los numerosos foros y organismos creados en años recientes para la integración regional, como parte de su renovada estructura.

Después de seis décadas bajo el control de Washington y a pesar de los cambios políticos en muchos países del continente, la OEA no sólo es una herramienta de la política exterior norteamericana sino, además, un anacronismo que retrasa el desarrollo y la prosperidad de América Latina y el Caribe.

Fuente Discrepando


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