Revista Viajes

Celebrity Solstice.Pompeya, Nápoles y la despedida.

Por Nacho22 @nuestromundovia
Pompeya
Celebrity Solstice.Pompeya, Nápoles y la despedida.El último día de crucero, el Solstice arribó puntual a puerto. Después de un buen desayuno tomamos el camino de la cubierta dos para pisar de nuevo Nápoles. Ya habíamos visto por el balcón de nuestro camarote la proa, pero ya en tierra le vimos por completo. Atracado junto al Solstice estaba el Century, en el que estuvimos a punto de ir si no es porque al final no nos cuadraron las fechas de vacaciones.
Celebrity Solstice.Pompeya, Nápoles y la despedida.Después de saltarnos el asedio de los taxistas que se congregan en la estación marítima de Nápoles, cruzamos la calle al quiosco para comprar los billetes del travía y el tren circumvesuviano . Nuestro objetivo visitar las ruinas de Pompeya, ya que Nápoles ya la conocíamos. Llegamos pronto por la mañana a Pompeya, y a pesar que las visitas guiadas suelen llevar alrededor de dos horas, nosotros permanecimos cerca de cuatro. No nos queríamos perder ningún rincón de esta ciudad completamente sepultada por la erupción del Vesubio el 24 de agosto del año 79, y sobre todo descubrir calles y villas en las que estábamos absolutamente solos. La verdad que quedamos maravillados e impresionados por el gran tamaño de esta ciudad perdida en el tiempo, y como los ingenieros romanos la habían planificado y las soluciones dadas para resolver los problemas estructurales que se presentan en una ciudad, como la evacuación de las aguas pluviales. Recomendable la visita al 100% siempre y cuando el tiempo acompañe, como fue nuestro caso con otro espléndido día. Y también la visita a Herculano, mucho más pequeña y mucho mejor conservada ya que fue cubierta con un alud de barro en vez de lava. Pero esta quedará para la próxima visita .
       Frescos incríblemente bien conservados
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El Anfiteatro.
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   Impresionan las escenas de como quedaron algunos de los habitantes de Pompeya
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Una calle de Pompeya. Al fondo en la carretera se observa las piedras elevadas que hacen la función de un paso de cebra
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  El Templo de Apolo
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Nápoles
Nápoles es una ciudad fantástica, famosa en todo el mundo por sus tesoros artísticos, naturales e históricos, que se extiende a los pies del Vesubio. Tratada injustamente por muchos de sus visitantes debido al abandono de muchos de sus edificios, pero con un indudable encanto. Como punto de partida, la estancia en el puerto de Nápoles nos da un montón de posibilidades a elegir. Desde una visita a la propia ciudad, a las cercanas ruinas de Pompeya y Herculano, la bellísima costa Amalfitana o la isla de Capri e Ischia.
    Ambiente del barrio Spaccanapoli
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Celebrity Solstice.Pompeya, Nápoles y la despedida.En esta ocasión, y debido al escaso tiempo que nos restaba después de la extensa visita a Pompeya, decidimos dar un pequeño paseo para recordar viejos tiempos, callejear un poquito y disfrutar de ese ambiente tan caótico y decadente que le confiere el encanto a esta cuidad. Pero el que la visite por primera vez no debe perderse los tesoros que oculta. El Castel Nuovo, a los pies de la estación marítima; el Palacio Real de Nápoles, construido cuando pertenecía a la Corona Española por el virrey de Nápoles para una posible visita del Rey de España Felipe III (que nunca llegó a suceder); el Duomo de Nápoles que es absolutamente espectacular su interior, no puede estar más ornamentado; las Galerías Umberto I (ahora se encuentran andamiadas y en proceso de restauración), el Museo Nacional Arqueológico (como visita sustitutoria e imprescindible si se llega a Nápoles en un día lluvioso y hace incómoda la visita a Pompeya) y por supuesto el barrio Spaccanapoli el más emblemático y antiguo con calles, tiendas e iglesias increíbles.
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Por último una ascensión en funicolare al Castel Sant´Elmo para disfrutar de unas excepcionales vistas de la ciudad, el Vesubio y la Bahía. Como podéis ver, Italia es mucho más que el eje Roma, Florencia y Venecia.
      Vistas panorámicas desde las almenas del Castel Sant´Elmo
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Otra cosa. Si bien Nápoles es bastante segura, no hay que bajar la guardia ya que existen bastantes carteristas y descuideros. Ha sido en la única ciudad, al menos que hallamos sido conscientes, en la que mi mujer se percató como nos estudiaban unos magrebíes y rondaban y controlaban si yo llevaba la cartera en el bolsillo de atrás. Teniendo en cuenta que ando ensimismado grabando en vídeo y observando los edificios que me rodean, en principio parezco presa fácil. Lo que pasa es que nosotros llevamos unas reglas de precauciones férreas. A saber, la cartera siempre en el bolsillo delantero, la mochila colgada en la parte delantera siempre que hay concentración de gente, el dinero distribuido en diferentes cantidades y así evitar enseñar grandes fajos a la hora de pagar en tiendas, etc.. Cuando vieron que ella se había dado cuenta de la maniobra desistieron de su seguimiento.
Celebrity Solstice.Pompeya, Nápoles y la despedida.Mientras iniciábamos el camino de acercamiento hacia la estación marítima, aprovechamos para sentarnos en una terraza cerquita del puerto y tomarnos unos capuccinos, y gastar los últimos momentos viendo el ir y venir de los napolitanos y el entretenido caos circulatorio que reina en esta cuidad del sur de Italia.
Después de zarpar de Nápoles bajamos al camarote para preparar las maletas antes de cenar. Después de pensarlo un poco, decidimos dejar en la puerta una de las tres maletas que llevábamos , y bajar nosotros las otras dos. En el próximo crucero que hagamos con Celebrity las bajaremos todas nosotros, ya que nos agobia bastante tener que estar haciéndolas y dejándolas en la puerta antes de las diez de la noche. Preferimos prepararlas cuando ya nos retiramos al camarote tarde por la noche.
Este era nuestro camarote. Amplio, comodísimo, sin duda han conseguido unas cabinas muy logradas
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   En el baño había un buen número de amenities
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Detalle curioso. En el Solstice no hay cubierta número trece. A lo que llega la superstición.
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La despedida
En fin, esa era nuestro última noche en el Solstice. Disfrutamos de la cena pero con una cierta sensación de tristeza. Durante nuestra charla, inevitablemente estuvimos repasando nuestras vivencias en este crucero, repasando los aspectos que más nos habían gustado y los que nos gustaron menos, rememorando nuestras andanzas en los distintos puertos y comparando inevitablemente los diferentes aspectos con anteriores cruceros.
Celebrity Solstice.Pompeya, Nápoles y la despedida.Nos despedimos de nuestros camareros, Omar y Canto, y de Rubén, nuestro somelier, y fuimos casi de los últimos en retirarnos del restaurante, ya que la charla se alargó. Nos sacamos unas fotos todos juntos, bajo la atenta mirada de nuestro “amigo” el ayudante de maitre polaco. Yo quería que las fotos nos las sacara este personaje, pero mi mujer me dijo que me cortara, que haber si iba a meter en problemas a nuestros camareros. Mientras tanto, Omar se partía de risa, literalmente. Les agradecimos mucho la atención que nos habían dispensado y las cenas tan agradables que nos habían hecho pasar. No sé si ya lo había comentado, pero en unas de las primeras noches, hablando con ellos, les hicimos saber lo que nos maravillaba el esfuerzo que dedicaban en su trabajo, el peso de esas enormes bandejas llenas de platos que acarrean de la cocina al comedor y viceversa, sirviéndonos todos los platos puntualmente, pendientes de que no nos falte agua o vino en las copas, o pan, o cualquier otra cosa. Preparando las mesas para el turno siguiente, o si no para el desayuno, durante los siete días de la semana, y todo siempre con una sonrisa dedicada a nosotros. La verdad que ya por entonces, cuando se lo comentamos, la cara que nos pusieron fue de perplejidad, seguida poco después por una de agradecimiento y satisfacción por reconocer su buen hacer. Nos comentaron que la gente generalmente era amable, pero era poco habitual que se reconociera su trabajo y menos el ser consciente de la dificultad y perfecta organización en cocinas para dar de comer y cenar a casi tres mil personas. Ya le comentamos que, desgraciadamente, hoy en día es muy poco habitual que se reconozca el trabajo de las personas, ya sea en la mar, en tierra o en el aire. Al menos pensamos que durante esos doce días les hicimos su trabajo un poco más agradable, ya que tuvieron algún problema con una de las mesas que nunca les gustaba nada de la carta ( me gustaría saber qué es lo que comen en su casa ).
Cuando salimos del restaurante ya se respiraba el desembarque en el aire. La tripulación preparando el barco frenéticamente, vaciando los jacuzzis, baldeando las cubiertas, sacando brillo a cristales.. Y el Solstice, vacío de pasajeros, parecía un barco fantasma. Supongo que estarían en la cama descansando para el largo viaje que esperaba a la mayoría. Esta vez no nos tomamos nuestra copita en el Sky Observation, ya que literalmente estaba desierto, no había nadie. Así que nuestros últimos momentos de la noche los pasamos paseando por las cubiertas y mentalizándonos que al día siguiente, desgraciadamente, nos “echaban” .
  
       Nuestro último paseo por cubierta en el Solstice
Celebrity Solstice.Pompeya, Nápoles y la despedida.
  De camino a nuestro camarote por "el barco fantasma"
 
Celebrity Solstice.Pompeya, Nápoles y la despedida. 
 
Esperando a nuestro transfer. El hecho se había consumado. Definitivamente nos habían echado y nosotros de vuelta a la monotonía diaria con cara de resignación.
Celebrity Solstice.Pompeya, Nápoles y la despedida.
Unos de nuestros amigos siempre nos dicen que no entienden cómo nos podemos gastar el dinero en viajar. Con la de cosas que se puede hacer con ese dinero. Una casa más grande, cambiar de móvil cada dos meses, comprar una televisión de plasma de 50´´, adquirir un armario entero de ropa cada temporada..Comprar y comprar, y siempre lo tendrás ahí. Porque de un viaje una vez pasado ¿Qué te queda? Nosotros les decimos que conoces gente nueva, e interesante, ciudades maravillosas, paisajes únicos, civilizaciones milenarias, atardeceres increíbles. Nosotros compramos recuerdos, experiencias, bienestar, volvemos a revivir de nuevo los viajes a esos lugares cada vez que hablamos de ellos, delante de una buena mesa, o paseando por nuestra ciudad, o viendo una matrícula de un coche de ese país que habíamos estado, y que irremediablemente nos traslada allí. Hace no mucho mi madre, que es mayor, me decía que aprovecháramos, que ahora que teníamos salud y podíamos, que viajáramos y disfrutásemos. Es curioso cómo, me decía, cuando llegas a mayor te das cuenta que lo más valioso que posees son los recuerdos y las experiencias vividas. Y cuanto más tiempo pasa más afloran y se hacen más presentes en la memoria, cuando difícilmente te acuerdas de lo que has hecho hace dos días. Pero como dijo alguien, tiene que haber gente para todo.
Bueno… pues esto ha dado de si nuestro crucero. La verdad que después de muchas fotografías y de relatar las vivencias e impresiones que nos hemos llevado a casa hemos disfrutado mucho compartiendo este viaje con vosotros, de verdad.

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