Revista Infancia

Celos entre hermanos

Por Viviendo Con Peques @ViviendoCpeques

Álvaro: – “Mamá, ¿por qué hacéis más caso a Inés que a mí?

Yo: – Cariño, te hacemos mucho caso. Estamos todo el día contigo, jugamos juntos, te llevamos a muchos sitios…

Álvaro: – Sí mamá, ya sé que me hacéis mucho caso, pero aún así a Inés le hacéis mucho más que a mí…


Así empezó todo, el mes pasado fue la primera vez que Álvaro expresaba lo que sentía respecto a su hermana. En ocho meses todavía no nos había dicho nada así, había notado los cambios, y los había expresado de diversas maneras, pero ese fue el primer día en el que Álvaro me preguntaba directamente sobre el tema, un día normal, mientras cenábamos…

Después de eso han surgido otras conversaciones de este tipo, incluso algunas en las que dice que ha pensado que o se va Inés de casa o lo hace él, porque quiere alguien que le haga caso en exclusiva (siempre que pasa un rato vuelve diciendo que en realidad no quiere eso, porque nos quiere mucho a los tres y nos echaría de menos).

Ante este tipo de preguntas y conversaciones son muchas las cosas que pasan por mi cabeza: en primer lugar sorpresa, pues la primera vez no lo esperaba, y aunque sé que la llegada de Inés ha afectado a su vida porque es algo inevitable, no creía que tuviera esa impresión. En segundo lugar decepción, porque nos esforzamos cada segundo del día en que no se sienta de ese modo, y aún así no le resulta suficiente, me sentí como si hubiéramos fallado. Y en tercero satisfacción, porque hemos trabajado mucho para que Álvaro aprenda a expresar lo que siente y para que lo diga sin miedo a lo que pueda parecerle a los demás, y me sentí orgullosa, porque es una suerte que con cinco años sepa identificar lo que siente y sobretodo que tenga la confianza suficiente para expresarlo como algo normal.

Es absolutamente normal que con la llegada de un hermano, el mayor (o los mayores si son varios) sientan celos. Nuestra misión como padres es estar atentos a las señales, e intentar estar ahí, con ellos, del mejor modo posible, y sobretodo dos cosas importantísimas: acompañarles en lo que sienten, y no reprimirles, pues por mucho que nos puedan doler algunos comentarios, son suyos y debemos respetarlos.

Es posible que los celos se muestren directamente con el bebé, y escuchemos frases del tipo “yo no quería hermanos”, “cuando se va a ir” o “no me gusta que esté aquí”; pero a veces los celos no son tan claros, en muchas ocasiones (el caso de Álvaro es este), los niños sienten un gran amor y cariño por sus hermanos, los quieren y los cuidan más que a nada, pero expresan lo que sienten de formas inesperadas, que normalmente suelen dirigirse hacia los padres, como desobediencia, malas contestaciones, se portan “mal” y hacen cosas que nunca antes habían hecho…Álvaro también ha estado una temporada mordiéndose las uñas, es un modo de sacar y expresar sus nervios. Recuerdo que también le pasó con el cambió de la guarde al colegio (en ese caso en vez de morderse las uñas le dio por hacerse pellejitos en los dedos).

Cuando estas cosas ocurren, y más cuando estamos metidos en el caos de la paternidad, nos cuesta mucho identificar de donde vienen estos comportamientos, y en vez de darnos cuenta de que seguramente estén relacionados con la llegada del nuevo miembro de la familia, solemos pensar en la mala suerte que tenemos de que ahora de repente se porten tan mal; no entendemos qué les hemos hecho nosotros para que nos traten así, y si alguien nos pregunta si tienen celos decimos que por supuesto no, que nuestro hijo quiere mucho a su hermano y que está muy contento con su llegada.

En realidad no está reñida una cosa con otra, ellos sienten un gran amor por sus hermanos, pero es inevitable que su cuerpo sienta cosas nuevas y desconocidas para ellos ante esta situación.

Como os decía antes, me sorprendió la pregunta de mi hijo. Él siempre ha sido un niño bastante intenso, que ha necesitado mucha atención, y evidentemente ha tenido temporadas de cambios de comportamientos grandes antes situaciones nuevas; esto ocurría ya antes de nacer su hermana y por supuesto también después, pero él nunca lo había asociado a la llegada de su hermana; en cambio en este tiempo ya se ha dado cuenta de que el que nosotros estemos con ella en determinados momentos le hace sentirse mal.

Además ha coincidido con uno de los dos puntos clave en los que los niños se suelen sentir más alterados y nerviosos respecto a sus hermanos (por lo menos son los momentos que yo he observado tanto en el trabajo, como en mi vida personal): el primero es el final del embarazo, suelen estar muy alterados pues no saben bien lo que va a ocurrir; y el segundo es cuando el bebé tiene entre 6 y 7 meses, pues es cuando empieza a necesitar más atención, a hacer más “gracias”… A partir de ese momento es muy común que los celos se manifiesten de forma más clara.

Los padres además solemos hacerlos mayores de repente, y eso tampoco ayuda. El primer día que me hizo esa pregunta me senté a hablar con él, y una de las cosas que me dijo es que le gustaría que le vistiera como si fuera pequeño, “eso sí, sin pañal ni cosas de esas” me dijo, y esque suelo ir tan deprisa todo el día que le pido que se vista solo (porque en realidad sabe hacerlo), pero es algo que antes no hacía, pues siempre lo ayudaba yo a vestirse. También quería que le hiciéramos cosquillas, como ve que a veces le hacemos a Inés…Nosotros no hacemos más que pensar cosas que poder hacer con él, y resulta que a veces lo que él necesita es algo mucho más simple y sencillo.

Los celos además, no aparecen sólo en casa; de echo con Álvaro vemos que se manifiestan mucho más cuando está con sus abuelos, tanto con los maternos como con los paternos; él ha sido el primero en ambas casas, y tener que compartir el protagonismo con ellos también le está costando un poquito.

Celos entre hermanos

Los celos son sanos, si no llegan a conductas extremas que puedan hacer daño a alguien, por supuesto; y me parece importante que intentemos no agobiarnos mucho con el tema, ni reprimirles sus sentimientos. De hecho ahora es el mayor quien siente celos de la pequeña, pero sé que cuando Inés crezca un poquito la cosa será mutua, pues los pequeños también sienten celos de los mayores.

Creo que la clave está en la observación, para intentar ver por qué se producen ciertas conductas de los niños; el respeto de sus sentimientos, y la actuación ante ellos por nuestra parte, pues al fin y al cabo nosotros somos los adultos, las personas que podemos ayudarles con esto. No podemos pretender que lo solucionen ellos solos. Una vez más, es una conducta que ellos tienen por un motivo, nos parezca coherente o no; y esta conducta no se produce para fastidiar a los padres.

Otra cosa que podemos hacer es buscar momentos en exclusiva con ambos, pues les ayudarán a sentirse un poquito más únicos y especiales. Os cuento por ejemplo lo que vamos a hacer nosotros a partir de este mes: Álvaro va todos los domingos por la mañana con mis padres, porque viven fuera y es el único día que puede estar un poquito con ellos. A partir de ahora hemos pensado que un domingo irá él y otro domingo irá Inés; así tienen cada uno su rato en exclusiva con los abuelos, y su rato en exclusiva con los papás. Y de vez en cuando dejaremos un ratito a ambos para poder escaparnos a hacer deporte o alguna actividad juntos en pareja, pues aunque sea sólo durante una hora o dos, debemos cuidarnos y no olvidarnos de la persona que nos acompaña en esta aventura (si eres madre o padre soltero busca también algún ratito para ti, para hacer algo que te guste, o un momento especial a la semana que compartir con amigos…).

Nos queda mucho camino que recorrer con esto de los celos, nos equivocaremos muchas veces en nuestras actuaciones, nuestros hijos se sentirán perdidos en muchos momentos; pero con nuestro cariño y respeto hacia ellos conseguiremos que esto sea “sólo” otra fase más en su crecimiento.

¡Mucha suerte, y mimos, muchos mimos para todos, que esos siempre lo curan todo!

🙂


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