Lodeña es una apartada parroquia piloñesa, que a buen seguro que quedará en la mente televisiva de algunos, pues en una vieja casona hoy a medio de camino de sus restauración se desarrolló uno de los realitys «ACORRALADO» y que además fue para colmo de males el escenario en que una vieja marquesa ahorcaba a sus siervos (
LA CASONA DE LODEÑA). y que pese a su estado y polémica, hoy en parte ha sido restaurado Pero Lodeña es algo más, por ejemplo en su territorio se haya el TORREON DE LODEÑA del siglo XII y donde se sitúa a un noble caballero lusitano, y en dicho torreón también se sitúa al Señor de Lodeña Alvar González otorgado por Alfonso IX, y alguno de sus moradores tiene bastante que ver con la Cueva de La Virgen de Infiesto. De esta noble familia de Lodeña salió Menendo Fernández de Lodeña que fue compensado por el rey Juan I en 1378 por su ayuda contra el revoltoso Conde de Gijón, y de y con cuna en esta torre salió también Pedro Lodeña Corregidor de Asturias a finales del siglo XV.Hoy tal vestigio histórico se encuentra en una continua degradación con riesgo de total destrucciónY todo esto para decir que hoy hemos estado recorriendo toda la zona en BTT, y hemos pasado por estos interesantes parajes, aunque donde nos hemos detenido como es menester en el CEMENTERIO DE LODEÑA, una parroquia de pequeñas dimensiones que hace un par de años se le daba como pobladores a uno 30 paisanos/as.El Cementerio es pequeño. pues tampoco la parroquia es extensa, más bien pocas almas muy repartidas por un amplio paraje a la sombra del dos cordales como la de Cayón e Incós, precisa,mente desde Torazo (Cabranes) hemos hecho una interesante ruta de BTT (VUELTA AL PICO INCÓS)Como se puede ver en las fotos, el viejo cementerio ha dejado paso a la renovación a base de nichos de muy distinta factura, y solo hay un detalle un tanto antiguo y es la placa de Ricarda Cuesta García fallecida en 1944, y rescatada en un sencillo rincón del CementerioY hoy quiero dejar testimonio de los cementerios rurales asturianos, que puede decirse que no tiene mucho arte, digamos que son algo liliputienses y poco dados a la fotogenia funeraria que ya es una patogenia viendo algunos perfiles de facebook y demás... pero estas pequeñas quintanas de la muerte bien merecen un testimonio. Aquí queda este.
Víctor GUERRA