Al parecer, Manuel Pellegrini va a continuar en Málaga lo que ya se había convertido en una rutina -discutida, pero afianzada-. Y es que el chileno prefiere trabajar en los entrenamientos a puerta cerrada, práctica que ya imponía Jesualdo Ferreira y que no gustó nada a la afición ni a los medios.
El único entrenamiento que pudo verse, y que tuvo 3.000 personas en las gradas, fue la víspera del derbi ante el Sevilla, como medida de motivación para los jugadores. La afición respondió, pero el club no repitió, a pesar de los malos resultados.
Cada maestrillo tiene su librillo, suele decirse. En Málaga no gusta esta opción, pero seguro que no se alzarán demasiadas voces si el equipo consigue repuntar. Es una práctica que ya utilizan muchos entrenadores. Personalmente, yo soy partidaria de combinar un poco de cada. Hay entrenamientos o días específicos en los que el míster pueda considerar oportuno excluir al público. Sin embargo, el grueso de los entrenamientos no tienen nada que ocultar…
¿Qué os parece a vosotros? ¿Entrenamientos abiertos o a puerta cerrada? ¿Qué motivos argumentaríais?
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