Revista Homo

Cervezas para gays y lesbianas

Por Alejandropumarino

Cervezas para gays y lesbianas

Una cervecera mexicana ha sacado al mercado dos nuevas cervezas dirigidas especialmente al público homosexual. Están fabricadas de forma artesanal, y ya han recibido pedidos para distribuirlas en países como Estados Unidos, Japón, España o Japón.

Al parecer, se trata de un producto con especial sabor o aroma a cítricos, lo que estadísticamente resulta agradable al público homosexual, y toda vez que el negocio es el negocio, hemos distribuido la cerveza de marras en los países de referencia.

En este mismo espacio publicábamos hace dos años, una entrada que criticaba la revista Zero por crear una suerte de “ghetto” que dificultaba la plena integración de los homosexuales en la sociedad.Resulta bastante difícil hacerlo con un colectivo que tiene establecimientos de hostelería propios, revistas exclusivas, zonas residenciales características y establecimientos de moda típicos. Ahora, por si fuera poco, se lanza una bebida para gays y lesbianas; ¿qué sucedería si la consume un heterosexual?. ¿Hablaríamos de “heterofobia” con la misma facilidad que se tacha de homófobo a otro individuo?. Da la sensación de que el mundo homosexual pretende una integración plena en la sociedad, pero desde la exclusividad de ciertas prebendas, tildando automáticamente de homofobia a todo bicho viviente que critique esta suerte de doble juego.

Desde mi punto de vista no se precisan tantas reivindicaciones sociales, y cuando fueron realmente necesarias, la situación política no las permitió. ahora, que vivimos en un mundo de libertades y derechos sociales, no es necesario un día del orgullo gay, ni una revista Zero, ni tampoco la exaltación de la promiscuidad o del fetichismo; cada uno es como es y hace lo que le da la real gana, teniendo el límite natural de donde comienzan las libertades ajenas, al margen del legalmente establecido. Cualquier segregación por diferencias culturales, sexuales o ideológicas es esnob. Estos están corrompidos sin ser encantadores, y eso, es un defecto.

P.D. La última frase corresponde al prólogo de Oscar Wilde para el Retrato de Dorian Gray


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