Ingredientes:
Siempre a gusto.
- Champiñones gigantes.
- Pimiento rojo y verde.
- Una cebolla mediana.
- Dos dientes de ajo.
- Tomillo, laurel, comino.
- Una pizca de pimienta negra y sal.
- Una pizca de jengibre.
- Cuatro patatas guisadas previamente picadas en trozos.
- Queso parmesano rallado.
- Brécol para acompañar.
Primero guisé las patatas en cuatros y sin piel. Una vez suaves las colé y las reservé para el final. En una cazuela sofreí pimientos rojos y verde finamente picado, dos dientes de ajo, cebollas, igualmente picados hasta lucir un color dorado. Añadí también al sofrito los tallos de los champiñones que retiré de las cabezas de champiñón ya que necesitaba espacio para el relleno. Una vez dorado, añadí sal, pimienta, comino, una pizca de jengibre, laurel y dejé guisar a fuego lento alrededor de diez minutos. Rellené los agujeros de los champiñones con el guiso y coloqué con cuidado en una bandeja de Pirex rodeados de las patatas previamente guisadas y espolvoreé con tomillo fresco de mi jardín y parmesano rallado. Parte del relleno se lo agregué a las patatas por encima. Horneé con fuego fuerte hasta ver que los champiñones se han horneado y el queso esté dorado por encima.
¡Que aproveche!
Gracias a todos por los buenos deseos expresados. Espero seguir adelante con más energía y mucha motivación. Tal ves lo he mencionado anteriormente; este es un blog sencillo, humilde y sin pretensiones. Si has decidido seguirme es porque realmente te gusta, encuentras algo de interés, interesante o sencillo de entender. Simplemente soy una ama de casa que un día su marido le impulsó a hacer este blog. No pertenezco a ningún circulo de grandes blogueros que participan activamente en revistas digitales o que comercian con ello... no, sólo disfruto de este pequeño espacio y sin ánimo de lucro o pretensiones de obtener premios y participar en cuanto sorteo tenga acceso con un click. Sería soberbio de mi parte pertenecer a esa élite de grandes blogueros que con una gran infraestructura y buena fotografía merecen ser los mejores. No puedo ofrecer nada más, lamentablemente, sólo te ofrezco mi sencillez y mis ganas de seguir cocinando algo suculento y nuevo cada día. ¡Gracias!