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Charles Paul de Kock, del éxito al olvido. Apuntes biográficos.

Publicado el 25 septiembre 2017 por Carm9n @Carmenyamigos
Charles Paul de Kock, del éxito al olvido. Apuntes biográficos.
El novelista francés Charles Paul de Kock (1793-1871), fue uno de los escritores más populares del siglo XIX. Era hijo de un banquero holandés,algo manirroto que fue guillotinado durante el reinado del Terror. Ya a la edad de 15 años escribió, y autopublicó, su primera novela, El hijo de mi mujer, que desgraciadamente para él pasaría sin pena ni gloria.
Después de colaborar en varios vodeviles, el melodrama Catherine Courlande, representada en el teatro L'Ambigu-Comique en 1814, le hizo famoso. Y con Georgette y Hermano Jacques llegó su verdadero triunfo literario, que seguiría con Monsieur Dupont, Jean la lechera de Montfermeil, El hombre de la naturaleza y el hombre civilizado, La millonaria, El cornudo, Un racimo de grosella,... o las que son quizá sus novelas más famosas El barbero de París y Andrés el de Saboya
Paul de Kock acabó publicando más de 400 obras-vodeviles, dramas, alguna novela histórica que apenas merece mención y novelas por entregas, muchas novelas por entrega- casi en su totalidad historias de la vida parisina de clase media llena de cabarets y enredos y salpicadas de humor, en ocasiones algo picante para la época.  De hecho, en algún caso incluso ya solo el título fue motivo de escándalo, como con Le Cocu (El cornudo), que al hacer referencia al acto del adulterio era causa de rubor para las damas que deseaban adquirir la obra. La mayoría de sus novelas fueron publicadas por Ediciones Rouff y hoy en día son especialmente importantes para reconstruir esta vida de la clase media parisina a comienzos del siglo XIX.Charles Paul de Kock, del éxito al olvido. Apuntes biográficos.
El éxito prodigioso de sus obras se explica por el hecho de que son genuinamente populares.  Paul de Kock describe las costumbres de la gente de París antes de 1848: el mundo de las cosas sencillas, de las escapadas rurales, de grandes risas, de bromas, y siempre con gran sentido del humor. La espontaneidad, la sensibilidad y la bondad son cualidades que hicieron de Paul de Kock un autor apreciado no sólo por lectores menos exigentes como los empleados y las grisettes- jóvenes trabajadoras de París, principalmente dependientas, modistas y empleadas domésticas- sino también por escritores contemporáneos de consolidada reputación.
Así, por ejemplo, se cuenta la anécdota de que, estando una noche Alejandro Dumas cenando en Saint Germain, un adulador le dijo: 'Maestro, en el futuro solo se recordará  a tres novelistas de nuestro siglo: usted, madame Sand y Balzac'. 'Quisiera', dijo Dumas, 'añadir un cuarto'. '¿Quién?', preguntó el otro. 'Paul de Kock', contestó Dumas. 'Él perdurará en el recuerdo más tiempo que nosotros. Si usted no comparte mi opinión, es que usted no es un buen lector'.
Tuvo muchos lectores y muchos defensores dentro de los círculos literarios. En enero de 1837  la Edinburgh Review or Critical Journal comentaba en su defensa,
"It is this extraordinary popularity which has injured M. Paul de Kock with those who affect to  be finer than the many. They accuse him of being the authro os the grisettes."
Pero también contó con detractores. Así, en el número de abril de 1841 se decía de Paul de Kock en la Waldie's Select Circulating Library and Journal of Polite Literature,
"Paul de Kock has enjoyed, and still enjoys, more celebrity than any living writer; that is to say, if the extent of a man's reputation be judged by the number of his readers." 
Y en 1905 New International Encyclopædia describe sus historias como
"rather vulgar, but not immoral, demanding no literary training and gratifying no delicate taste". 
Decía el propio autor en sus Memorias como respuesta a las críticas de este tipo que había recibido,
"Y si algunos críticos serios, al diseccionar algunas de mis novelas, doctoralmente decidieron que emanaban de una pobre pluma que ni siquiera llegó a cursar humanidades, no me cuesta confesar que esos señores no se equivocaban. Lo confieso humildemente: nunca fui capaz de traducir a Horacio como Jules Janin, ni a Homero como Madame Dacier. ¡Ni lo intentaba! En cuanto a mi estilo, si muchas veces lo acusaron de descuido, responderé que, habiéndome inspirado generalmente para mis tramas y mis personajes en la clase social baja, sería un grave error por mi parte hacerlos hablar como académicos. Y en cuanto a los errores de gramaticales, de los que es posible que me acusen, diré que, habiendo oído decir que ni los mayores escritores están libres de una acusación de ese genero, no es extraordinario que yo, que soy sólo un novelista popular, merezca a veces esa sentencia."
Charles Paul de Kock, del éxito al olvido. Apuntes biográficos.
Recordemos en este sentido que Paul de Kock apenas asistió a la escuela debido a los problemas financieros de la familia- la enseñanza primaria básica no fue gratuita en Francia hasta 1880- y con ocho años apenas sabía leer y escribir con dificultad. Pero logró ir superando de modo casi autodidacta estas trabas y limitaciones y acabar convirtiéndose en el autor de los grandes best-sellers de la época... y en un gran olvidado hoy en día. 
Como bien dice Francisco Lafarga en El relato corto francés del siglo XIX, "La historia literaria y la posteridad han jugado a veces malas pasadas a los escritores: algunos que fueron celebérrimos en su época han caído en el más absoluto de los olvidos. El caso de Paul de Kock es de los más elocuentes en este sentido."
Con esta entrada biográfica de hoy y la reseña de Un racimo de grosella- si hubiese tiempo también la de La millonaria-, acercamos hasta aquí, en el contexto del Proyecto E2O, el recuerdo de este ignorado autor decimonónico.

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