En China se están importando con éxito ciertos productos occidentales: desde aceite de oliva hasta jamón, pasando por el vino y algo que hasta ahora era un exotismo: el café. Los jóvenes son los que más consumen esta bebida.
El país del té podría estar pasándose al café. En apenas un año, el consumo de esta segunda opción se ha incrementado en un 40 % en China. Por eso, las empresas del sector en todo el mundo se dan codazos por hacerse un hueco en este pujante mercado.
Aún quedan muchos granos que vender.
Los chinos consumen tres tazas de café al año frente a las 610 de los españoles.
En cualquier caso, lo cierto es que hace cinco años era casi imposible tomar un café en Pekín, mientras que ahora lo complicado es elegir entre una larga carta de combinaciones y establecimientos.
Frente a los mayores, que mantienen la tradición del té, son los jóvenes chinos los que abanderan la nueva moda, que ha multiplicado las escuelas de cafeteros.
Fuente: onda cero
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