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Ciclo Star Wars V: `El Ataque de los Clones´

Publicado el 25 julio 2012 por Lapalomitamecanica
Desmitificando la leyenda de Anakin Skywalker
Ciclo Star Wars V: `El Ataque de los Clones´
Como ya comentamos en su día, la primera trilogía de Star Wars fue una gran oda al cine de aventuras no exenta de sus más y sus menos, pero con un sentido del espectáculo que primaba sobre cualquier defecto. Tampoco es ningún secreto que la primera película de la segunda tanda con la que George Lucas nos obsequió tras años y años de espera fue un sacrilegio similar al que debieron sentir los seguidores de Green Lantern cuando vieron la nauseabunda adaptación que el inefable Ryan Reynolds y compañía se cascaron. Un disparate de efectos especiales con un guión tan pobre que dejan a las películas de Nacho Vidal como monumentos a la narrativa elaborada. Tras esta avalancha de críticas tanto por parte de la prensa especializada como del público en general, el director George Lucas se agarró los machos para volver a intentarlo de nuevo con Episodio II: El Ataque de los Clones, que si bien en su día tuvo que soportar las acusaciones de un guión poco sólido, también hay que  reconocer que comparada a su predecesora nos encontramos con un largo mucho más equilibrado y estructurado.
El análisis completo del Episodio II: El Ataque de los Clones, tras el salto.
El ataque de los clones, como comentábamos, mejora respecto a su predecesora sobre todo en el desarrollo de una historia con toques de intriga donde por supuesto finalmente priman los fuegos de artificio, aquellos que hace décadas fueron la innovación en el mundo del celuloide pero que por desgracia, en la fecha del estreno de la nueva trilogía, no representaban más que un derroche sin la mínima innovación o genialidad. Un error fatal el sustentar a toda la película en pura y dura pirotecnia por mucho que George Lucas y compañía tengan una pericia fuera de toda duda cuando usan píxeles por pinceles. A pesar de que se agradece una ambientación de la ciudad de Corusant, que recordaba quizás en exceso ciertos toques de Blade Runner, y que el toque de thriller que aporta Obi Wan Kenobi dejando constancia de que los Jedis también tienen capacidades detectivescas resulta de lo más divertido, seguimos de nuevo cayendo en la  caricatura burda de esta orden con saltos al vacío imposibles y piruetas más absurdas que las que se pega Johnny Depp durante la Saga Piratas del Caribe. No obstante, insistimos que la línea argumental protagonizada por un Ewan Mcgregor, aunque algo intrascendente, es la parte más sostenible de la película de lejos.
El Episodio II se enfrentaba además a una de las situaciones más peliagudas que tenía como reto la nueva trilogía de George Lucas, que es cómo encarar de forma convincente la caída en desgracia del joven Anakin Skywalker. De primeras eligieron como actor al por entonces poco conocido (y cuya carrera parece haberse estancado irremediablemente) Hayden Christensen, un perfil demasiado joven para ilustrarnos a un personaje al que todos siempre imaginábamos algo más entradito en años. Ahora bien, ya sea por las carencias del actor o bien del guion, el horizonte que se nos plantea acerca del final del joven Jedi resulta terriblemente ridículo. Y no es que el amor no sea una opción totalmente viable para volverse al lado oscuro, de hecho, la posesión y  el miedo a la pérdida van en contra de toda la doctrina Jedi por lo cuál se ejemplifica el por qué del sacrificio al que se someten los miembros de esta orden.  Sin embargo, no ayuda el hecho de que nos presenten a un Anakin más hormonado que los televidentes de Dawson Crece, cuya rebeldía adolescente tenemos que aceptar porque sabemos de sobra su condición futura, intuible en algún vago discurso sobre la efectividad de los regímenes dictatoriales.
Ciclo Star Wars V: `El Ataque de los Clones´
Pero si hay algo que resulta terriblemente soporífero durante el Episodio II y por lo que muchos pusieron el grito en el cielo, fue por la inefable love story entre Amidala y Skywalker. Un empalago tan bochornoso solo superado tras la llegada de la premio Cervantes Stephanie Myer con su obra magna, la Saga Crepúsculo. Y no es solo que resulte una historia repleta de tópicos romanticones, sino que resulta inverosímil del todo por no decir que roza la pederastia .
El acto final supone de nuevo el libre albedrío para la campaña de pirotecnia con la que George Lucas infestó el cien por cien del metraje de La Amenaza Fantasma. Porque viendo el resultado parece que el director de THX 1138 parece empeñado en cargarse el insustituible -a la par de humilde- trabajo de extra al diseñar unos soldados imperiales más falsos que los propios fondos croma que inundan por completo toda la nueva saga. El resultado no es sino una batalla carente de toda emoción que destroza una de las figuras más incontestables de la saga antigua, la del soldado imperial. Lo mismo ocurre con la batalla Jedi, una orgía de sables de luz no apta para epilépticos más propia de la serie Clone Wars que de la epicidad que se le requiere a ese tipo de enfrentamientos en la saga cinematográfica.
Ciclo Star Wars V: `El Ataque de los Clones´
Finalmente, si por algo será recordada El Ataque de los Clones es por desvelar uno de los grandes misterios de la saga. Evidentemente, hablamos de como es posible que Yoda, con su reducido tamaño, pueda representar una amenaza real en una batalla a espada láser. Y es que hay misterios, como la identidad del asesino de Zodiac o el aspecto real de la mujer de Niles Krane, que el hombre es mejor que no conozca en beneficio del misticismo y la imaginación del propio espectador. Ver a Yoda y al octogenario Conde Dooku (un Christopher lee mal aprovechado del que apenas nos cuentan nada que otorgue profundidad al personaje) dando brincos fue para muchos peor que aguantar Vanilla Sky con los comentarios del reparto. En definitiva, nos encontramos con otra perla de George Lucas que si bien mejoraba respecto a su predecesora, seguía sin cumplir las expectativas dejando a los seguidores de la saga con todas las esperanzas puestas en La Venganza de los Sith.

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