Revista Cultura y Ocio

'Cierta secta feminista se da consejos prematrimoniales'

Publicado el 06 julio 2011 por Desequilibros

Y besémonos, bellas vírgénes, besémonos.
Rasgando el azahar, gocémonos, gocémonos
del premio que celaban nuestros muslos.
El falo, presto a traspasarnos
encontrará, donde creyó virtud, burdel.
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La literatura erótica, aunque se ha venido cultivando desde la antigüedad, ha tenido en la poesía algunos de sus productos más interesantes. Y una de las escritoras que mejor ha sabido cultivar ese género ha sido, sin duda, Ana Rossetti.
Cierta secta feminista se da consejos prematrimonialesConocí la obra de Ana Rossetti a través de "Las Diosas Blancas" de Ramón Buenaventura, antología de la joven poesía española escrita por mujeres, de 1985.
De aquella antología ya os hablé un poco a raíz del poema de otra de las "antologadas": Amparo Amorós y su érase un hombre un pito atornillado, también de tono erótico.
La antología de Buenaventura fue el libro "excusa" para un trabajo de crítica literaria de la facultad. Y Ana Rossetti una de las autoras elegida para profundizar un poco en su obra.
Así que me puse en contacto con ella.
Eran los tiempos en los que había que hacerlo a través del correo postal de la Editorial, que ellos te contestaran dándote los datos de la autora elegida, y de nuevo correo postal solicitando una entrevista o remitiendo directamente un cuestionario.
Mi sorpresa fue mayúscula cuando la respuesta de Ana fue una postal (con un cuadro de Miró, todavía la conservo) en la que me daba su número de teléfono.
La llamé, claro. Y charlamos un rato. Incluso me dijo que mi trabajo era el primero que nadie realizaba sobre su obra. Y aunque el resultado fue mediocre -según releo ahora- ahí queda mi humilde mérito.
Cierta secta feminista se da consejos prematrimonialesUnos pocos años más tarde la conocí en persona después de una conferencia poética que realizó en mi ciudad. Poesía en el Campus, se llamaba el ciclo. Todo un lujo, con dedicatoria incluida.
Lo cierto es que desde entonces he sido un fiel, aunque irregular, seguidor-lector de la obra de Ana, a la que confieso que me gustaría volver a encontrar, aunque fuera a través de alguna red social.

Ayer os trajimos un poema de San Juan de la Cruz, que calificamos como el mejor poema erótico.
El bueno de Juan de la Cruz, como seguramente (casi) todo el mundo sabe, no pretendió hacer un poema erótico, sino místico.
Y hoy os traigo otro poema, esta vez sí, erótico, de Ana Rossetti, como contrapunto al del Santo de la Cruz y como modesto homenaje a Ana.
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Cierta secta feminista se da consejos prematrimoniales

"...Trabajada despiadadamente por un autómata que cree que el cumplimiento de un cruel deber es un asunto de honor."
Andrea de Nerciat
Y besémonos, bellas vírgenes, besémonos.
Démonos prisa desvalijándonos
destruyendo el botín de nuestros cuerpos.
Al enemigo percibo respirar tras el muro,
la codicia se yergue entre sus piernas.
Y besémonos, bellas vírgenes, besémonos.
No deis pródigamente a la espada,
oh viril fortuna, el inviolado himen.
Que la grieta, en el blanco ariete
de nuestras manos, pierda su angostura.
Y besémonos, bellas vírgenes, besémonos.
Ya extendieron las sábanas
y la felpa absorbente está dispuesta.
para que los floretes nos derriben
y las piernas empapen de amapolas.
Y besémonos, bellas vírgenes, besémonos.
Antes que el vencedor la ciudadela
profane, y desvele su recato
para saquear del templo los tesoros,
es preferible siempre entregarla a las llamas.
Y besémonos, bellas vírgenes, besémonos.
Expolio singular: enfebrecidas
en nuestro beneficio arrebatemos
la propia dote. Que el triunfador altivo
no obtenga el masculino privilegio.
Y besémonos, bellas vírgenes, besémonos.
Con la secreta fuente humedecida
en el licor de Venus,
anticipémonos,
de placer mojadas, a Príapo.
y con la sed de nuestros cuerpos, embriaguémonos.
Y besémonos, bellas vírgénes, besémonos.
Rasgando el azahar, gocémonos, gocémonos
del premio que celaban nuestros muslos.
El falo, presto a traspasarnos
encontrará, donde creyó virtud, burdel.
Ana Rossetti
"Los devaneos de Erato" 1980


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