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Cinco metros cuadrados (Max Lemcke, 2.011)

Publicado el 02 enero 2013 por Rugoleor @rugoleor

Póster: Cinco metros cuadrados (Max Lemcke, 2.011)

Cinco metros cuadrados (Max Lemcke, 2.011)

Ficha:

Título Original: Cinco metros cuadrados.
Director: Max Lemcke.
Guionistas: Pablo Remón, Daniel Remón.
Intérpretes: Fernando Tejero, Malena Alterio, Emilio Gutiérrez Caba, Manuel Morón, Jorge Bosch, Secun de la Rosa, Paula Bares, Angela Boj, Alex Spijksma, Enric Benavent, Lola Moltó.
Productor: Isabel García Peralta.
Fotografía: José David Montero.
Música: Fernando Velázquez.
Montaje: Laurent Dufreche, Ascen Marchena.
País: España.
Lugares de Rodaje: Alicante, Ciudad de La Luz.
Año: 2.011.
Duración: 91 minutos.
Edad: No recomendada para menores de 7 años.
Género: Drama.
Distribuidora: Aliwood Mediterráneo Producciones, S. L., A Contracorriente Films, S. L.
Estreno: 11-11-2.011.
WEB Oficial: Web Oficial de la película en España.
Espectadores: 67.330.
Recaudación: 406.987,11 €.
Calificación: 5,815.

Sinopsis:

Álex y Virginia, una pareja con planes de boda, deciden comprar un piso sobre plano a las afueras de una gran ciudad. Reúnen todos sus ahorros para pagar la entrada, más una hipoteca a cuarenta años. Cuando tan sólo faltan unos meses para la entrega de los pisos, paran las obras y precintan la zona. Álex quiere una solución y hará lo que sea para conseguir su casa y tener la vida que siempre había soñado.

Comentario:

Conocidos por sendos papeles en “Aquí no hay quien viva”, Fernando Tejero y Malena Alterio vuelven a trabajar juntos; esta vez, sin embargo, lo hacen para la gran pantalla. En su incursión cinematográfica interpretan a una pareja que, tras buscar mucho, han logrado invertir todos sus ahorros en la compra de su piso sobre plano. Evidentemente, las cosas no serán tan sencillas: cuando apenas quedan unos meses para poder entrar a vivir, las obras cesan. Un drama tan actual como cargado de humor negro.

Crítica:

24-11-2.011 – JOSU EGUREN

El inquilino apolítico

Cincuenta y cuatro años separan “Cinco metros cuadrados” de “El inquilino”, aquella brutal crítica a la especulación inmobiliaria que la censura franquista dulcificó asestándole un tijeretazo al elocuente plano secuencia en el que Fernando Fernán Goméz se atrincheraba tras las sábanas, que fueron muros, de lo que habría de ser el hogar destechado de su familia.

Cómo si nada hubiese cambiado -la censura ha metamorfoseado en mercadotecnia, autocontrol y corrección política-, Max Lemcke hereda los trastos de José Antonio Nieves Conde para poner el acento sobre uno de los problemas más vergonzosos de esta España burbujeante y ladrillera en la que, por cuatro tabiques y diez rayas sobre el papel, nos hipotecamos toda la vida. Tras su paso por el Festival de Málaga, donde crítica, público y jurado obviaron la relación prematrimonial de la pareja protagonista de “Aquí no hay quién viva”, “Cinco metros cuadrados” se estrena con la intención de dar voz a los miles de afectados de una estafa cada vez menos infrecuente: la del constructor que desaparece, después de haber arruinado las ilusiones de unos infelices, que se encañonaron para adelantar la entrada de un pisito.

“Cinco metros cuadrados” resuelve con eficacia uno de los dramas preferidos por los noticiarios sensacionalistas, que carroñean las miserias ajenas en tiempos de crisis, y lo hace desde una distancia que pone a prueba las habilidades dramáticas de un actor que trata de alejarse de las comedias de muletillas. Así, Fernando Tejero, más que correcto, es el estafado, la víctima de un burla tan grande como la vida, un paria que se niega a humillar ante una realidad asonada por los silencios administrativos. Puede que a este largometraje le falte un contrapunto, un villano menos personalizado y más realista porque, a fin de cuentas, el verdadero diablo es el sistema, y los políticos que nos piden que entre todos arrimemos el hombro para hinchar la solución al problema: una nueva burbuja.

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