Cincodays Bonus – La importancia de vestir su entorno

Cincodays Bonus…por César del Campo de Acuña

La importancia de…vestir su entorno

Nada, oigan que un día final, y felizmente, se encuentran ustedes ya instalados en su propia casa. Sentándose en las sillas que usted y solo usted escogió, corriendo las cortinas que eligió y sacudiéndose los zapatos en el felpudo ese tan cuco que pone “home sweet home” que compro no sé dónde por que le recordaba a los que aparecían en los dibujos animados de su infancia. Que tranquilidad, que sosiego y que bien le ha quedado la casa caramba. Por fin tiene un lugar que grita al mundo este soy yo y que orgulloso estoy de ello. Vamos, que es entrar por la puerta después de un duro día de trabajo y hasta respira mejor ya que ha llegado a ese lugar seguro que determina su más que aceptable posición en el mundo. Le da igual lo que puedan pensar sus amistades y familiares con respecto a ese poster enmarcado de The Return of the Living Dead o de su cocina estilo años 50 decorada como si fuera un dinner…este es su entorno y lo ha vestido con todo lujo de detalles según sus únicos e intransferibles gustos y al que le resulten excesivos o inmaduros más le vale no pregonarlo muy alto, no vaya a ser que le dé a usted por comentar lo “elegante” que le parece a usted ese estampado de leopardo que escogió el susodicho o la susodicha para el sofá del salón.

El caso es que si, que su casa está muy bien, está decorada tal y como usted quería pero ¿y su lugar de trabajo? Dice que es usted un hombre serio, responsable, de confianza y con buen gusto o más bien chilla que es un gualtrapa que ha escogido las cuatro cosas más baratas que ha encontrado en el catálogo de turno y con ellos ha armado la oficina en la que recibe a sus clientes. Su entorno laboral ahora mismo dice de usted, por mucha secretaria y traje que se ponga, que es un roñica importante sin personalidad alguna al que perfectamente le podrían colgar el cartel de: “decorado por interiorista de oficina bancaria”. Oigan que no, que nadie espera ver un Cadillac empotrado en la puerta de su despacho, ni que fuera el gerente del Hard Rock Café pero ¿de verdad tenía que escoger esas sillas que bien podrían pasar por palo de gallinero por lo incomodas que son? ¿Y esos cuadros? ¿De dónde los ha sacado? ¿De la galería de pinturas deprimentes para despachos? Si hasta la planta de plástico que dota de algo de color a su triste estancia está más viva que lo que se puede vislumbrar en esas ventanas de puro “arte”.

Bueno, finalmente y tras cobrar una serie de trabajos bien hechos decide lavarle la cara al negocio e invierte con más gusto y sobre todo con más paciencia en vestir su entorno laboral con reproducciones estupendas de la obra de Keith Haring que sugieran que usted está vivo, con una mesa que diga de su persona que es joven aunque sobradamente preparado, con unos sillas para sus clientes que inviten a que se queden y le cuenten todos los datos posibles con respecto a sus necesidades sin causarles una lesión de columna de por vida y por supuesto una silla para usted, de esas que se ganan el título de trono a pulso por el aura regia que le otorgan ¿y dónde encontrarla? Pues en ofisillas.es, un sitio de esos en los que seguro, seguro, seguro que va a encontrar exactamente lo que busca y pega con su personalidad de profesional a la última en lo suyo y en lo de todos. Esta tan contento, que hasta le están dando ganas de traerse de casa el felpudo ese de “Home Sweet Home” o buscar uno que diga “Office sweet office”. ¿Cómo? ¿Qué aún no se ha decidido a vestir su entorno laboral? Pues ya está tardando, seguro que cuando lo haga hasta va con ganas al trabajo y eso aumenta la productividad cosa bárbara, lo que se traduce en más tiempo libre o la posibilidad de atender a más clientes.