Revista Música

Cine de Terror, por Ivan Dessau.

Publicado el 02 mayo 2011 por Amo Descubrir Canciones @adcanciones
Cine de Terror, por Ivan Dessau.
Cuando era chico tenía un amigo que creía vivir en una película. Incluso en situaciones tan cotidianas como cederle el asiento a una vieja, él se veía como el héroe, el protagonista irresistible de un guión escrito por él mismo. Cuando nos despedíamos en alguna esquina y se iba caminando solo, sé que imaginaba la cámara tomándolo desde mi ángulo, con una bandita tipo western, los títulos finales y un lento fundido a negro.
Cada vez que veo a los yankis, me hacen acordar a mi amigo. Con la diferencia de que ellos no tienen 12 sino 250 años, y su narcisismo es mucho más peligroso. Desde aquel lejano debut con un boludo saltando en una cama elástica como si estuviera en la Luna, siempre usaron el cine, real o ficticio, para mostrarse como los héroes libertarios que nos salvan de los malos nazis comunistas perversos terroristas.
Pero en septiembre de 2001 pasó algo distinto. Por primera vez, la producción no fue de ellos. O sí, no lo sabremos. Pero la historia dice que el abucheado cine pakistaní, con muy bajo presupuesto, logró una de esas escenas inolvidables, esas que serán recordadas por los siglos de los siglos, teniendo como incrédulos espectadores a esos rostros newyorkinos mirando para arriba. Sólo les faltaba el pochoclo. Pero los tipos no son tontos, y aprovecharon el golpe taquillero para armar su propia remake, la parte 2: Bombas en Bagdad. En el medio, algunos chispazos de cine independiente mostraron la verdad, con el making off de los soldaditos torturando despiadadamente. Pero no les importó, porque ya se estrenaba Matando a Saddam (aplausos de pie). Sin embargo, entre tanto cine bélico entendieron que faltaba algo más emotivo y cursi, bien típico de ellos. Así salió Un negro en Casablanca.
¿Y ahora? Ahora el Premio Nobel de la Paz mandó matar al pez gordo. Que de tan pesado cayó de vuelta al mar. Extraño final.
No olvidemos que ese enemigo también es una creación de ellos, y siguiendo esta lógica, tienen derecho a escribir su muerte como mejor les parezca. Quizá por eso es el guión más pedorro y menos creíble que les conocí hasta el momento. Y no creo ser el único. Por algo cada vez menos tanques hollywoodenses invaden nuestras salas. Yo les diría que se esfuercen un poco más, que no canten victoria, que mejor guarden sus banderitas y sus globos, porque en Medio Oriente la industria cinematográfica está creciendo a pasos agigantados, y los Charles Bronson talibanes no van a tardar en aparecer.
Pero antes de eso, y tomando como modelo la pregunta clishé de qué cosas me llevaría a una isla desierta, entrego este listado de los diez que subiría en un bote antes de que se hunda el Titanic. Los únicos gringos a los que les creo. Salud amigos, hasta el próximo estreno.
1- Bob Dylan
2- Tom Waits
3- Patti Smith
4- Trent Reznor
5- R.E.M
6- Eddie Vedder
6- Iggy Pop
7- Beck
8- Jack White
9- Keith Jarret
10- BB King


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