Revista Remedios

Citoscopia

Por Gabriel Giner @esaludcom

La citoscopia es actualmente una de las pruebas médicas más solicitadas, tanto entre hombres como entre mujeres. Se trata de un examen mediante el cual el urólogo puede observar el revestimiento de la vejiga y la uretra mediante un tubo hueco denominado citoscopio.

¿Qué es?

Se conoce como citoscopia a una prueba médica que permite visualizar de forma integral el interior de la vejiga. Se trata de un examen diagnóstico, aunque también se puede utilizar a modo de tratamiento ante determinadas afecciones.

Para la realización de esta prueba se utiliza un endoscopio, un tubo de 40 centímetros de longitud y en torno a 0,5 centímetros de diámetro; en uno de sus extremos incorpora una cámara, a través de la cual el médico observa el interior de la vejiga en tiempo real.

¿Por qué se realiza?

Tal y como hemos señalado, la citoscopia permite visualizar el interior de la vejiga urinaria. Además, el endoscopio puede utilizarse para tomar muestras de tejidos de las paredes de la uretra y de la vejiga para realizar una biopsia si se observa cualquier tipo de anomalía.

La realización de la citoscopia responde a una gran selección de indicaciones. Una de las más frecuentes es comprobar si existe cualquier tipo de alteración en las paredes de las vías urinarias que pueda corresponder a un tumor, tanto benigno como maligno.

También se puede realizar para tomar una muestra directa de la orina para analizar si existe o no infección; de esta manera, se evita contaminar la muestra cuando pasa por la uretra para salir al exterior.

Por supuesto, gracias a este examen el médico puede diagnosticar la presencia de un amplio abanico de anomalías en la pared de la vejiga, como quistes, divertículos, pólipos y otras formaciones. Algunas de estas anomalías se pueden solucionar durante la prueba.

A modo de tratamiento médico, la citoscopia también permute retirar cálculos urinarios que estén alojados en la vejiga o en la uretra.

¿Cómo se realiza?

La citoscopia tiene una duración variable en función del procedimiento a emplear. Si únicamente se realiza a modo de diagnóstico dura apenas unos minutos. No obstante, si es necesario realizar algún tipo de intervención, como por ejemplo un tratamiento quirúrgico, puede alargarse más de media hora.

En la gran mayoría de los casos la prueba se realiza de forma ambulatoria, con anestesia regional; es decir, una vez finalizada puedes marcharte a casa. Lo más recomendable es acudir acompañado.

Preparación previa

La citoscopia no requiere de ninguna preparación previa. No es necesario ir en ayunas a la realización del examen, pero sí es recomendable beber abundante agua durante los días posteriores a la prueba.

En cuanto a la toma de medicamentos, únicamente es necesario evitar aquellos que dificultan de alguna manera la coagulación de la sangre si durante la citoscopia se va a realizar alguna intervención quirúrgica.

Realización de la prueba

Tal y como hemos señalado, en la gran mayoría de ocasiones la citoscopia se realiza mediante anestesia regional. Por lo tanto, lo primero es practicar una pequeña punción en la espalda; de esta manera, se anestesia de forma directa las raíces nerviosas de la médula espinal. De esta manera, las vías urinarias pierden completamente la sensibilidad, aunque tú te mantienes despierto durante la prueba.

Qué es la citoscopia

A continuación, el personal médico procede a desinfectar los genitales, así como el orificio de entrada de la uretra; para limpiar el profundidad el interior de la uretra se utiliza un antiséptico líquido, el cual incorpora algo de anestesia para insensibilizar la zona.

El urólogo introduce el citoscipio a través de la uretra para ver el interior de la vejiga a través de la cámara que incorpora en uno de sus extremos; mediante el instrumento introduce suero fisiológico para distender la vejiga. En el momento en el que la vejiga se llena de suero es completamente normal que sientas ganas de orinar.

Si el urólogo detecta cualquier tipo de anomalía en las paredes de la uretra o en la vejiga, puede proceder a introducir diferentes instrumentos para solucionarla: pinzas, tijeras, asas de coagulación… Si durante la prueba se extraen muestras de tejido para realizar una biopsia, sentirás un ligero pinchazo.

Después de la citoscopia

Una vez realizado el examen, se extrae el citoscopio. Durante los días posteriores es frecuente sentir dolor en la uretra, así como la presencia de sangre en la orina.

Existen una serie de remedios caseros que resultan muy efectivos para minimizar en la medida de lo posible las molestias. En primer lugar, resulta aconsejable empapar un paño de algodón con agua tibia y colocarlo sobre la uretra para aliviar el dolor; puedes repetir este procedimiento tantas veces como desees. En segundo lugar, tomar un baño tibio también es de gran ayuda; no obstante, en algunos casos los baños no son aconsejables después de una citoscopia, por lo que lo mejor es que consultes con el médico. Y en tercer lugar, es esencial que bebas abundante agua.

Resultados

En uno de los extremos del citoscopio se incorpora una cámara, de forma que el urólogo puede acceder a los resultados en tiempo real, en el mismo momento en el que se realiza la prueba. Por lo tanto, puede detectar de forma inmediata una gran selección de malformaciones y lesiones, así como la presencia de cálculos o pólipos.

Si el urólogo sospecha de un posible tumor en uretra o en la vejiga, puede proceder con la realización de unoa biopsia; los resultados de esta prueba se obtienen unos días más tarde de la realización de la citoscopia ya que el tejido debe ser analizado.

Si durante la prueba se realiza algún tipo de tratamiento, en la gran mayoría de ocasiones los resultados son satisfactorios; apenas presentan algún tipo de complicación.

¿Existen complicaciones?

Merece la pena destacar que las complicaciones después de realizar una citoscopia no son demasiado frecuentes; suceden en contadas ocasiones. Es importante acudir al médico de forma urgente si notas alguno de los siguientes síntomas: fiebre, escalofríos o una cantidad mínima de orina.

Las complicaciones se dan en casos muy contados; las más habituales son las siguientes.

  • Daños en las paredes de las vejigas o de la uretra, los cuales pueden ir desde una herida de pequeñas dimensiones hasta la ruptura integral de la pared. Este tipo de complicaciones pueden darse a raíz de un error por parte del urólogo, o incluso debido a enfermedades crónicas que padece el paciente.
  • Infección de orina, la cual requiere de trayamiento antibiótico. Es importante solicitar asistencia médica inmediata para evitar que la infección ascienda hasta los riñones ya que puede provocar una pielonefritis.
  • En el caso de los hombres, una de las complicaciones de la citoscopia es la prostatitis, es decir, infección de la próstata.

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