Clásicos: 007, Pierce Brosnan

En un principio fue Remington Steele y vivió con “temple de acero”, sus habilidades como comediante y seductor le brindaron el éxito con la teleaudiencia, tanto que aún años después sigue generando adeptos.Es curioso que en la serie al interpretar un “detective falso” se haga excesivo hincapié en su apariencia física y su misteriosa personalidad, dos elementos que explotaría de nuevo al momento de interpretar a 007. Sin embargo, Brosnan es mucho más que una cara linda, un porte elegante y un acento sofisticado. Es un buen actor que posee el merito de reinventarse cada año para seguir estando en la palestra del complicado y cambiante mundo del entretenimiento.En Hollywood es difícil mantener una carrera, sobre todo para quien comienza en televisión.  Sin embargo, Brosnan ha sabido escoger proyectos tan disimiles entre sí que le han permitido constituirse como uno de los actores más importantes de la industria. Sobre todo después de su éxito como 007.No ha dejado de actuar en toda su carrera, pero antes del suceso que represento GoldenEye en 1995, se mantendría realizando papeles que, aunque pasaron desapercibidos, le permitieron continuar mientras llegaba el rol que lo reivindicaría. Ian Fleming seguramente, nunca espero que su personaje fuese tan importante para algunos actores que le deben mucho de su vida cinematográfica. Pierce Brosnan es uno de ellos. Desde que acepto ser Remington Steele (en la popular serie de los 80´s), este actor irlandés tenía en mente encarnar al más famoso agente secreto: 007. Y es que cualquiera que se asome a las interpretaciones anteriores de Brosnan puede notar un guiño oculto, un impulso manifiesto, un deseo latente por encarnar al personaje que le ha brindado mayor éxito: James Bond.Brosnan tenía 42 años cuando interpreto por primera vez a 007 en GoldenEye (1995), 44 cuando hizo Tomorrow Never Dies (1997), 46 cuando protagonizó The World Is Not Enough (1999) y 49 en la última cinta que llevo a cabo antes de ser sustituido por Daniel Craig: Die Another Day (2002). Esta última llena de guiños a los otros films clásicos, comenzando por el traje de baño de Halle Berry que copia al que usó Ursula Andress en Dr. No (1962).El personaje de James Bond tiene un carácter establecido, actúa en base a un patrón de conducta. Quizás el placer que proporciona ver este tipo de películas, se debe, precisamente, a saber que no habrá alguna novedad garrafal que trastoque la trama original. Ya se sabe lo que va a pasar, incluso uno puede adelantarse a los exiguos diálogos.007 pertenece al imaginario colectivo, es un cuento que todos hemos escuchado aunque jamás hayamos visto ni una sola película, ni leído alguno de los libros. Uno se lo puede imaginar, es un hombre al que sus acciones contra el mal no son capaces de despeinarlo, alejarlo de los buenos modales, o privarlo del mayor de sus placeres: las mujeres.El éxito de 007 quizás se debe a la necesidad del hombre común por la fantasía, a la mezcla de romance y acción. Sin embargo, antes de Brosnan y después de Sean Connery las otras películas de 007 no tuvieron el mismo éxito con el que también ha contado Daniel Craig (el último Bond).La mayor fascinación de estos films descansa en su protagonista, quien no solo debe representar a 007, debe convertirse en él las dos horas que este en pantalla. Brosnan es capaz de hacer eso, el es definitivamente James Bond.En las cintas de Bond la música es muy importante. La serie protagonizada por Brosnan no será la excepción, por el contrario, la música que acompaña los créditos y el concepto de la presentación (siempre precedida de una gran escena de acción que funciona como abre boca) es en sí misma una obra de arte.De sus películas destacan los temas: Tomorrow Never Dies (Sheryl Crow), The World is not Enough (Garbage) y Die Another Day interpretado por Madonna, quien aparece brevemente en la cinta.Mi favorita:  Tomorrow Never Dies.Calificación: 10/10