Clásicos de Culto: Orquídea Negra de Neil Gaiman y Dave McKean

Orquídea Negra de Neil Gaiman y Dave McKean (Black Orchid 1 al 3 USA, 1989).

Orquídea Negra, un personaje creado por Joe Orlando en 1973 para la revista Adventure Comics, era una superheroína justiciera sin origen conocido y fama desaparecida en el año de publicación de esta miniserie. Pero también era la época más creativa e innovadora no solo de DC Comics, sino también de la industria del cómic americano en toda su historia. DC, invadida por los autores británicos que estaban renovando y aportando su particular visión del Universo DC, estaban interesados sobre todo en personajes no secundarios, sino casi terciarios del extenso catálogo de la editorial. Alan Moore ya lo había hecho con La Cosa del Pantano en el año 1984, y Grant Morrison había hecho lo propio con Animal Man en 1988. Ambos crearon auténticas obras maestras del cómic y un inglés recién llegado, gran amigo de Alan Moore también probaría suerte en su primera obra para DC Comics.

En la época que apareció en España, yo, como muchos de mis compañeros de afición, quedamos asombrados y con la boca abierta por el estilo gráfico del cómic. Su responsable, Dave McKean, fue un revulsivo para la industria del cómic y para el diseño en particular de finales del siglo XX, porque una gran parte de las páginas que componen esta obra, las considero las mejores de toda su carrera y que deberían estar expuestas en galerías de arte para el disfrute de todos.

Es asombroso ver la rica paleta de colores que utiliza McKean para expresar los diferentes estados de ánimo, atmósferas y ambientes que pretende plasmar Gaiman en su guión. Desde el calor sofocante de un incendio, a las frías e inhumanas oficinas de un excelentemente retratado Lex Luthor en sus breves pero contundentes apariciones, a las húmedas selvas tropicales o la oscuridad  o la sordidez del asilo de Arkham (McKean será por siempre el gran ilustrador de dicho manicomio).

Pero todo esto no sería más que un bello portafolio ilustrado, sino fuera por el guión de Gaiman, autor que explotaría su talento en su famosísima The Sandman, pero que aquí comienza a demostrar sus buenas maneras. Lo primero, crear un origen convincente y original para el personaje de Orquídea Negra, emparejándola con la familia de elementales del universo DC, como Jason Woodrue, Poison Ivy y La Cosa del Pantano. Como este último, Orquídea Negra no es un ser humano, sino una criatura elemental, una mujer-planta con los recuerdos de una mujer muerta, lo que la une a ambos mundos, el humano y el vegetal y provoca el conflicto en la protagonista.

Pero el guión no-lineal de Gaiman, fascinante en su forma de contarlo, sobre todo en el excelente primer número, haciendo más interesante lo que cuenta, por la manera en que lo cuenta, pierde fuelle en el tercer y último volumen, con una conclusión correcta, pero que no está a la altura de su planteamiento y su nudo, es decir los dos primeros volúmenes de la historia.

Y aunque la conclusión de la historia no sea todo lo buena que se podía esperar, el cómic tiene grandes momentos para atesorar: las primeras trece páginas del primer volumen, con la muerte de la primera Orquídea Negra, es una obra maestra en si misma, al igual que el encuentro de la nueva Orquídea con Batman y sobre todo Poison Ivy en el segundo volumen, demostrando la capacidad de Gaiman de humanizar y simpatizar con personajes que bordean y superan la psicosis, el momento con La Cosa del Pantano en las primeras páginas del tercer volumen o el flashback de la infancia de Susan y Phil, con un estilo más infantil de McKean, que recuerda a los flashbacks de infancia de Elektra en Elektra Assasin dibujada por Bill Sienkiewicz, una de las grandes influencias de McKean.

Orquídea Negra es un cómic que el público ha olvidado, algo inaudito siendo de quien es, y aunque no está a la altura de los mejores momentos de Sandman, sobre todo de sus dos primeras etapas, Preludios y Nocturnos y La Casa de las Muñecas, es un sólido punto de partida para la obra de uno de los autores más reconocidos de la historia del cómic. Publicado en nuestro país por primera vez entre junio y agosto de 1990 por ediciones Zinco en tres volúmenes formato prestigio, fue reeditada en un único tomo por Planeta de Agostini en noviembre de 2005.

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