Cuando Dashiell Hammet escribió su primera novela, denominada "Cosecha Roja" (Red Harvest, 1929), —editada por primera vez en España por Alianza Editorial en 1967—, no se imaginaría para nada que había confeccionado una de las mejores fuentes cinematográficas de la Historia. En primer lugar fue el maestro del cine japonés Akira Kurosawa quién la adaptó a la gran pantalla con "Yojimbo (El mercenario)" (Yôjinbô, 1961), en la cual cambió la ambientación original de la novela (una ciudad minera del Estado de Montana, Estados Unidos) por el Japón feudal de finales del Siglo XIX. Unos años más tarde, fue el genial cineasta italiano Sergio Leone quién volvería a adaptar el citado libro en "Por un puñado de dólares" (Per un pugno di dollari, 1964), la película que ayudó a asentar las bases del "Spaghetti Western" como subgénero cinematográfico; además de lanzar a la fama tanto a su director como a su actor protagonista, un joven Clint Eastwood. En último lugar, más de treinta años después del clásico de Leone, el director estadounidense Walter Hill la adaptó por tercera —y última vez hasta la fecha—, en ésta que nos concierne, titulada "El Último Hombre" (Last Man Standing, 1996).
Walter Hill dando instrucciones a Bruce Willis,
en el rodaje de "El último hombre".
Hill nos presenta una cinta cruda, explícita y repleta de escenas de acción verdaderamente trepidantes; asimismo, cuenta con un impresionante reparto encabezado por el carismático Bruce Willis, y en el que podemos encontrar a Christopher Walken (que se erige como el contrapunto perfecto al personaje de Willis y quizás sea el más destacado de todo el elenco), también se encuentran Bruce Dern, R.D. Call, Ned Eisenberg, una hermosa Karina Lombard o Michael Imperioli (conocido por salir en la ya mítica serie de televisión de David Chase "Los Soprano"), entre otros. De manera análoga, también destaca la estupenda fotografía en tonos rojizos y amarillentos que ayudan a potenciar la fantástica atmósfera depresiva y sofocante; al mismo tiempo, se ve complementada de maravilla con los lisérgicos rasgados de la guitarra eléctrica slide de Ry Cooder, que dan forma a la banda sonora.En síntesis, a pesar de que fue un fracaso comercial, recibiendo pobres críticas en su momento, las cuales hacían referencia a esta atmósfera antes reseñada y sobretodo a la expresión tipo 'encefalograma plano' a cargo de Bruce Willis; pienso que es una película más que digna, bastante infravalorada y recomendable, ya que está filmada con mucho estilo, primando el buen gusto que atesora su director, y en el que su visceralidad casi poética en los tiroteos, el tórrido calor, el carisma de los protagonistas y ese árido pueblo fronterizo en mitad de la nada desértica en el que impera la ley del más fuerte, hace las delicias de cualquier amante del Western que se precie.
PUNTUACIÓN: ★★★½
Llegados hasta este punto, y con la reseña terminada, es necesario comentar que esta crítica fue publicada en primer lugar en el número 2 de la fantástica revista "Westernworld", de Juan Pablo Campelo, la primera publicación española especializada en cine Western.
Si deseas adquirir este estupendo ejemplar, así como los otros dos publicados, siendo el primer número (en el que participaron numerosos colaboradores, como Carlos Aguilar, Miguel Ángel Plana, Javier G. Romero, Benito Martínez y Jesús Fariña); o el tercer ejemplar, que es un impresionante especial (de más de 300 páginas a todo color) dedicado exclusivamente al Eurowestern, en el que han participado grandes colaboradores como Javier G. Romero, Dani Morell, Dario Lavia, José Abad, James Wallestein, Lucía Pérez García, Carlos Díaz Maroto, Miguel Ángel Plana, Benito Martínez, Matías Fraile Bermejo, José Arancibia Obregón y un servidor (Oscar Vela "Mastí")... puedes conseguirlos mandando un correo electrónico a:
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