Revista Cultura y Ocio

Clásicos para regalar esta Navidad, 3 («Reencuentro; y Un alma valerosa», de Fred Uhlman)

Publicado el 19 diciembre 2016 por Elinfiernodebarbusse
Clásicos para regalar esta Navidad, 3 («Reencuentro; y Un alma valerosa», de Fred Uhlman)
Si la amistad existe, en su sentido más auténtico y no de la manera vaga y espuria con que convencionalmente se suele usar esa palabra; si la verdadera amistad existe -hay quien afirma que sí-, entonces no debe diferir en exceso, ni en sus características ni en sus matices, con la que Fred Uhlman nos narra en Reencuentro.
La trama es sencilla. 1932, Stuttgart. Konradin von Hohenfels (aristócrata) y Hans Schwarz (hijo de médico judío) tienen 16 años, se conocen en el colegio y nace entre ellos una intensa amistad. Son inteligencias destacadas que hablan de Dios y el problema del dolor, del sentido de la vida, que juntos viven el descubrimiento del arte y de las chicas. Un año más tarde Hitler gana las elecciones y Hans se marcha a América huyendo de la Nueva Alemania. Es éste quien narra su historia treinta años después de los hechos. Treinta años que ha pasado lamiendo sus heridas, intentando olvidar el siniestro episodio que los separó amargamente.
Esto, para quien necesite argumentos. Pero lo importante aquí es lo que hay debajo del argumento. La potente y tersa prosa de Uhlman. Su certero conocimiento del ser humano. La necesidad de despejar, por parte del narrador, alguna incógnita que resuelva la ecuación. La ecuación del triunfo de la amistad sobre la barbarie. De la razón sobre el fanatismo. El deseo de aplacar, por parte del lector, eso que le pulsa, que le intriga, que le mantiene con los ojos adheridos a la página hasta la asombrosa y emocionante y reconfortante y perfecta última línea que cierra la novela.    
Tusquets acaba de reeditar esta maravilla, acompañada de Un alma valerosa, libro póstumo de Uhlman, en el que conocemos, mediante una carta, los mismos hechos que nos narra Hans en Reencuentro, pero narrados ahora desde el punto de vista de Konradin. 
Qué buena oportunidad, para quien no lo haya hecho ya, la de leer esta breve e imperecedera obra maestra.

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