Revista Libros

Claudia, de Miriam Dubini

Publicado el 22 julio 2014 por Eldevoradordelibros
Claudia, de Miriam DubiniClaudia tiene doce años, pero sabe bien cuidarse sola. Aunque vive con su madre, apenas la ve y su relación con ella no es perfecta. No tiene amigos, tampoco saca buenas notas. 
Lo único que le hace sentirse bien es su bicicleta. Con ella recorre las calles de Roma, dejándose llevar. Uno de esos días en los que pedalea por la ciudad, conoce a un chico, Anselmo, al que también le apasionan esos vehículos de dos ruedas.
Pero una nueva compañera de clase, Emma, que es muy entrometida y actúa como si tuviese muchísimos años más, se ha empeñado en acercarse a ella y a Lucía, otra chica que va a la misma clase: quiere que las tres sean inseparables. 
Y es uno de esos días que están juntas cuando Claudia vuelve a encontrarse con Anselmo. A partir de ahí, las compañeras de clase la embarcarán en una extraña aventura que las llevará a descubrir el secreto del joven, ese por el que cada vez que el viento cobra fuerza, sale disparado cargado con una bolsa en la que guarda sobres que recoge y entrega a desconocidos. 
No esperaba encontrar magia en este libro, y la hay. De hecho, la parte del chico misterioso y ese secreto que esconde es la más interesante de la obra, la que la hace original. Pese a que hay grandes dosis de amor, le sobra algo de azúcar, este no resulta creíble: la culpa la tiene, de nuevo, ese amor a primera vista tan poco natural.
Por otro lado, los personajes femeninos se hacen algo insufribles, sobre todo al comienzo: son unas niñas, por mucho que se empeñen en lo contrario, y están en plena edad del pavo, como se suele decir.
Sí que aplaudo el gran protagonismo que tienen las bicicletas, donde veo cierto tono reivindicativo a favor de este transporte que no contamina.
En cuanto a la forma, el lenguaje roza en ciertos momentos lo poético, pero tiene pequeños fallos, algunas incongruencias leves que se suman a unos cuantas preposiciones y algunos artículos mal empleados.
Pese a que la cubierta no es de mi agrado, no me gusta el dibujo de la chica a ordenador, que además es más mayor que la protagonista, el interior está muy cuidado. Tras esas tapas duras encontramos unas hojas de cortesía en el que hay pintadas unas bicicletas en color celeste. Además, cada capítulo empieza con una letra capitular que incluye a Claudia pedaleando, por no hablar de las plumas en blanco y negro que aparecen en cada una de las esquinas de las hojas que conforman la novela.

Claudia es la primera parte de una serie de libros que giran en torno a las bicicletas, cuyos personajes principales van donde les lleve el viento porque es él el que marca el ritmo, el que aporta la magia y el encanto que le falta al elenco de secundarios y a la historia de amor entre los protagonistas: sin ese toque mágico, el libro no destacaría.

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