Claves de sol: El alegre Albertucho

Dicen que después de la tormenta siempre, siempre, llega la calma. Pero lo que nunca nos habían contado hasta ahora es que la calma también conlleva una propia revolución.

Quizás, por eso de que nunca hay quinto malo, es por lo que Albertucho ha visto que este era el momento perfecto para hacer su música mucho más suya si aún cabe, creando así la perfecta fusión entre country, folk y rock español, en la que el banjo, el dobro o el ukelele obtienen un magistral protagonismo.

De este modo, “Alegría” rompe con el artista que habíamos conocido hasta ahora, marcando un antes y un después en una carrera marcada por siempre por una inconfundible voz rasgada y de acento andaluz que logrará que, cante lo que cante, el bello se te erice.

La canción homónima al propio trabajo, “Alegría” es la canción que además de abrir el disco, le aporta el buen rollo necesario para crearte adicción. El optimismo se convierte en el absoluto protagonista de este disco que, a pesar de tocar temas que puedan causar un profundo dolor, hace que al sonar el primer corte todo lo malo se olvide, sensación compartida con su sucesora, “Muertecito estoy de ganas”, donde el country está más que presente.

Entre el sonido del banjo y algún que otro silbido llega “Deja de mandar”, en la que decide hacerse dueño de sus decisiones y, sobre todo, de su felicidad. Pero no todo es felicidad y, por ello, “Vida sin reloj” nos evoca la nostalgia de la felicidad pasada.

Albertucho (Imagen promocional)

Sin embargo, dos son las canciones que para algunos gustos sean las rotundas protagonistas de este trabajo. Una de ellas sería “La gravedad de la teoría”, calmada, tranquila, sencilla, directa y, afortunadamente, comprometida con una sociedad corrompida por unos absurdos cánones que, lejos de favorecer algún aspecto de esta sociedad, la va destruyendo silenciosamente.

La segunda gran canción se trata de “Superhéroe de sillón”. Una canción completamente conmovedora, cuya letra te calará hondamente en los huesos, confirmando lo que con acento andaluz nos canta el sevillano, y es que él “ya no puede volar, ya no tiene fuerza, ya no va a ganar pero canta una canción y da sentido a cada vuelta del planeta.”

En definitiva, Albertucho nos ha regalado el disco más rompedor de toda su carrera, las letras más directas y quizás una de las giras más esperadas. Pero sobre todo nos ha regalado mucha, mucha Alegría.

Miriam

Leonesa exiliada en Valladolid. Estudiante de periodismo, directora de Ruta 42 y redactora en La Encuadre.

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