¿Cocinamos? (I): Mermelada casera de ciruelas

Si, estás leyendo bien, vamos a dar una vuelta de tuerca al blog y ampliar la temática del mismo mediante la publicación de recetas sencillas y prácticas. Para el debut hemos elegido una mermelada de ciruelas que, doy fe, está para chuparse los dedos y que es cortesía de nuestros amigos del blog de Nutrición a las 6, a quienes he prometido hacer un post sobre esta receta. En el artículo anterior hemos hablado de sabor, y si de algo va sobrada esta mermelada es de sabor, os lo puedo asegurar.  

He de reconocer que no tengo mucha experiencia en el mundo de las mermeladas, aún así os aseguro que esta receta es muy, muy fácil y cualquiera puede elaborar una rica mermelada para hacer el desayuno un poco más sano. ¿Qué necesitamos?:

• 1 Kg de ciruelas (en  mi caso son cortesía de mi amiga Sara y 100% ecológicas)
• 300 - 350 g de azúcar (si os gusta más o menos dulce)

Elaboración:

• Seleccionamos las ciruelas, escogiendo los frutos frescos en su punto justo de maduración, ni verdes ni pasados, eliminando aquellos rotos, golpeados y agrietados. Se lavan luego con agua potable para eliminar todos aquellos restos que puedan tener, ya que con este lavado eliminamos por arrastre gran parte de los microorganismos que puedan estar en los frutos.
• Posteriormente se eliminan los pedúnculos, se abren y se deshuesan las ciruelas 

• Las llevamos a una olla y las ponemos a fuego lento, de forma que vayan liberando su propio jugo lentamente.

• Transcurridos unos 10 minutos, añadimos el azúcar y lo mezclamos todo bien empleando un utensilio de madera.

• Dejamos que todo ello se vaya cociendo hasta que tome la textura deseada. Personalmente a mi  me gusta la mermelada 'espesita', con lo que se necesitará algo más de tiempo (unos 45-50 minutos).

• Una vez que haya alcanzado la textura que queremos, procedemos a introducir la mermelada en  tarros de cristal bien limpios y con las manos cuidadosamente lavadas (no la vayamos a liar). Una vez llenos, los cerramos bien.

• A continuación se lleva a cabo la esterilización, calentando los tarros a baño María completamente sumergidos durante 20 minutos (este tiempo sería suficiente por tratarse de un alimento ácido). Otro método alternativo sería el de introducir los recipientes boca abajo en el congelador, que me han afirmado que funciona tan bien como el tradicional.

• Finalmente se enfrían lentamente los tarros introduciendo agua fría en el recipiente que hemos utilizado en el tratamiento térmico para provocar así una disminución rápida de la temperatura. Luego procederemos a almacenar los recipientes en un lugar fresco y seco (una vez abiertos, se introducirán en la nevera) y dotados de su correspondiente etiqueta con la fecha de elaboración y su contenido. Es preferible su consumo dentro de un año.

  Pues ya tenemos una rica mermelada casera de ciruela...   ¿Qué te ha parecido?, ¿te atreves con esta receta?. ¡Pero si es muy fácil!
Puedes ampliar información sobre las conservas en el artículo del archivo de este blog:
Hablemos de conservas: ¿qué son y cómo se elaboran?
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