Revista Comunicación

Coherencia en cultura de marcas ¿Porqué?

Publicado el 28 septiembre 2010 por Aracelimasarte @AraceliMasArte
Sin coherencia, no hay una identificación correcta con la imagen, ni con el mensaje. Compartir experiencias en puntos de encuentro con empleados y clientes, sin tener el cuenta que los caminos han de estar claramente dibujados, en todos los aspectos, no permite más que un acercamiento lejano. Los esfuerzos que se realizan, si no están orquestados con orden y concierto, para lograr que aporten una visión clara de objetivos globales que puedan ser observados a plena luz y transmitidos desde infinitas posibilidades de expresión, teniendo en cuenta la interpretación del máximo de interlocutores posibles, no resultarán válidos. De nada vale que cuente que soy un viejecito agradable, en un soporte que busca encuentros, si mis empleados perciben que soy, de todo menos eso. Si mis clientes, pasean por los puntos de encuentro, recogiendo informaciones que en la siguiente parada que hago en la empresa, muestran que no hay nadie, en toda esa capacidad de ofrecer productos y servicios, dispuesto a ayudarme. De los personajes buenos, a entender, que los malos, también resultan frescos, si el malo, ha tomado la decisión de convertirse en bueno. De viejecitos agradables que tratan mal a sus familias, peor a los vecinos y que sin embargo, dan donativos a una ONG se ríen, familias, vecinos y cualquiera a quien le cuenten la historia.Porque la percepción de quien escucha, comparte experiencias y vive despropósitos es estimulada al máximo, al recibir un mensaje contradictorio. La capacidad de interpretación del mensaje, en relación con la realidad, es permitida siempre en espacios de intimidad, que ningún discurso podrá violentar por mucho que se esfuerce. Y, en los espacios de intimidad, las reflexiones caen en cuentas, que despiertan la creatividad que busca sonrisas que son satisfechas ante la sensación de desmontar mentiras. No resulta extraño que los artistas que trabajan disciplinas que buscan crear efectos mágicos, estén siempre sometidos a la tensión de ocultar y perfeccionar sus trucos, porque todos los espectadores los buscan, sin descanso, aún sabiendo, que si le descubro, perderé parte de mi inocencia y la capacidad de asombro. El arte, siempre, busca situar al espectador en lugares donde la convención, logra ocultar realidades, para dar solución a problemas comunes. Cuenta historias y transmite mensajes complejos que buscan interacción y diálogo constante, la coherencia de principio a fin de todos los elementos que confluyen en la pieza y su montaje, termina provocando éxitos que debemos tener en cuenta para construir el envoltorio que ha de cubrir a una marca.Las capacidades de resolución de problemas de esta índole, han de permitir la entrada en la historia del Valor funcional, el Valor emocional y el Valor de responsabilidad social. Tratar por separado los temas convertirá, en muy posible, la posibilidad de evidenciar contradicciones en cualquiera de los canales de transmisión que ha de emplear una marca para crear una cultura sólida que le sea de gran utilidad. Observamos conductas que perciben que la construcción de marca ha de implementarse en la estructura ya existente y aventuramos que esa percepción es cierta, porque los valores están y sólo han de descubrirse para desvelar misterios pero, es preciso anunciar que la implementación ha de hacerse desde una coherencia total de principio a fin teniendo en cuenta todos los elementos que compondrán la historia que se ha de contar y compartir con empleados y clientes.No hay estructura que busque un valor alto de reputación que soporte las contradicciones que generan implementaciones que no contemplen esa coherencia, sin aguantar sonrisas, chistes, desconfianza, enfados y miradas lastimeras. El momento en que se percibe la falta de estructura lógica, es leído, desde fuera, como deshonestidad y falta de transparencia, el resultado de esta contienda, hará que retorne la lectura de marca a la imagen nefasta que vuelve a caer en la palabra empresa, en la palabra empresario que, dada la naturaleza, de experiencias vividas en el pasado, harán que tanto empleados, como clientes, esperen, con impaciencia, la aparición de otra propuesta que les ofrezca los mismos productos, los mismos servicios y un gesto de amistad manifiesto, que ellos ya piensan que tú no puedes dar.Tener perfecta conciencia y estar al tanto de donde se empiezan a gestar incoherencias implica comunicación adecuada y diálogo profundo, que lleve a compartir experiencias. Agenciarse de profesionales que trabajen a conciencia estos espacios, es tener ganado el mejor posicionamiento posible.

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