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Colaboraciones: El inicio y los ‘Franks’ de los últimos 50 años | Yalilé Loayza

Publicado el 30 septiembre 2016 por Iván Rodrigo Mendizábal @ivrodrigom

Por Yalilé Loaiza

(Colaboración especial para Ciencia ficción en Ecuador)

Verano, reunión, amigos, idea. Cuando estamos frente a una idea brillante, no nos podemos resistir. A Mary Shelley le sucedió lo anterior –dos siglos atrás–.

Villa Diodati, en Suiza, fue el punto de encuentro de cinco amigos: Percy Shelley, Mary, Claire, Byron y Polidori, quienes, a causa del mal tiempo, se encontraron “atrapados” tres días y tres noches en el lugar.

Fantasmagoriana, una colección de historias alemanas de fantasmas, les ayudaba a pasar el tiempo. No obstante, el aburrimiento se acercaba y a Byron –Lord Byron– se le ocurrió una idea: “Cada uno de nosotros escribirá una historia de fantasmas”. Fueron esas nueve palabras las que dieron el “empujoncito” para que Mary Shelley, el 16 de junio de 1816, sueñe y cree al moderno Prometeo, Frankenstein.

La monstruosidad que nace a partir de la experimentación del doctor Víctor Frankenstein –y de la mente de Mary– de pronto está solo en el mundo, es el único de su clase, y su creador ya no lo quiere vivo. “¿Acaso no estoy solo, miserablemente solo?” “Me llamas asesino y, sin embargo, tú mismo me destruirías”, son algunas de las frases que clama la criatura hecha de partes humanas de distintos quiénes.

Sin embargo, ser el único y estar solo, no siempre es malo. El monstruo de Frankenstein será el primer personaje literario de la ciencia ficción. Mary Shelley había creado:

Un ser que plantea qué significa en realidad ser una persona, qué rayos convierte a una criatura en humana, los riesgos de jugar a ser Dios o los límites de la investigación científica, y que la mayoría de los críticos consideran como una expresión del terror ante la incipiente industrialización y mecanización del mundo (Velasco, 2016).

Y si bien en la historia el moderno Prometeo es aquel ser que ni su creador quiere ver –recordemos que lo deja encerrado en la habitación una vez creado–, durante estos 200 años, las versiones del monstruo de Frankenstein nos han presentado al personaje de Shelley, de forma tal que varias generaciones se han “enamorado” de él. Quisiera detenerme a echar un vistazo a los últimos 50 años de producciones audiovisuales –y reconozco que hay versiones anteriores, como el célebre film Frankenstein cuya figura inmortalizó en 1931 Boris Karloff–.

En 1964, La familia Monster, una serie de TV, coloca al monstruo como “cabeza de familia”. Herman Munster es padre, de gran corazón, alto y preocupado por su hogar. Ama a su esposa –una vampiresa– y a su hijo –un hombre lobo–. Trabaja en una funeraria.

Ese mismo año, tenemos al mismo monstruo en otra serie –y en otra familia–. The Addams Family, presenta a su mayordomo Lurch. Este personaje ejecuta perfectamente el clavicordio. Sin embargo, no habla mucho y es algo excéntrico. Si bien no es un Addams, lo consideran parte de la familia.

Tim Burton también toma como referencia a la creación de Mary. Frankenweenie (1984), es un mediometraje de 35 minutos, donde el director parodia la historia de Shelley y presenta al niño Víctor Frankenstein y a su perro Sparky, quien además es su único amigo. Cuando este es arrollado por un auto, el pequeño Víctor decide utilizar sus conocimientos sobre impulsos eléctricos, aprendidos en la escuela, y revive a su mascota. En 2012, se realizó el remake del cortometraje, esta vez como animación.

Sally de Nightmare before Christmas (1993), es la versión femenina del monstruo. Fue creada por el Dr. Finklenstein y es resultado de la unión de varios cuerpos de distintas mujeres. En secreto, Sally, está enamorada de Jack Skellington, la mayor celebridad de Ciudad Halloween.

Y no solo el moderno Prometeo ha sido retratado en personajes de cine y TV, inclusive en comics y series anime existen referencias sobre él. En un inicio, Hulk, el hombre verde de Marvel, estuvo basado en Frankenstein. Asimismo, en Dragon Ball y Digimon, la creación de Shelley aparece como el androide Hatchan y un monstruo llamado Boltmon, respectivamente.

Para 2012, Hotel Transylvania, una película de animación, presenta a Frank. Casado con Eunice, la versión femenina del monstruo de Frankenstein, Frank es tío de Mavis, la hija de Drácula. Tiene terror por el fuego y sus amigos monstruos constantemente se burlan de ello. El personaje de Frank, en este film, es sensible, sabio y representa un pilar emocional y amistoso para el Conde Drácula. En 2015, nuevamente regresó Frank a la pantalla grande para la segunda parte del film.

Las anteriores son solo algunas de las muchas referencias del monstruo de Frankenstein en los últimos 50 años. Series como Once Upon a Time, American Horror Story e inclusive series y juegos infantiles como Monster High lo han retratado.

Estos ejemplos demuestran la importancia de la creación de Mary Shelley. Aún 200 años más tarde, volteamos la vista hacia el monstruo. Las representaciones de este, generalmente, nos presentan a un Frankenstein incomprendido y con una gran carga sentimental. No es malo, simplemente es único y nadie entiende bien la dimensión de su persona. Si dejamos de ver al monstruo como tal, nos daremos cuenta que podremos, en algunas ocasiones, reflejarnos a través de él.

Como personaje literario, de películas y series o como referente para preguntas existenciales, el monstruo de Frankenstein celebra dos siglos de acompañar a varias generaciones y de representar la incomprensión. Todas las representaciones del personaje son similares a las piezas que Víctor Frankenstein utilizó para crear al primer monstruo. Lo anterior ha generado que, con el pasar del tiempo, dejemos de horrorizarnos ante la idea de él y abracemos al monstruo dándole más humanidad. Tal vez, dentro de otros 200 años lleguemos a comprenderlo y así, el moderno Prometeo ya no esté solo. Mientras tanto solo queda decir: ¡Feliz cumpleaños Frank!


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