Revista Comunicación
Que los ingleses nos están ofreciendo muchas de las mejores series de los últimos años, ya no es una noticia que pueda sorprender a nadie. Cada nuevo estreno que proviene de los hijos de la Gran Bretaña, se convierte inmediatamente en uno de los juguetes seriéfilos más deseados por todos nosotros, ávidos consumidores de tele ficción, y raras veces son las ocasiones en que dichas series no están a la altura de lo que esperamos de ellas. Mitfits, Skins, The IT Crowd, The Office (en su versión original), Luther, Shamelses, Extras, la reciente Downton Abbey, y muchas otras de cuyo nombre no quiero (o no puedo) acordarme, son claros ejemplos de que los señores ingleses, además de hacer una música excepcional, y un té que por lo visto es el “copón bendito”, también son capaces de llegar hasta nuestros corazones y ordenadores a base de buenas ficciones televisivas, ¿Y a qué viene todo esto? Pues ni más ni menos que me sirve para, de manera sutil, a la par que elegante, introducir a la serie de la que os voy a hablar a continuación. Las pistas son las siguientes: Steven Moffat, enigmas en forma de asesinatos, un tipo alto extremadamente inteligente, otro más bajito con algún que otro problema psicológico, y un escritor llamado Arthur Conan Doyle ¿todavía no sabéis de que serie os estoy hablando? Tras los puntos suspensivos, la solución al dilema en LOQUEYOTEDIGA…….pinche usted AQUÍ.