Revista Comunicación

Colombia, país que vive al límite

Publicado el 15 septiembre 2020 por Solano @Solano


Colombia es un país que vive al límite, un país que mira con desprecio el equilibrio; que mira la ecuanimidad como sinónimo de tibieza, donde la prudencia es debilidad. Es un país donde muchas veces la palabra busca herir antes que sanar; y es un país donde nos encanta levantar muros antes que tender puentes… Un país donde muchas veces la intolerancia nos gana, donde lo diferente es peligroso. Pero a lo único que deberíamos ser intolerantes es a la intolerancia misma.

A nuestras instituciones y a cada uno de nosotros nos persigue un deber: el de reconocer los errores, el de hacer una reflexión mucho más profunda, una pausa en el camino para pensar qué tanto hacemos por el otro. Un país que transita por el filo de la navaja, como lo hace el nuestro, está más lejos de construir sentido de Nación. Y la nación no es eso que está dentro de unos bordes imaginarios para separarnos de unos, para delimitar un territorio. La Nación es una construcción de sentido, una construcción de consenso.

A nuestros líderes los invito a que piensen si seguir arengando desde los extremos le favorece al país, porque mientras tanto, los que estemos en el centro corremos el riesgo de ser juguetes desde las orillas. No es sano seguir las radicalizaciones porque éstas están contaminadas de intereses, de intereses con soberbia. Duele mucho la Colombia donde hay unas instituciones, donde hay unas autoridades y dentro de esas autoridades hay quienes nos agreden. Nos duele también esa Colombia con ciudadanos que atacan a las autoridades, que buscan también hacerles daño. No son todos, en ninguno de los bandos, pero esos pocos hacen mucho, mucho daño.

El camino más rápido para la aniquilación social es atizar el miedo y el odio, que son los instintos básicos por excelencia. Y los manipuladores lo saben.

Estoy convencido de que esta videocolumna no va a ser muy popular. Dirán que soy tibio, dirán que estoy demostrando debilidad. Y lo dirán porque no grito desde una orilla y, muchas veces, los gritos que hacemos desde el centro son silentes para los demás.

Nota: Esta videocolumna fue publicada originalmente en Noticias RCN el 15 de septiembre de 2020.


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