Comic Review – Carroñero de Vicente Montalba y Ricardo Vilbor

Comic Review…por César del Campo de Acuña

Carroñero de Vicente Montalbá y Ricardo Vilbor

Como en tantas otras ocasiones llego a la novela gráfica Carroñero de Vicente Montalbá y Ricardo Vilbor de la mano de una recomendación. Esta, me dijo en su día, que encontraría un cómic de espada y brujería con un estilo muy parecido al dibujo de Robert Crumb sobre un antihéroe embarcado en un conflicto militar que ni le va ni le viene, pero en el que tiene que pelear para sobrevivir y rescatar un tesoro que previamente había robado de un templo antes de ser reclutado a la fuerza. Con aquellas palabras en mente, y a pesar del rechazo que en un principio me causaba la idea de enfrentarme a un tebeo con esa sinopsis con un estilo visual feista, me hice con él. Tarde, sí…pero me hice con él. Tras devorar sus 144 páginas en un santiamén no pude quedar más complacido por haber apostado por esta historia publicada por Ediciones La Cúpula. La aventura de Khanis Fhou (nombre del protagonista) en la guerra por Tarsis me atrapo desde la primera viñeta y no me soltó hasta que llegue al inevitable final. Pero no crean que nos encontramos ante un relato fantástico más. No, en el guion de Ricardo Vilbor hay mucho más.

Vilbor, crea un mundo fantástico con una imaginería propia y muy rica. Templos, dioses, reyes, costumbres y lugares conforman un decorado sensacional e imprescindible para conocer la figura de Khanis Fhou, un formidable guerrero caído en desgracia al cual no se podría haber esculpido en otro lugar que el creado por Vilbor. Me atrevería a decir incluso que si sacáramos al protagonista de esta obra y lo pudiéramos trasladar a otro tebeo de espada y brujería no funcionaría con la misma fuerza. Khanis Fhou, como ya he dicho, no es un héroe al uso; Reclutado a la fuerza tras robar en un templo, se encuentra en una guerra que no le importa tratando de sobrevivir mientras lidia con sus fantasmas del pasado en un mundo lleno de corrupción, traiciones y violencia. Le amas y le odias a medida que le conoces ya que no sabes que pensar de él. Converso egoísta que busca vengarse de aquellos que le despojaron de la poca humanidad que había en su inmensa figura o despreciable monstruo que siempre ha mirado por sí mismo y su sombra antes que por nadie haciendo uso de sus mortales habilidades. Así, o al menos a mi parece así, es Khanis Fhou.

Entrando en el apartado visual debo volver a comentar que, a pesar del rechazo que me provocaba en un principio el dibujo de Vicente Montalbá, ahora no me podría imaginar Carroñero con otro dibujante tras sus viñetas. Los detalles son ricos, la acción está muy bien narrada a nivel gráfico y el toque feista, cercano al estilo del citado Crumb, le da una autenticidad similar a la que todo el mundo da al diseño de producción de Los caballeros de la Mesa cuadrada y sus locos seguidores de los Monty Phyton. Con esto me refiero a que estamos acostumbrados a historias de espada y brujería o medievales en la que los héroes y heroínas tienen dentaduras perfectas, cuerpos perfectamente musculados y hacen gala de una higiene personal envidiable cuando, en el fondo, sabemos que la edad media fue un tiempo de privación, miseria, hambre y suciedad y es precisamente por eso por lo que no se me ocurre mejor dibujante para una historia tan descarnada como la de Carroñero que Vicente Montalbá.

La única pega que le puedo poner a Carroñero es su segunda lectura o su lectura entrelineas y no porque piense que no merezcan la cornada los que las merecen, sino porque tantos agujeros en el mismo saco resultan poco originales. Faltaría más que un autor, solapadamente o no, no pudiera quejarse de lo que él quisiera en su obra (algo que llevamos leyendo o viendo, como prefieran, desde antes de Lewis Carroll) pero cuando las dagas vuelan siempre hacia el mismo punto estas pierden el filo por lo insípido de sus puñaladas. Es más, considero que mirar siempre hacia el mismo sitio es un ejercicio de cobardía y autocomplacencia que espera el aplauso, por tímido que este sea, de un grupúsculo de correligionarios que solo son capaces de fijar el blanco de sus iras en una bancada concreta. Como lector y espectador, admiro a aquellos autores que se atreven a ser críticos en todos los sentidos para bien y para mal ya que el pensamiento único, los blancos y negros o la dicotomía no han ido, no van y nunca vendrán conmigo a ningún lugar.

Aun así, no puedo hacer otra cosa que recomendar Carroñero de Vicente Montalbá y Ricardo Vilbor, una novela gráfica de Ediciones La Cúpula que merece encontrar un buen sitio en los estantes de aquellos aficionados al comic a los que les guste ser sorprendidos con historias a las que volver de manera intermitente según van pasando los años.