Revista Bares y Restaurantes

Comiendo en una tienda de muebles.

Por Theblackcity @Theblackcity
Esta semana I y yo nos fuimos de ruta por Bilbao-Barakalado trabajando y haciendo compras varias para encargos de clientes. La verdad es que nos lo pasamos pipa, tanto, que a veces se nos olvida hasta comer, y nos acaban dando las 5 de la tarde, en cualquier parte de Bilbao. Y cuando digo cualquier parte, es un parque, cerca de un castillo en Laga o una tienda de muebles. Sí, sí, una tienda de muebles. ¿A que si os digo IKEA, ya lo entendéis todo? 
Al salir con el carro lleno, decidimos tomarnos un pequeño descanso, y probar los famosos perritos de Ikea, que servidora no había catado aún, y que I no se creía. Lo que me mató fue la descripción que ella hizo de lo que íbamos a comernos a continuación:
-"Me encantan, son tan de plástico... pero están buenos eh???"
Madre mía, qué miedo. Ya no sé si quiero probarlos... En fin por 3€, que incluye un perrito de "salchicha de plástico" con pepinillos agridulces y cebolla deshidratada y un botellín de agua 50cl; no iba a dejar de probarlo. efectivamente, la salchicha no era nada buena, pero de lo mala que es, ¡crea adicción! Esa sensación de pegarle un bocado y notar cómo se rompe, el pepinillo y la cebolla crujiente...era, cómo decirlo, muy "fast food". 
Quizás seguramente sea la peor salchicha, pero todo en conjunto, tenia su punto. Pero lo que más me gusta del restaurante/cafetería IKEA es los platos de comida caliente que ofrecen por menos de 3€. Tras los tweets de alarma que escribí hace poco con datos tan preocupantes sobre la alimentación de niños españoles, sobre cómo Cáritas cada vez reparte más alimentos entre familias que antes jamás lo habían necesitado, o sobre cómo varios colegios de las Islas Canarias abrirán en verano para que más de 6.000 niños tengan al menos una comida fuerte al día, hace que esa salchicha me parezca lo suficientemente buena por 1,5€. El hecho de que Ikea con su oferta de comidas a precios  asequibles, sea capaz de dar la opción a una familia de poder comer un plato caliente de pasta, hace que mi parte emocional supere a mi paladar por esta vez.
Comiendo en una tienda de muebles.

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