Revista Belleza

Cómo armar una rutina de cuidados para la piel.

Por Fruticienta

Cómo armar una rutina de cuidados para la piel.
Tener una piel cuidada no es dificil, sólo hay que ser constantes y saber qué necesita cada una. En el post de hoy les hago un pequeño resumen para que les resulte más fácil. Cada una tiene que hacer un análisis de su piel (no sirve que yo se los haga), así que por esa razón van a ver que hay puntos muy abiertos en este post.
Si bien a muchas marcas les gusta hablar de "estados", la edad es muy importante. No es lo mismo una piel de 20 años, con niveles de colágeno en perfecto estado, que la de una mujer de 40, donde el colágeno está más cerca de brillar por su ausencia.
  • 20 años: solo necesita hidratación y protección solar. Pueden agregar algún antioxidante, como la vitamina C, más cerca de los 25 .
  • 30 años: Los niveles de hidratación disminuyen (la piel pierde hasta 1 litro de agua por día), la renovación de las células de la epidermis se hace más lenta y pierde su vitalidad. Se empiezan a ver las primeras líneas de expresión nasogenianas,  en el entrecejo y frente La piel de la mujer empieza a perder luminosidad. El uso de la crema para párpados es ley. A partir de los 35 años, aparecen las primeras líneas de expresión, por lo que lo más conveniente es aumentar la producción de colágeno. La vitamina C, el retinol, los péptidos, entre otros. 
  • 40 años: la piel de la mujer pierde tersura y cada vez tiene menos luminosidad.   Empiezan a aparecer las temidas “patas de gallo”. Las cremas efecto lifting son las mejores aliadas porque se empieza a desgastar la malla de sostén del rostro y se empieza a perder firmeza. Comienza a descolgarse la papada y también los párpados. El óvalo del rostro perdió la pelea contra la ley de gravedad y empieza a bajar. Además también se pierde elasticidad. Díganle hola a las arrugas que ya no son esas líneas de expresión que asustaban pero no quitaban el sueño.
  • 50 años: la regeneración celular se ralentiza en un 50%. Las arrugas se profundizan y la piel se afina debido a la pérdida de nutrientes esenciales. Con la menopausia, la actividad hormonal disminuye y la reducción de fibras de colageno y elastina provocan que la epidermis y la dermis se debiliten. Las arrugas se hacen más profundas y el óvalo del rostro ya se perdió hace un rato largo.

Claro que estas necesidades pueden variar un poco según el estilo de vida, nada es definitivo y, como diría Tu Sam, "puede fallar". No es lo mismo una piel de una mujer de 40 que nunca fumó ni tomó sol que la de una chica de 28 que ama tirarse en cual lagarto en la playa y fuma como equeco.
Una vez que sabemos qué necesidad tiene, hay que saber qué tipo de piel es:
  • Piel Normal- La piel normal es suave y firme al tacto, con poros de tamaño pequeño o mediano. No puede ser demasiado seca ni demasiado grasosa. 
  • Piel Seca- la piel se siente muy aspera en ciertas áreas, especialmente en mejillas. A veces se ven escamas falta de hidratación o la malnutrición. 
  • Piel Grasa- La piel está brillante, como transpirada, los poros que son más evidentes, y por lo general es más propensa a tener granitos, puntos negros y brotes.
  •  Piel-Mixta:  tiende a ponerse grasosa alrededor de la nariz, la barbilla, la frente (la famosa zona T) y es seca alrededor de tus mejillas.  También tiene puntos negros, generalmente en la zona de la nariz.
  • Piel Sensible- Si tienen reacciones a ciertos cosméticos o se irrita con facilidad, tienen piel sensible.
Un tip muy fácil para saber si nuestra piel es grasa o mixta es lavarla con agua a la mañana y no aplicar ningún tratamiento. A los 10/15 minutos vamos a empezar a sentir tirantez en la zona de los pómulos (piel mixta) o que está brillante por el sebo.
Una vez que sabemos qué tipo de piel tenemos, tendremos que elegir productos acordes.  Muchas personas se quejan porque una crema les saca granos pero no se dan cuenta de que quizás ese producto es muy denso para su tipo de piel. O una piel seca con una textura acuosa se puede llegar a sentir como que "le falta algo más".
  • La piel normal acepta todo tipo de cremas, más livianas, densas, tipo sueros. La elección de cada uno dependerá del momento del año: una crema más densa en invierno, un gel en verano, por ejemplo.
  • Piel seca: lo ideal es comprar cremas untuosas o balsámicas, que nutran y formen una capa protectora sobre la piel para evitar que pierda agua.
  • Piel Grasa: se lleva mejor con los sueros, bien acuosos y livianos, y con los geles.
  • Piel Mixta: las lociones, un intermedio entre las cremas untuosas y los sueros, son las mejores.
  • Piel sensible: cualquier tipo de crema puede ir con la piel sensible, pero lo más importante es que no contenga alcohol.
Una vez que tenemos la crema adecuada para la necesidad de la piel, tenemos que respetar la rutina de aplicación de los productos, pero antes, y tan importante como la crema, es limpiar la piel, tanto de día como de noche. Ya sea con una leche de limpieza (para las pieles maduras o secas), jabón o aceite (pieles grasas) o soluciones micelares (pieles sensibles), la limpieza permite que la crema penetre mejor y cumpla su función. El aceite es el tipo de limpieza que se lleva bien con todas las pieles, aclaro.
Con la piel limpia, podemos colocar uno o varios productos (eso depende del gusto de cada una). Si aplicamos más de 1 producto, tenemos que tener en cuenta que no pueden ir en cualquier orden, sino que el producto más liviano va primero y el más denso, a lo último.
Por último, nunca se olviden del protector solar, la mejor crema antiage que existe.
¡Espero que les sirva este post!

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