Revista América Latina

Como Chávez

Publicado el 24 diciembre 2017 por Jmartoranoster

Carola Chávez

Como Chávez

María Linares

Hugo Chávez es el único líder histórico del proceso de emancipación de Venezuela con capacidad de expresar las necesidades y las tareas inherentes de la lucha de liberación. Su realización dependerá de sus cualidades personales y de su talento. Pero, la magnitud de esa personalidad –casualidad histórica- depende también, en última instancia, de la grandiosidad de las tareas que les plantea la actual época. ¿Podrá el titán de la estrategia y la táctica revolucionarias superar el reto que le impone la historia? Los acontecimientos porvenir y su interpretación revolucionaria por parte del líder y de las masas populares de los mismos, responderá este interrogante. En una forma más clara, si la personalidad histórica que es Chávez unida al pueblo revolucionario siguen la trocha de la revolución social, destruyen la propiedad capitalista -único rasgo cualitativo importante del capitalismo-, entonces miraremos lo nuevo, la sociedad socialista. Hay que resaltar repetidamente que Chávez como individuo histórico singular, no podrá hacer solo la revolución social en Venezuela. Otro factor muy importante debe y puede intervenir en este proceso revolucionario: el pueblo, las masas populares. ¡ALERTA! Las masas populares y el individuo son dos polos del proceso histórico, indisolublemente unidos entre sí. La historia es producto de las acciones de grandes masas humanas, que en su conjunto forman la sociedad. No obstante, la historia no es un proceso impersonal: la hacen no sólo las masas, sino también los individuos, especialmente los grandes hombres, que imprimen la impronta de su individualidad en los acontecimientos históricos. Por eso, el conocimiento de la historia universal y de la historia de los pueblos hace imprescindible analizar, por una parte, las fuerzas que impelen a la acción a grandes masas humanas, a pueblos enteros y, por otra parte, el carácter y grado de influencia que ejercen en este proceso unas u otras personalidades históricas que figuran al frente de los acontecimientos. Antes que nada aclaremos que el pueblo es el creador principal, el sujeto real de la historia: tal es el postulado cardinal del materialismo histórico. Ahora: ¿Qué es el pueblo? El concepto de “pueblo” se emplea en un sentido amplio, que coincide con los de población y nación, y en el sentido estrecho de este término designa a las masas creadoras de la historia. El concepto de “masas populares” es una categoría que se modifica y desarrolla a lo largo de la historia. La misma debe ser considerada en conexión con las formaciones socioeconómicas concretas, en su estructura social específica y con el curso concreto del desarrollo histórico de una sociedad determinada y de un país determinado. En la sociedad dividida en clases como la venezolana, las masas populares pueden estar integradas por diversas clases sociales. Ahora bien, cualquiera que sea la composición clasista de las masas populares, este concepto tiene siempre un contenido específico: 1) su núcleo son las masas trabajadoras, que producen los bienes materiales; 2) abarca a la mayoría abrumadora de la población, opuesta a la camarilla antipopular de la sociedad, a las clases reaccionarias; 3) incluye a todos los sectores sociales que intervienen en el progreso social. ¡ALERTA! En un proceso revolucionario las masas populares no pueden quedarse en la retaguardia. Cabe destacar que, las masas trabajadoras son la fuerza productiva y creadora más importante de la sociedad. El desarrollo de las fuerzas productivas sociales, imperceptibles y, con frecuencia, oculto e invisible en la superficie, ha sido la base del avance histórico de la sociedad y ha preparado las revoluciones en el modo de producción y, después, en todo el régimen social. En consecuencia, el desarrollo de las fuerzas productivas sociales impele a la acción a grandes masas humanas cuando en el proceso de trabajo las relaciones económicas de producción se convierten en la traba que detiene el desarrollo de la sociedad. ¡ALERTA! Es el momento de la entrada del líder y de las masas populares al combate. También, la historia universal testimonia que cuanto mayores fueron las masas populares que se lanzaron a la acción, tanto más profundas fueron las transformaciones sociales y políticas en la sociedad. Y viceversa, a la par con la profundidad y magnitud de la acción histórica aumentaron también la contundencia de las masas populares que actuaron en la historia. Es ésta una de las leyes más importantes de la historia universal. A manera de conclusión podemos decir que cuando no se reconoce el papel decisivo de las masas populares en la historia es imposible construir la unidad y la continuidad en el proceso histórico liberador. Aunque, las personalidades históricas aparecen y desaparecen, en tanto que el pueblo queda como creador y conservador de la cultura es necesario reconocer que en los callejones torcidos del proceso histórico, en las épocas históricas cruciales, al frente de las masas populares que hacen la historia, han figurado relevantes personalidades históricas. Y si no se toma en consideración su papel, será imposible comprender el movimiento histórico de una manera concreta y en todas sus peculiaridades. En fin de cuentas, la suerte de la historia la decide el pueblo. Pero el papel de las masas populares no puede ser considerado de una manera abstracta, al margen de las clases, de los partidos y de los líderes que los encabezan. ¡ALERTA! Los grandes hombres, como las grandes ideas sociales de que son creadores y portavoces, surgen por lo general en épocas cruciales de la historia universal o de la historia de los pueblos. Aunque, no son los grandes hombres quienes crean y dan vida a las grandes épocas; por el contrario, estas últimas son el terreno fértil, la condición que permite madurar, manifestarse y realizarse el talento, el genio y las dotes de tal o cual individuo. Por último, agregamos que sólo se conservan y desarrollan las realizaciones históricas que correspondan a las condiciones y posibilidades de su tiempo. La justa consideración de estas condiciones y necesidades, así como la capacidad de saber tantear las fuerzas sociales en que es preciso apoyarse, son condiciones importantísimas del éxito en la actividad de cada individuo. Venezuela presenta actualmente condiciones y necesidades históricas que definen una época crucial, que impelen al insuperable estratega y organizador de batallas Comandante Hugo Chávez y a las luchadoras masas populares a profundizar la revolución venezolana. Ante estos acontecimientos históricos surge la necesidad de apoyar la enmienda constitucional con todas nuestras fuerzas para que el Comandante continúe dirigiendo la revolución. ¡CHÁVEZ ÚNICO LÍDER HISTÓRICO DE LA REVOLUCIÓN! ¡APOYAR LA ENMIENDA DEL ART. 230!

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Esta semana me topé tantas veces con un comentario tantas veces escuchado, cada vez que hay elecciones, cada vez el un candidato es revolcado por una zaparapanda de votos, brota de las profundidades del supremacismo clasemediero la amarga frase: “los compraron (se vendieron) por una bolsa de comida”. Después de 18 años de lecciones electorales, algunos parecen no haber aprendido nada. Creer que el pueblo se vende, que el pueblo se compra, demuestra un profundo desprecio por quienes han sostenido esta revolución durante todos estos años, aguantando todos los chaparrones, del lado más duro y cruel de esta larga batalla. Nosotros, la clase media, pecamos de arrogantes. Nos subimos a una lucha una vez que estaba empezada, y llegandito, quisimos ordenar la pea. Nosotros no llegamos aquí para aprender, vinimos a enseñar, porque hemos leído y viajado, sabemos cómo deben ser las cosas, y las cosas deben ser como una idílica mezcla de Noruega con Dubai y la URSS, pulida con photoshop, una vaina impecable, donde lo humano es borrado por la pureza y la perfección. Subidos a un ridículo taburetico, con una batuta de moral inmaculada, señalamos errores en un mar de avances sociales, culturales y políticos, salpicados de desaciertos, sí, pero enormes avances al fin y a cabo. Ponemos nombres a las cosas que no entendemos: populismo, paternalismo, demagogia, así descalificamos a los salvavidas urgentes, muchas veces desesperados, improvisados que han mantenido, hasta en los peores momentos de esta guerra, a los más vulnerables a flote. Desde el taburetico señalamos a Chávez, que así no se hace, que así no se dice, que guarda el crucifijo, que la cagaste, que yo era de izquierda primero que tú. Y me disculpan, pero yo aquí me bajo porque mi escasa formación ideológica no me permite seguir en la comparsa que, nublada de soberbia, desde el taburetico cuestionó a Chávez su decisión más pensada, la más difícil de todas, la más definitiva, la que fue firme, plena, como la luna llena, irrevocable, absoluta, total… Chávez se equivocó afirmaron por goteo, mientras Nicolás llevaba el timón en medio de la más poderosa tormenta. Que así no, que si el legado, que así no va a durar ni dos días, que no va a ganar una sola elección, que ya van a ver, que yo me voy, que yo no me hundo con este barco, que coño de la madre que no se hunde, que bueno, que miren que les traigo unas orientaciones, un nuevo liderazgo, uno de verdad, no como ese que lleva el timón, que lo lleva tan mal, que mira que hay corruptos, que mira que todo está carísimo, que quiero chutney de manzana y pecans, que subieron la tarifa de Direct TV, que la gente pasa hambre… Coño, que les dan cajas de CLAP, que no les den el pescado, que les enseñen a pescar… ¿Que el carnet de la Patria? ¿Un carnet como el de AD? Y el pueblo sacándose esa vaina porque no tiene formación política… Mientras que así, chico, sin formación política, el pueblo burló al paramilitarismo y cruzó ríos y trochas para votar por la Constituyente, y apagado el candelero, volvió a votar, una y dos veces, a pesar de los augurios que desde el taburetico aseguraban que el pueblo no votaría más porque la Constituyente solo freno la guerra civil pero no la guerra económica y eso iba a costarle al chavismo, como iba a costarle no escoger a tal candidato. Y el pueblo “equivocándose, vendiéndose por una caja de comida, por un bono navideño”, vota por un proyecto, con sus aciertos y errores, con más aciertos que errores, consciente el pueblo de que este proyecto no es un nombre, ni un cargo de elección popular, que todo es mucho más complejo, más a largo alcance y a la vez inmediato. Vota el pueblo para frenar el más feroz ataque del enemigo histórico mientras apunta a consolidar el futuro como el que nos contaba Chávez. Se equivocan los que creen que el pueblo se vende por una caja de comida. Se equivocan también los que creen que con una caja de comida pueden comprarlo. El pueblo votó y seguirá votando para pesar de la soberbia que insiste en enseñarlo a no ser como ha sido: valiente, clarito, firme y victorioso… como Chávez. Anuncios &b; &b;

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