Revista Ilustración

Cómo convertir tus nuevas rutinas en hábitos + Casos reales

Por Celia Espada García @ElPerrodePapel
Cómo convertir tus nuevas rutinas en hábitos + Casos reales

Porque sí, la teoría es muy fácil pero... ¿qué pasa con la práctica? El reto Consigo lo que me Propongo está llegando a su fin y no queremos dejar ningún fleco suelto. Nuestro objetivo es ayudarte al máximo para que puedas empezar hoy mismo a convertir tus nuevas rutinas en hábitos.

Dale al Play y te cuento mejor:

Como ves, lo más importante es probar cada uno de los tips que hemos compartido contigo, analizar los resultados, quedarte con los que te funcionan y adaparlos por completo a tu idea y tu estilo de vida. No queremos que te agobies ni te estreses aplicando todos y cada uno de los trucos que te hemos contado, solo que los pruebes y decidas en base a tu experiencia.

Por eso, para pasar de la teoría a la práctica, hoy he reunido a mis compañeras del Reto para que compartan con todas nosotras su día a día al frente de su proyecto online.

Cómo convertir tus nuevas rutinas en hábitos + Casos reales

RUTINA DE JESSICA (Mamá es una Friki):
Por las mañanas me levanto temprano, a eso de las 6 o 6:30, y aprovecho la calma para empezar a rodar.

Me gusta desayunar, despacio, mientras le echo un vistazo a la agenda del día y si hay algo urgente, que pueda solucionar antes de que todos se levanten, me pongo con ello.

Si no, empiezo con calma, respondo a los mensajes pendientes del día anterior, escribo, le echo un vistazo al último curso en el que esté apuntada...

Intento que sean cosas que no me absorvan mucho, que no es la primera vez que se me pasa la hora de despertar al peque y luego todos son prisas.

A las 7:30, toque de diana y me centro en el peque hasta que lo dejo en el cole.

El año pasado iba 3 horas y media a la guarde y, entre ir y venir, la mañana no daba para mucho. Así que luego tenía que aprovechar su siesta, dejarlo jugando un rato con la abuela o buscar un rato después de cenar...

Pero ahora va al colegio y una vez acabe el periodo de adaptación tendré mucho más de tiempo (no me lo voy a creer).

El plan para este año es dejarlo a las 9 en el cole, llegar a casa unos 10 minutos después y ponerme con el trabajo para los clientes, una pausa a media mañana para recargar pilas, repaso al mail y las redes y continuar con el trabajo interno.

Intento dedicar días fijos a cada tipo de tarea. Por ejemplo: lunes escribir el post de la semana, martes curar contenidos, miércoles trastear en el blog... Y así evito dispersarme. Aunque confieso que no siempre me sale, se me cruza alguna idea y me cuesta un poco volver al redil ;)

A eso de la 1 toca poner el modo mamá: hacer de comer, recoger 4 cosas en casa, ir a por el niño y, en teoría, no trabajar más hasta el día siguiente. Y digo en teoría porque como haga siesta enseguida me escapo al ordenador y avanzo un poco más.

Como imaginarás, esto que te he contado es la situación ideal. Tengo muy claro que con el niño tengo que ser muy flexible y adaptarme a sus ritmos. Si no me volvería loca durante las vacaciones o cada vez que se pone enfermo (que menos mal que ocurre poco).

Para los momentos de apuro ayuda tener un plan B para arañar algun momentillo extra en el que poder trabajar: un rato padre-hijo, escapada a casa de la abuela, sesión de YouTube a mi lado...

En mi caso, las jornadas de 8 horas no existen y la clave está en tener muy claro lo que tengo que hacer e ir avanzando cada vez que aparezca la oportunidad.

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RUTINA DE CELIA (El Perro de Papel):


Mis horarios se ciñen a los de mi niño ¡sí, lo conseguí! salvo contadas excepciones y gracias a la ayuda de mi marido que confía en mí y me echa una mano cuándo lo necesito.

Mi jornada laboral empieza a las 6:30 de la mañana, cuándo el peque se prepara para irse a la guarde. Me despido de él y se va con papá camino del cole, la guarde está al lado del trabajo de mi marido, en el mismo recinto, así que me quedo muy tranquila.

Mientras ellos se marchan, me preparo un café bien cargado para despejarme y abro las ventanas de la casa para que entre el aire. En el campo huele diferente, nada que ver con respirar el humo de Madrid. Dejo salir a los perritos, me doy una ducha rápida y enciendo el ordenador sobre las 7:30 de la mañana.

Lo primero que hago es repasar los correos que he dejado marcados como importantes y le dedico una media hora. El tiempo exacto en que me tomo el café. Pasados esos 30 minutos la cafeína empieza a hacer efecto y estoy 100% activa. Llevo la taza a la cocina, veo como están mis perretes y vuelvo al ordenador.

Dedico 2 horas a la tarea importante que suele ser uno de los diseños webs que tengo en marcha. Esas 2 horas las divido en periodos de 30 minutos (antes eran de 60, pero actualmente estoy con Pomodoro al 100% y me cuesta menos retomar el trabajo si descanso 5 minutos).

Eso sí, calculo muy bien cómo distribuir las minitareas pendientes del diseño actual para no quedarme a medias. Es decir, que no me quedo en mitad de la selección de la paleta de colores y lo dejo para mañana. Intento terminar la tarea más importante en esas 2 horas antes de pasar a lo siguiente.

Si por el motivo que sea necesito más tiempo, hago un descanso de aproximadamente 30 minutos, me preparo otro café con tostadas (mermelada ñam ñam) y desconecto un poco antes de continuar. Cuándo no lleve salgo a pasear con los perritos un rato o me quedo en la terraza tomando el aire. Pero estos días que hace fresquito me quedo en el salón... viendo Ana Rosa (ups!).

Esto tiene su explicación... el resto del día lo pasamos viendo Baby TV y Disney Channel, así que por las mañanas me pongo algo entretenido. Más que informarme, lo que quiero es ponerme un poco al día de lo que pasa en el mundo... ¡que luego no me entero de nada!

Sobre las 12 de la mañana vuelvo a conectarme, reviso las redes sociales (también suelo hacerlo en los descansos de 5 minutos, sobre todo esta semana con el reto activo, pero siempre desde el móvil) y el correo durante media horita antes de retomar las tareas programadas para el día.

Y suelo continuar tachando minitareas de la lista hasta las 2 de la tarde. Mi peque llega sobre las 4 así que preparo todo para estar lo más disponible posible: comida, otra ducha, atender a los perros, lavadoras,...

Tengo la suerte de poder pagar a una señora de confianza para que recoja y limpie la casa durante 3 horas a la semana, así que el resto de días es suficiente con un poquito de mantenimiento básico para que esto no parezca una leonera... ya sabes, un niño de 2 años es lo que tiene.

Y el resto de la tarde... ¡es mía! La paso con el peque y con papá: leyendo cuentos, jugando a las construcciones, cantando estrellita... Y en esos ratitos en los que Carlitos ya demuestra su autonomía queriendo jugar solo, le echo un vistazo al móvil para actualizar las redes sociales e ir clasificando los correos que recibo por la tarde.

Mi bandeja de entrada echa humo últimamente, recibo una media de 60 correos diarios... Y o me pongo las pilas o muero. Todavía tengo que cerrar temas con mi nuevo asistente virtual porque quiero que sea él quién me clasifique y organice el correo, así tardaré menos en responder. Pero claro, hasta que te organizas y te entiendes... ¡el caos!

A las 7 se van padre e hijo a regar la huerta y es mi momento café. Después cena el peque, se baña con papá (que mamá con 2 duchas diarias ya está como una patena) y nos acostamos los dos a tomar el biberón. Es nuestro momento, desde que nació. Me relaja mucho pasar esa horita con él hasta que se queda dormido.

Por lo general, a las 10 de la noche estoy libre. Si he dejado algo pendiente que necesite adelantar, le dedico 30 minutos mientras mi marido riega el jardín y cenamos juntos un nesquick con tostadas, soabos, bollos variados... antes de irnos a dormir con el enano que si nos descuidamos se adueña de la cama entera para él.

Y al día siguiente ¡vuelta a empezar! Esta es mi rutina de lunes a viernes. Los fines de semana intento hacer solo lo imprescindible y no dedicar más de 3 horas cada mañana a mi proyecto. Mi principal motivo para dejar la oficina fue tener las tardes y fines de semana libres, no tendría sentido si me cargase de trabajo ¿no crees?

Entre semana trabajo una media de 6 - 7 horas diarias y los fines de semana, no todos, unas 3. Más que suficiente para sacar el trabajo pendiente y no volverme loca.

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RUTINA DE LAURA (Healthy Freedom):


Me gusta levantarme pronto, soy una persona de día y sé que soy mucho más productiva. Me levanto con hambre así que lo primero que hago es tomar un buen desayuno (mi comida favorita del día) y nada de café, me levanto con bastante energía.

7:30-9:30 Después me pongo a trabajar un par de horitas. Si continuo trabajando más tiempo sin hacer descanso, sé que no avanzo. Mi cerebro me pide desconectar y me castiga siendo 0 productiva si no paro.

Estas son las horas que más me cunden, así que aprovecho para hacer tareas creativas (escribir, crear contenido de los cursos, diseñar estrategias etc). ¡Comprobado! Si las hago en este horario no me cuesta nada hacerlas pero si las dejo para por la tarde me resultan mortales.

De 9:30 a 10:30 mi momento Zen, se compone por 15 minutos de yoga, 15 de meditación y me quedo como nueva. Cuerpo estirado y mente despejada. Lo culmino con un paseo de 30' con mi perrito Budy mientras escucho algún podcast.

10:30 a 12:30 Con energías renovadas vuelvo a la carga. La primera hora intento seguir con lo que me ha quedado de tareas 'creativas'. 'Descansito' de 5 minutos por las redes y después me pongo con tareas que yo llamo más mecánicas: editar imágenes, posts, contestar emails etc.

12:30-13:00 Descansito de mari. Aprovecho para recoger la casa, poner lavadoras etc.

13:00-14:00 Sigo con mis tareas mecánicas
14:15-14:30 Paseito volumen II con Budy
14:30-15:00 Comida

15:00-16:00 mini siesta + post siesta. Cuando tengo el estómago rindo menos, estoy más empanada, así que.. ¿por qué no descansar unos 30 minutos? Y otros 30 para tomarme un té, achuchar a Budy y leer correos.

16:00-18:00 Por las tardes soy menos productiva así que intento poner actividades que me gustan como las sesiones con los clientes, redes sociales y formación (sii me encanta seguir aprendiendo, ver por donde se mueve el mercado y conocer qué cosas nuevas salen)


Por la tarde aunque las horas puedan ser variables intento trabajar solo 2 horas.

Los miércoles a las 16:00 tengo mi dosis de energía & motivación con mis 'ladies' del mastermind. Dos emprendedoras americanas con las que me reúno todas las semanas para compartir avances, estancamientos y estrategias.

Por las tardes intento quedar con familia & amigos porque si no seguiría trabajando y es la forma de obligarme a parar. Necesito salir de casa y hablar con personas que no vea a través de una pantalla de ordenador :).

Y el fin de a descansar... me encanta escaparme a conocer lugares nuevos o simplemente a pasear por algún bosque o parque. Aunque bueno... lo confieso, si me quedo en casa no puedo evitar encender el ordenador y avanzar un poco. A veces me ha cundido más trabajar un par de horas un domingo que un día entero entre semana.

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RUTINA DE ANA (Frikymama):

Os aviso que no soy un ejemplo a seguir en cuanto a seguir rutinas y no dispersarme en mis tareas.

Tengo que reducir las horas que trabajo pero me es muy difícil decir que NO y aplazar las ideas o propuestas interesantes que me hacen. Si lo sé, la multitarea no es buena idea pero de momento voy funcionando así. Te cuento mi Caos Organizado diario:

Me levanto prontito y aprovecho a hacer la tareas básicas de casa antes de llevar los nenes al cole. Objetivo: que la friky guarida sea habitable por 24 horas.

De vuelta a casa: Con café y magdalenas reviso las tareas del día que sabiamente apunte la noche anterior con el método que os comentó Jessica en el primer día del reto (M. Bullet).

Hasta las 12:30 me suelo concentrar en 1 tarea vip y dos secundarias (suelo recurrir a ellas cuando me atasco o saturo en la principal). A veces hago descansitos para terminar mini tareas de casa y evitar que mi friky culo crezca de manera desproporcionada...jeje.

Hábito inconfesable→En ocasiones trabajo con Ana Rosa o mi lista de música bonita de Youtube (y me consta que no soy la única...jeje)

Comida: Intento cerrar el portátil y estar a lo que toca pero como soy rápida comiendo suelo abrirlo un par de veces para hacer tareas secundarias como pasearme por redes o email.

Segundo turno (15:00-16:45) : Los nenes vuelven al cole y aprovecho para terminar lo que quedo a medias por la mañana.

"Tiempo libre y de esparcimiento" : Así debería ser en teoría pero no siempre lo cumplo. Mínimo dos tardes toca parque con los nenes o hacer una excursión al super de turno. Las veces que los nenes no quieren salir es fácil que aproveche el tiempo de la merienda, cuando están aducidos por alguna pantalla, para adelantar trabajo. Me he puesto o me han puesto de tope, mejor dicho, hasta las 7:30.

Con nocturnidad y alevosía: Por la noche pongo candado al portátil y me dispongo a desconectar con mi media naranja ayudada o no, por la programación de la tele. Eso sí, en los anuncios no puedo evitar mirar el móvil. No tengo remedio...lo sé.

Los fines de semana: Aparto el trabajo ajeno pero no puedo evitar dedicarme a mi blog sobre todo a la redacción del post semanal y redactar y programar alguna campaña de email marketing.

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RUTINA DE SARA (Sara Carpio):

Yo soy nocturna y aunque me levanto pronto, duermo poco.

Mi día empieza a las 7 y media. Me levanto, me calzo las deportivas, me preparo un par de podcast y salgo a andar. Si no lo hago así, no haría ningún deporte, y cómo a primera hora de la mañana no soy nada productiva pues lo aprovecho de esta manera.

Llego, me ducho y ya soy otra. Espabilada y con las pilas cargadas, mente clara y las ideas ordenadas para todo el día.

A las 9 me preparo el desayuno, un zumo y poco más... y ordeno las tareas de urgentes a importantes según lo que tenga apuntado en la agenda ( a mi Ana Rosa no me inspira XD)

Enciendo el ordenador, paso las tareas al planificador y empiezo con las urgentes como contactar con alguien por email, teléfono, contestar los emails marcados con la banderita y clasificar los emails para contestar o leer por la tarde.

Después, me pongo a revisar los ejercicios, dudas, darles ideas a los chicos de los cursos online. Reviso los emails de las chicas de mentoría, las dudas y tareas que les pongo de semana en semana y busco información sobre las normativas de su localidad para abrir negocios si es necesario (que ya podrían hacer normas para todos iguales... Y no tener cada municipio las suyas...).

Si me sobra tiempo antes de la 1 del medio día, miro las redes sociales un ratito o creo algún esquema para escribir el próximo post del blog.

Intento no estar más de media hora seguida trabajando para estar con la mente "fresca" el máximo tiempo posible.

Cada media hora hago un pequeño kit-kat para hacerme unas tostadas
(sobre las 11), pensar en qué voy hacer de comer a medio día, hacerme la lista de la compra si tengo que ir después, hacer la cama, recoger un poco en casa (aunque somos dos y no hay niños, así que tardo poquito)....

A la 1 del medio día voy a casa de mi padre (a 5 minutos andando de la mía) a sacar a pasear a los 2 perretes. Y ya que salgo, aprovecho para comprar lo que necesite (en casa somos de ir cada 2 semanas una tarde para hacer la compra general).

Cuando llego a casa me pongo con la comida, ya que sobre las 3 de la tarde viene Dani de trabajar con un hambre que se comería las piedras, así que tengo que tener la comida lista a esa hora.

De 15 a 16'30 comemos y descansamos un rato en el sofa, me suelo poner un capítulo de una serie que sigo.

A las 16'30 vuelvo al ordenador y si no he acabado los tareas que tenía programadas para ese día sigo con ellas por orden. Si las he terminado, a veces me doy la tarde libre para ir a algún sitio, hacer algún curso online (me encanta aprender), leer posts de blogs que sigo, hacer lluvia de ideas para próximos post o escribirlos. Suelo estar hasta las 7 de la tarde, no más, porque después salgo a andar de nuevo con mi pareja. Ducha, cena y nos ponemos nuestros capítulos de series hasta irnos a dormir.

Como he comentado al principio soy nocturna, me cuesta muchísimo dormir a una hora normal y aunque me vaya a la cama a las 11 o 12 de la noche, normalmente son las 3-4 de la madrugada cuando me duermo, es por eso que a primera hora de la mañana o salgo a andar a que me dé el aire y una ducha o soy zombie total.

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RUTINA DE PALOMA (Gestión Emocional):

Mi jornada se distribuye entre 3 tareas principales:

- Sesiones presenciales u online de coaching emocional con clientes.

- Desarrollar materiales para cursos, articulos que me encargan y publicaciones tanto en mi blog como en colaboraciones.

- Clases y formación en Mindfulness e Inteligencia Emocional, que imparto en varios colegios de Madrid, tanto a profesorado como a los propios niños.


Mi jornada empieza pronto, a las 7am; como el 80% de las madres: con los horarios del cole.


Cuando salen mis hijos de casa conecto mi ordenador y voy adelantando tareas pendientes y organizo el día, hasta eso de las 9.30 am que o bien voy a mi consulta para sesiones presenciales de coaching emocional o me conecto a skype para realizar sesiones online. La mañana se me va entre sesiones y adelantar materiales, redes sociales, contestar mailes, etc...

Como en casa, tranquilamente, (llego a mesa puesta, así que me ahorro el tiempo de planificarla, hacer compra o cocinar) y es mi momento de descanso, hasta que regresan los niños del colegio, que aprovecho para leer, desconectar. Cuando ellos se ponen a hacer los deberes, yo con ellos y mi ordenador.

Dependiendo del dia de la semana tengo que salir a primera hora de la tarde a alguno de los colegios para impartir clase y/o tengo una nueva ronda de sesiones de coaching emocional a ultima hora de la tarde.

Cenamos juntos toda la familia, los niños se acuestan y entonces conecto el ordenador de nuevo pero no abro el email, eso queda para mañana (aunque he ido adelantando correos en huecos o desde el movil a lo largo de todo el dia). En la tranquilidad de la noche es cuando me pongo a escribir, y es el momento que más disfruto: silencio, música suave, luz agradable.... hay días que me da hasta penilla irme a la cama.

Y este sería uno de mis días, un día cualquiera.

¿De qué me siento más afortunada ? aparte de trabajar en lo que me hace feliz, es que mis días, en realidad, nunca son iguales, y sobre todo muy variados. Entro y salgo de casa, lo cual para mí es importante; me relaciono con gente, ya sean mis clientes de consulta o en los colegios y tengo mis momentos para disfrutar o desconectar.

Cómo convertir tus nuevas rutinas en hábitos + Casos reales

Y después de abrirte las puertas de nuestros proyectos digitales para que veas cómo nos organizamos nosotras día a día, quiero compartir contigo una serie de tips super sencillos sobre cómo convertir esas rutinas puntuales que hemos aprendido estos días en hábitos periódicos que realices por costumbre:

Puede parecerte una tontería, pero te aseguro que funciona. Yo suelo hacerlo por la noche. Antes de dormir, cuándo ya estoy en la cama, me imagino mi jornada laboral del día siguiente. Qué voy a hacer, qué decisiones voy a tomar, qué problemas me pueden surgir y cómo solucionarlos.

Hay puntos que se cumplen y otros que no, pero estás preparada para lo que está por venir. Cuándo te imaginas a ti misma en situaciones que pueden ser reales, si llegan a suceder, ahorras tiempo pensando posibles soluciones. ¡Ya las tienes! Y te sientes más segura a la hora de seguir trabajando.

Mañana voy a escribir a María para enviarle el presupuesto de su diseño web.

Si acepta el presupuesto, le pasaré el formulario y la incluiré en la lista de espera.

Si no lo acepta revisaré las promociones de plantillas presdiseñadas a ver si hay alguna activa.

Si encuentro alguna activa, se la reenviaré a ver si le gusta.

Si no hay ninguna activa, revisaré las cuentas a ver si puedo ofrecerle un diseño menos personalizado.

Y así voy encadenando las diferentes situaciones que pueden darse al día siguiente en base a las tareas que tengo programadas. Anímate a probarlo y me cuentas.

Si quieres hacer algo y no quieres perder el tiempo, propicia esa actividad. Déjalo todo listo la noche anterior para reincorporarte al día siguiente y tener todo lo necesario a mano para ponerte con tu tarea pendiente.

Puede parecer una tontería, pero algo tan insignificante como olvidarte la agenda en la cocina te hará levantarte del ordenador cuándo te haga falta e ir a por ella, perdiendo tiempo y concentración en ello. Ya viste en el tip del día 3 la gran cantidad de tiempo que perdemos cuándo cambiamos de tarea.

Por eso, cada noche, antes de irme a la cama, dejo todo organizado para el día siguiente: agenda, planning, corcho con post-it de tareas a realizar, bolígrafos, móvil cargando... Todo lo que vaya a necesitar por la mañana.

No hace falta que tengas un estudio tipo Pinterest ni mucho menos, con saber dónde tienes cada cosa es más que suficiente. El tiempo que pierdes poniendo la agenda bonita también tiene un valor, en ti queda calcular si te merece la pena invertirlo en ese detalle o en seguir sacado trabajo diario.

Céntrate en lo fácil y necesario. Ya habrá tiempo de detalles y lujos cuándo seamos millonarias.

Súper útiles y efectivos. Para marcar los tiempos yo utilizo la alarma del móvil, sé de emprendedoras que usan temporizadores de cocina. ¡Hay mil formas de hacerlo! Pero, de nuevo, no te vuelvas loca buscando el cronómetro a juego con tu escritorio... Sé práctica, porque no vas a necesitarlo siempre.

Cuándo lleves unas dos semanas trabajando por periodos de tiempo, tu cuerpo empezará a habituarse y será tu mejor cronómetro. Puede que no sea 100% exacto, pero te pedirá parar cuándo lo necesite y nadie mejor que tú misma sabes cuál es el ritmo perfecto para ti.

Ya no solo por satisfacción, sino porque es lo que te hace ver que avanzas en tu rutina diaria y que lo que haces es productivo. El mero hecho de eliminar una tarea pendiente de la lista te ayudará a aumentar la confianza en ti misma y en tu negocio, así que no te cortes y hazlo.

Cada vez que cumplas un miniobjetivo de tu lista, elimínalo. No lo borres, táchalo. Es mucho más efectivo que si lo haces desaparecer. Porque no lo has eliminado de verdad, solo lo has finalizado y es lo que nos interesa. Ver que avanzamos y cumplimos objetivos.

Lo sé, lo repito muchas veces, pero es que después de tachar una tarea pendiente tienes que demostrarte a ti misma que lo has conseguido y te mereces un premio, el que tú quieras y te haga sentir bien: un café, un baño, una salida con los niños, con tus amigas... Algo que te ayude a desconectar, cargar las pilas y retomar tu trabajo con positivismo.

Y una vez que empiezas a seguir estos pasos...

¿Cuánto tiempo tardarás en notar cambios en tus hábitos?

Estos y muchos otros fenómenos observados comúnmente tienden a mostrar que se requiere de un mínimo de 21 días para que una imagen mental establecida desaparezca y cuaje una nueva.

Psycho-Cybernetics (Psico Cibernética: el secreto para mejorar y transformar su vida), 1960



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