Revista Espiritualidad

Cómo crear marca personal

Por Joanillo @silosenovendo

Crear una marca personal está de moda y hoy disertaré sobre qué significa realmente el término "marca personal" y cuáles deben ser las consideraciones a tener en cuenta a la hora de generarla.
Cuando escuchamos el nombre de una marca cualquiera, junto con el logotipo y los colores que recordamos al visualizarla mentalmente, aparecen otra serie de valores y conceptos que asociamos con ese nombre en particular: calidad, precios bajos, buen trato al cliente, prestigio... Ojo, no todos tienen que ser positivos: hay marcas a las que asociamos con problemas para el cliente, falta de cumplimiento de los términos del contrato, productos de mala calidad, etc.  A cada empresa la relacionamos con las características que ellas mismas se han ido generando con el paso el tiempo y la interacción con los clientes. Eso es, en definitiva, el concepto de marca: una imagen mental y unos atributos específicos asociados a un nombre.
Hagamos un simple prueba: ¿qué le sugiere Apple? ¿Y Vodafone? ¿Y Carrefour? ¿Y Volkswagen? Seguro que no solo recordaron el logotipo o alguna cosa visible y tangible, sino que también aparecieron conceptos intangibles que se "construyeron" en su mente gracias a los comentarios de amigos, impacto de los anuncios, experiencias propias, etc.
Bien; pues eso mismo es lo que se pretende lograr a nivel individual cuando una persona inicia una estrategia de "personal branding": que la gente relacione su nombre con unos conocimientos especializados en algún área, unas competencias, unos valores, etc. Ni más ni menos. Estamos llevando al terreno personal algo que ya veníamos haciendo desde toda la vida a nivel empresarial: generar "marca".
¿Es importante esto para las personas? Desde luego que sí. En el plano profesional adquiere capital importancia dado la abundancia de especialistas que existen para cualquier área de conocimiento en concreto. Si todo el mundo coincide en que la labor más complicada para las empresas es captar clientes, ahora también se entabla una feroz batalla entre las personas por "captar empresas", es decir, por obtener una buena reputación que les dé acceso a buenos puestos laborales. O, incluso, para ponerse por "libre" y poder vender servicios profesionales directamente a otros particulares.
Por una razón u otra, el objetivo de las personas es salirse del saco en el que están todos, destacar. Antaño esto se conseguía mediante las relaciones personales, amigos que nos recomendaban y que elevaban nuestro "caché" con sus comentarios favorables hacia nuestra persona. A día de hoy, nosotros mismos podemos hacer esa difusión de nuestras competencias y nuestros valores usando la herramienta de comunicación más poderosa que nos deparan las nuevas tecnologías: las redes sociales.
¿Y cómo debe ser una buena estrategia de posicionamiento personal? Pues exactamente igual que la que se plantea a nivel corporativo, porque al fin y al cabo, ambas persiguen el mismo objetivo: dar a conocer a los receptores del mensaje unas cualidades concretas que deberán asociar al nombre cada vez que lo vean en algún lugar. Sin entrar en profundidad, les resumiré los pasos a seguir:
  1. Definir un objetivo: ¿qué imagen queremos trasladar? ¿qué cualidades personales queremos que conozcan? ¿qué valores queremos transmitir? ¿Con qué fin queremos hacerlo? (cambiar de empleo, prestigio profesional asociado a un futuro desempeño como autónomo...)
  2. Definir un "público": ¿quiénes queremos que nos conozcan?: directivos, gente en generar, algún sector de consumidores en concreto...
  3. Definir un soporte para trasladar el mensaje a los "clientes" definidos: ¿cuál es la mejor herramienta? Si hablamos de redes sociales, por ejemplo, consistiría en precisar si vamos a usar un blog, una página en facebook, una cuenta en linkedin, twitter, pinterest... o todas ellas.
  4. Fijar una estrategia de comunicación: ya sabemos cuál es el mensaje (aquellos valores y competencias que queremos dar a conocer) y a quien nos dirigimos; ahora nos queda definir cómo vamos a hacerlo (mediante artículos que asomen esas cualidades, participación en debates...) y establecer un calendario de actuaciones. La regularidad y la perseverancia son aspectos clave: si empezamos una acción y la abandonamos a los dos meses, ¿de qué sirve todo lo hecho?
  5. Implementación de las acciones.
Muchos de ustedes, llegados a este punto, pensarán que este plan es relativamente fácil de ejecutar y que, por tanto, no es nada complicado crear una marca personal. Lo que automáticamente nos lleva a otra cuestión: ¿por qué la gente no lo hace? O mejor dicho, ¿por qué muchos de los que emprenden acciones de posicionamiento personal no obtienen los resultados que anhelan? 
Aquí viene el truco de la cuestión, la clave del éxito o el fracaso: sólo lograrán éxito aquellos que generen valor a los usuarios. Cualquier estrategia que consista en "yo soy", "yo hago", "yo sé", "yo digo"... está condenada al fracaso porque no interesa a nadie. El truco consiste en automencionarse lo mínimo posible y "regalar" valor a los demás, porque de este modo es como los otros comienzan a tomar en consideración a quien se comunica con ellos por lo que les aporta, no por lo que es.
Resumiendo; esas serían las claves más importantes a tener en consideración por todos aquellos que quieran crear su propia marca. ¡¡Ánimo y a la tarea!!
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