Revista Comunicación

Cómo decidir bien cuando hay múltiples opciones

Publicado el 02 noviembre 2018 por Jmbolivar @jmbolivar

Cómo decidir bien cuando hay múltiples opcionesLa «fatiga por decisión» («decision fatigue») es un fenómeno psicológico bien conocido y se refiere a cómo se deteriora la calidad de las decisiones que tomamos a medida que estas decisiones se van acumulando.

Dicho de otra forma, decidir cansa, por lo que a partir de un determinado número de decisiones, la fatiga acumulada incide negativamente en la calidad de las decisiones posteriores que tomamos.

En la práctica, la fatiga por decisión se manifiesta haciéndonos optar por la decisión más cómoda: mantener las cosas como están.

La importancia de este efecto es de tal magnitud que actualmente sabemos que la fatiga por decisión es una de las causas más probables para explicar una mala decisión.

Pero el impacto negativo de la fatiga por decisión va más allá. La creatividad, la innovación y, en general, cualquier actividad que conlleve salir de la «zona de confort», se ve seriamente perjudicada por este fenómeno.

También sabemos que el número de opciones entre las que hay que decidir afecta directamente a la intensidad de la fatiga. Paradójicamente, mucha gente sigue utilizando como base de su sistema de organización personal una lista única de tareas repleta de opciones, lo que en la práctica se convierte en una amenaza permanente de decidir mal por sistema.

Las metodologías más punteras en efectividad personal como GTD® y OPTIMA3® plantean diversas estrategias de eficacia probada para reducir al máximo las consecuencias negativas de este sesgo cognitivo.

Una de ellas es separar en el tiempo las actividades de decidir y elegir, lo que posibilita decidir una única vez sobre cada opción en lugar de hacerlo en múltiples ocasiones.

La elección es un proceso de decisión optimizado en el que simplemente se opta por una opción de un conjunto sobre el que previamente ya se ha pensado y decidido con anterioridad. Lógicamente la fatiga por elección es considerablemente menor que la fatiga por decisión.

Por otra parte, GTD® propone una estructura de categorías organizativas que reduce el número de opciones entre las que elegir en cada momento. Como es de esperar, el uso de estas categoría supone una mejora muy significativa en términos de fatiga por decisión en comparación con la lista única de tareas.

Asimismo, OPTIMA3® plantea un proceso optimizado de toma de decisiones y una estructura de categorías mejorada en comparación con GTD®. Ambas mejoras persiguen reducir el número total de decisiones a la vez que simplificar al máximo el proceso de elección final, lo que incluye limitar el número máximo de opciones que puede haber en una misma categoría, una limitación que es inexistente en GTD®.

En línea con todo lo anterior, una técnica muy potente y sencilla para decidir rápido y bien cuando existen múltiples opciones es la «decisión por reducción binaria». No dejes que el título te asuste, porque se trata de una técnica más simple que el mecanismo de un botijo.

La esencia de la técnica consiste en sustituir una única decisión sobre un elevado número de opciones por una ronda de decisiones más sencillas sobre pares de opciones, algo que genera mucha menos fatiga por decisión. Cuando al aplicar la técnica te encuentras ante un número impar de opciones, dejas una de las opciones fuera hasta la siguiente ronda, momento en el que la incorporas al proceso.

Veamos a continuación un ejemplo en el que tenemos que decidir qué día de la semana vamos a llevar a cabo una actividad concreta. Partimos de la base de que cada uno de los días presenta características favorables y desfavorables de cara a la actividad que queremos realizar, por lo que la decisión sobre qué día es el mejor no es nada obvia. El proceso sería el siguiente:

  1. Creamos pares con las opciones entre las que queremos tomar la decisión. Como el número de opciones es impar, quedará una opción «desemparejada». En este punto, es importante destacar que la forma en que realicemos los pares es por completo irrelevante para el proceso, por lo que en este ejemplo vamos a crearlos al azar. La situación quedaría así:
    1. PAR 1: martes, jueves
      PAR 2: miércoles, viernes
      PAR 3: lunes, domingo
      Sin emparejar: sábado
  2. Ahora tendría lugar la primera ronda de decisiones. Se trata de ir par por par y decidir cuál de los dos días es mejor que el otro, a partir de esas características favorables y desfavorables que mencionaba antes. Supongamos que la situación queda así:
    1. Decisión del PAR 1: martes
      Decisión del PAR 2: viernes
      Decisión del PAR 3: domingo
      Sin emparejar: sábado
  3. El siguiente paso sería crear nuevos pares de opciones. Como puedes observar, ahora tenemos cuatro opciones, por lo que podemos crear dos pares sin que sobre ninguna opción. Imaginemos que la situación quedara así:
    1. PAR 1: martes, viernes
      PAR 2: sábado, domingo
  4. A continuación tendríamos que decidir de nuevo cuál de los dos días de cada par es mejor que el otro, a partir de las características favorables y desfavorables anteriores. Una posible situación podría ser:
    1. Decisión del PAR 1: viernes
      Decisión del PAR 2: sábado
  5. Con este proceso de «fragmentación binaria» hemos logrado reducir nuestras 7 opciones iniciales a tan solo dos. Ahora únicamente quedaría decidir cuál de esos dos días es el mejor, como siempre a partir de las características favorables y desfavorables que hemos tenido en cuenta a lo largo del ejemplo.

En resumen, esta sencilla técnica nos permite decidir bien cuando hay múltiples opciones, gracias a que reducimos un número importante de opciones entre las que tomar una decisión a un único par final, lo que a su vez reduce considerablemente la fatiga por decisión que conllevaría tener que decidir sobre la totalidad de las opciones.

Te invito a que la pruebes cuando tengas oportunidad y, si quieres, a compartir por aquí tu experiencia.


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