Revista Remedios

Como dejar de fumar

Por Julio Gomez @DejaDeFumar_Ya

El reconocimiento de las consecuencias perjudiciales que vienen de la mano con el consumo de nicotina, es el primer paso para realizar acciones que ayuden a combatir problemas adictivos.

Bien conocemos sobre esas cuestiones de las que no escapa ningún fumador, razón por la que no son pocos los argumentos a los que se dispone, encontrando motivaciones por doquier. Sin embargo, la teoría sobre salud integral si bien es inspiradora, puede ser insuficiente a la hora de tomar decisiones tan radicales.

Tanto que sea usted quien desee superar este mal hábito, o quiera ayudar a un familiar que sufre de tabaquismo, nos encargaremos de ayudarles con algunos consejos que pueden amenizar el proceso, para lograr una mejor calidad de vida.

La dificultad de dejar de fumar

No estamos exentos de saber sobre la relación de dependencia física y psicológica que genera el tabaquismo, siendo actualmente una de las adicciones más comunes, seguida del alcoholismo. Motivo por el cual, en el hemisferio occidental del mundo, la cantidad de fallecimientos registrados en los últimos años ha permitido que esta enfermedad se posicione entre las primeras causas de mortalidad.

Si bien estas cifras están al alcance de todos, el cigarrillo puede funcionar como una herramienta evasora, a la cual se le asocian emociones, sensaciones o recuerdos. De esta forma, no solo se trata de una necesidad que surge desde el plano físico, sino también de un reflejo de la psiquis que, constantemente procesa estímulos de imágenes, canciones o lugares.

¿Qué queremos decir con esto? Pues, tanto como comprendemos su impacto negativo, estamos a sabiendas sobre lo difícil que puede resultar dejarlo, pese a los argumentos médicos que se reciban. De esta forma, se han creado técnicas, centros de ayuda, y muchos elementos que crean alternativas más llevaderas para ayudarle a un fumador a no perder su convicción.

Para todos sus procesos no son iguales, algunos lo dejan un buen día y no vuelven a tocar una cajeta de cigarros, mientras que para otros puede ser un camino turbulento: No solo depende de lo arraigado que se encuentre la práctica, sino también las técnicas que se utilicen.

¿Por donde empiezo si quiero dejar de fumar?

El primer paso siempre es el más engorroso, y comprendiendo el trasfondo psicológico que se encuentra detrás de este hábito, no a todos les funcionará la misma vía: Hay cosas que pueden o no ser aplicables para cada circunstancia, por lo que les dejaremos varias opciones.

Evita las asociaciones

Cambie considerablemente la rutina en pro a erradicar las conexiones mentales que pueda haber entre una actividad que realice y el acto de fumar. De este modo, se bloquean los momentos donde usualmente se solía fumar, remplazándolo por otras prácticas.

En caso de que fumase en el carro camino al trabajo, pídale a alguien que le lleve, camine o tome el transporte público para evitar los incentivos que se producen al asociar momentos con los cigarros. De esta forma, esquivar comer en soledad e implementar una relación constante con alguien que no fume, será de mucha ayuda.

Si su grupo de amigos son fumadores, no les frecuente por un tiempo, y en reemplazo de ello encárguese de visitar cines, museos y otros lugares donde nunca haya fumado. También, comer frutos secos, gomas de mascar u otros similares, le permitirá despejar su mente en momentos donde sienta ansiedad por encender un tabaco.

Disminuya la cantidad de cigarros

En caso de que tomar acciones tan trascendentales no sea su estilo, puede probar con una disminución paulatina de la ración de tabacos que consumía en un día regular. Empezar por 5 menos ya será un gran avance, y así paulatinamente irá disminuyendo hasta que cada día se acostumbre a vivir con menor cantidad de nicotina en su cuerpo.

Como bajar de 5 a 0 puede ser un impacto anímico un poco brusco, en la última semana disminuya uno a uno. De esta forma, los síntomas de abstinencia no serán tan bruscos y comenzará a sentirlos desde días anteriores.

¿En qué ayuda esto? El momento en el que ya no deba fumar ni un solo tabaco, tendrá días asimilando las sensaciones colaterales de comenzar a depurarse de este químico. Por lo que no sentirá un deseo irresistible por volver a fumar.

Inscríbase en un grupo de apoyo o asista a terapias

Una de las alternativas más factibles es recibir apoyo de otras personas que están atravesando una situación similar. Incluso, ir a un terapeuta puede ayudarle a entender la raíz de su dependencia a la nicotina, lo que a su vez le generará herramientas para superarla.

Las charlas en grupos de apoyo pueden ser de tal forma muy liberadoras, porque encontrará quienes compartan frustraciones y problemas asociados con una adicción similar. Sin embargo, y en caso de que la exposición pública no sea su estilo, psicólogos especializados en tabaquismo podrán ser una solución muy factible.

Como dejar de fumar

Consejos para dejar el mal hábito

¿Ya inició con su travesía? Siga estos consejos para lograr mantenerse en abstinencia hasta que el organismo se adapte a la usencia de nicotina, y comience incluso a rechazarla.

Un programa de 21 días

Científicamente comprobado, el cerebro necesita 21 días para hacerse un hábito o comprender una información que permanezca con carácter inolvidable. De esta manera, hacerse una nueva rutina por 21 días donde sustituya por completo los cigarros de su vida le permitirá que, pasadas estas semanas, deje de ser un esfuerzo.

Encárguese de plantear una dinamina diferente donde se eliminen las conexiones, tenga un hábito saludable y, quizá comience a hacer un poco de ejercicio para ir paulatinamente recuperando su salud integral.

Lave o sustituya la ropa

El olor impregnado en sus prendas de vestir puede ser inevitable, por ello, querrá desechar por completo esa sensación ahumada para ir olvidándola. Entonces, y en caso de que lavar su ropa no sea suficiente, puede sustituirla por una nueva que incluso evite los recuerdos donde estuvo fumando.

Tome un curso, o haga una actividad en sus tiempos libres

Si las actividades físicas le pasan secuelas en este punto de recuperación, optar por cursos o desempeños más bien mentales, constituirá una forma ideal para mantener la mente ocupada. De esta manera, no solo estará aprendiendo algo nuevo que le satisfaga, sino también estará esquivando memorias que le insisten a tomar un tabaco.

Tal vez no sea un camino sencillo: Podrá tener recaídas o espacios de frustración, pero ir probando con las formas que mejor se adapten a su propio proceso le ayudará a encontrar la manera de librarse de adicciones que pongan en riesgo su vida.

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