Disfrutar de las vacaciones no siempre implica ir de fiesta, salir y hacer actividades sin parar. Para algunos, disfrutar de las vacaciones significa relax y descanso.
Levantarse sin despertador, tomar un largo desayuno, comer bien, echar una siesta (moderada) y pasear pueden ayudar a que nuestra mente desconecte del estrés diario, las prisas y la mala dieta que a veces llevamos a lo largo del año.
Pero descansar no implica que no debamos hacer nada durante todo el día. La cuestión es que disfrutemos de nuestras vacaciones haciendo aquello que más nos gusta y que por falta de tiempo no hemos podido. Hay quien prefiere leer y quedarse en la tumbona mirando al mar, otros prefieren pasear o hacer rutas turísticas para visitar todos los lugares que les sea posible, perderse en la naturaleza y sentirse en contacto con ella o aprovechar y reunirse con amigos o familiares a los que hace tiempo que no vemos.
Un consejo para reducir el estrés postvacacional es coger períodos no demasiado largos de tiempo de forma que la vuelta sea menos dura. Así, aprovecharemos al máximo los días de descanso y no tendremos esa sensación de agobio y depresión característica cuando nos vamos más de dos semanas seguidas de vacaciones.
También nos facilitará la vuelta al trabajo el saber que aún nos quedan días libres porque no los hemos consumido todos, de forma que podemos repartirlos en cortas estancias a lo largo del año para poder seguir haciendo lo que más nos gusta, ya sea descansar, practicar deportes o actividades.
En cualquier caso, es recomendable cogerse, al menos diez días seguidos una vez al año, ya que de lo contrario nunca tendremos sensación de haber salido de la oficina y haber descansado más que un fin de semana.
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