Revista Sociedad

Cómo están las cabezas...

Publicado el 12 mayo 2013 por Moisesorta @ortainsession
         Pensaba que aquello de "Los hombres solo piensan con la cabeza de abajo" era una simple gilipollez extendida por señoritas resentidas. Una de esas perlas que se sueltan en cafeterías tras un fin de semana para olvidar. Nosotros también tenemos nuestros brillantes lemas, todos ellos discurridos con la cabeza de arriba, pero no queda fino transcribirlos. Lo cierto es que nos encanta insultarnos, humillarnos entre géneros, es algo heredado de padres a hijos y de madres a hijas. "¡¡Los hombres son unos...!!!" "¡¡Las mujeres son todas unas...!!!", no hay charla de amigos que no desemboque en esos mares. Hablar mal de hombres o mujeres es uno de esos temas que siempre sacan del apuro cuando falta conversación, casi como hablar del tiempo en un ascensor "Parece que refresca" "Para fresca mi ex". Todos tenemos alguna anécdota bochornosa que contar, algo que les haga quedar como auténticos demonios manipuladores "¡¡No las entiendo!!" "¡¡No los entiendo!!"

Cómo están las cabezas...

              La cuestión es que, tras largo periodo de investigación, debo darle la razón a las mujeres con eso de la cabeza de abajo. Reconozco que cuando hay escotes y faldas de por medio son pocos los que mantienen la compostura. Los hay que incluso emiten balidos de ovejo y padecen tics nerviosos ¡Ni con 90 años se pierde el apetito! Allí dónde haya un parque habrá un inocente abuelito desojado ante las chavalas ¡Lo de cuidar al nieto es una tapadera! Menean el cuello con la agilidad de un árbitro de tenis, pim-pam-pim-pam, y  golpean el pavimento con sus gayatas al ritmo de la desesperación. Los jóvenes tampoco nos libramos, es ver un vaivén de caderas y tragarnos la primera farola "¿Has visto qué culo, tío?" Somos así de simples, no entiendo qué no entendéis de nosotros. Ah, y no creáis que esto es cosa de solteros. Los hay que pillan tortícolis incluso yendo con su señora de la mano. Muchas mujeres se hacen las indignadas si las miran, nos llaman guarros y nos dan de bofetones. Lo extraño es que, no queriendo que las miren, cada día enseñan más carne. Por suerte, con los años hemos depurado la técnica y ya apenas se nos nota. Disfruten con la habilidad de este caballero para asomarse al balcón:

                La moralidad, la dignidad, el sentido común o el respeto son cualidades que se esfuman del 99% de los hombres cuando alguna fémina entra en juego. Amigos de toda la vida, hermanos, terminan retirándose la palabra e incluso pasando a los puños por no hacer uso de la cabeza correcta. Se nos nubla la vista en cuestión de segundos, es vergonzoso. A todos nos suena ese código de honor acerca de respetar a las novias y las ex de los amigos, somos capaces de jurar lealtad sobre la Biblia ¡Pero qué rápido se olvidan las palabras cuando nos ponen el filete en las narices! Algunos siempre tienen hambre, no sé cómo no engordan. Lo peor es que ellas lo saben y disfrutan liando la manta más que un niño con zapatos nuevos. Millones de hombres en el mundo y tu ex tiene que intentar intimar con tu compañero de piso ¡Qué casualidad, qué pequeño es el mundo! Las hay que siempre se las arreglan para hacer más sangre, ley de Murphy. Yo, como soy tonto o algo por el estilo, nunca hago lo que no quiero que me hagan. Cuántas veces me habré ido a casa sin cenar...Por suerte, algunos de mis amigos me han demostrado ser auténticos caballeros recientemente. Gracias por vuestra integridad, os debo unas birras. 

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